EL LIBRO DE LOS MARTIRES Y BIOGRAFIAS

 HISTORIA DE LOS MÁRTIRES CRISTIANOS Y BIOGRAFIAS
Cristo nuestro Salvador, en el Evangelio de San Mateo, oyendo la confesión de Simón Pedro, el cual, antes que todos los demás, reconoció abiertamente que Él era el Hijo de Dios, y percibiendo la mano providencial de Su Padre en ello, lo llamó (aludiendo a su nombre) una roca, roca sobre la cual El edificaría Su Iglesia con tal fuerza que las puertas del infierno no prevalecerían contra ella. Y con estas palabras se deben observar tres cosas:
Primero, que Cristo tendría una iglesia en este mundo. Segundo, que la misma Iglesia sufriría una intensa oposición, no sólo por parte del mundo, sino también con todas las fuerzas y poder del infierno entero. Y en tercer lugar que esta misma Iglesia, a pesar de todo el poder y maldad del diablo, se mantendría.
Esta profecía de Cristo la vemos verificada de manera maravillosa, por cuanto todo el curso de la Iglesia hasta el día de hoy no parece más que un cumplimiento de esta profecía.
Primero, el hecho de que Cristo ha establecido una Iglesia no necesita demostración. Segundo, ¡con qué fuerza se han opuesto contra la Iglesia príncipes, reyes, monarcas, gobernadores y autoridades de este mundo! Y, en tercer lugar, ¡cómo la Iglesia, a pesar de todo, ha soportado y retenido lo suyo! Es maravilloso observar qué tormentas y tempestades ha vencido.
Y para una más evidente exposición de esto he preparado esta historia, con el fin, primero, de que las maravillosas obras de Dios en Su Iglesia redunden para Su gloria; y también para que al exponerse la continuación e historia de la Iglesia, pueda redundar ello en mayor conocimiento y experiencia para provecho del lector y para la edificación de la fe cristiana.
Como no es nuestro propósito entrar en la historia de nuestro Salvador, ni antes ni después de Su crucifixión, sólo será necesario recordar a nuestros lectores el desbarate de los judíos por Su posterior resurrección. Aunque un apóstol le había traicionado; aunque otro le había negado, bajo la solemne sanción de un juramento, y aunque el resto le había abandonado, excepto si exceptuamos aquel «discípulo que era conocido del sumo sacerdote», la historia de Su resurrección dio una nueva dirección a todos sus corazones, y, después de la misión del Espíritu Santo, impartió una nueva confianza a sus mentes. Los poderes de los que fueron investidos les dieron confianza para proclamar Su nombre, para confusión de los gobernantes judíos, y para asombro de los prosélitos gentiles.

PRIMEROS MARTIRES

I. ESTEBAN

San Esteban fue el siguiente en padecer. Su muerte fue ocasionada por la fidelidad con la que predicó el Evangelio a los entregadores y matadores de Cristo. Fueron excitados ellos a tal grado de furia, que lo echaron fuera de la ciudad, apedreándolo hasta matarlo. La época en que sufrió se supone generalmente como la pascua posterior a la de la crucifixión de nuestro Señor, y en la época de Su ascensión, en la siguiente primavera.
A continuación se suscitó una gran persecución contra todos los que profesaban la creencia en Cristo como Mesías, o como profeta. San Lucas nos dice de inmediato que «en aquel día se hizo una grande persecución en la iglesia que estaba en Jerusalén», y que «todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles».
Alrededor de dos mil cristianos, incluyendo Nicanor, uno de los siete diáconos, padecieron el martirio durante «la tribulación que sobrevino en tiempo de Esteban».

II. JACOBO EL MAYOR

El siguiente mártir que encontramos en el relato según San Lucas, en la Historia de los Hechos de los Apóstoles, es Jacobo hijo de Zebedeo, hermano mayor de Juan y pariente de nuestro Señor, porque su madre Salomé era prima hermana de la Virgen María. No fue hasta diez años después de la muerte de Esteban que tuvo lugar este segundo martirio.
Ocurrió que tan pronto como Herodes Agripa fue designado gobernador de Judea que, con el propósito de congraciarse con los judíos, suscitó una intensa persecución contra los cristianos, decidiendo dar un golpe eficaz, y lanzándose contra sus dirigentes. No se debería pasar por alto el relato que da un eminente escritor primitivo, Clemente de Alejandría. Nos dice que cuando Jacobo estaba siendo conducido al lugar de su martirio, su acusador fue llevado al arrepentimiento, cayendo a sus pies para pedirle perdón, profesándose cristiano, y decidiendo que Jacobo no iba a recibir en solitario la corona del martirio. Por ello, ambos fueron decapitados juntos. Así recibió resuelto y bien dispuesto el primer mártir apostólico aquella copa, que él le había dicho a nuestro Salvador que estaba dispuesto a beber. Timón y Parmenas sufrieron el martirio alrededor del mismo tiempo; el primero en Filipos, y el segundo en Macedonia. Estos acontecimientos tuvieron lugar el 44 d.C.

III. FELIPE

Nació en Betsaida de Galilea, y fue llamado primero por el nombre de «discípulo». Trabajó diligentemente en Asia Superior, y sufrió el martirio en Heliópolis, en Frigia. Fue azotado, echado en la cárcel, y después crucificado, en el 54 d.C.

IV. MATEO

Su profesión era recaudador de impuestos, y había nacido en Nazaret. Escribió su evangelio en hebreo, que fue después traducido al griego por Jacobo el Menor. Los escenarios de sus labores fueron Partía y Etiopía, país en el que sufrió el martirio, siendo muerto con una alabarda en la ciudad de Nadaba en el año 60 d.C.

V. JACOBO EL MENOR

Algunos suponen que se trataba del hermano de nuestro Señor por una anterior mujer de José. Esto es muy dudoso, y concuerda demasiado con la superstición católica de que María jamás nunca tuvo otros hijos más que nuestro Salvador. Fue escogido para supervisar las iglesias de Jerusalén, y fue autor de la Epístola adscrita a Jacobo, o Santiago, en el canon sagrado. A la edad de noventa y nueve años fue golpeado y apedreado por los judíos, y finalmente le abrieron el cráneo con un garrote de batanero.

LAS DIEZ PRIMERAS PERSECUCIONES

LA PRIMERA PERSECUCIÓN DE LA IGLESIA TUVO LUGAR EN EL AÑO 67, BAJO NERÓN, EL SEXTO       EMPERADOR DE ROMA.

Este monarca reinó por el espacio de cinco años de una manera tolerable, pero luego dio rienda suelta al mayor desenfreno y a las más atroces barbaridades. Entre otros caprichos diabólicos, ordenó que la ciudad de Roma fuera incendiada, orden que fue cumplida por sus oficiales, guardas y siervos.
Mientras la ciudad imperial estaba en llamas, subió a la torre de Mecenas, tocando la lira y cantando el cántico del incendio de Troya, declarando abiertamente que «deseaba la ruina de todas las cosas antes de su muerte». Además del gran edificio del Circo, muchos otros palacios y casas quedaron destruidos; varios miles de personas perecieron en las llamas, o se ahogaron en el humo, o quedaron sepultados bajo las ruinas.
Este terrible incendio duró nueve años. Cuando Nerón descubrió que, su conducta era intensamente censurada, y que era objeto de un profundo odio, decidió inculpar a los cristianos, a la vez para excusarse para aprovechar la oportunidad para llenar su mirada con nuevas crueldades.
Esta fue la causa de la primera persecución; y las brutalidades cometidas contra los cristianos fueron tales que incluso movieron a los mismos romanos a compasión. Nerón incluso refinó sus crueldades e inventó todo tipo de castigos contra los cristianos que pudiera inventar la más infernal imaginación.
En particular, hizo que algunos fueran cosidos en pieles de animales silvestres, antojándolos a los perros hasta que expiraran; a otros los vistió de camisas atiesadas con cera, atándolos a postes, y los encendió en sus jardines, para iluminarlos. Esta persecución fue general por todo el Imperio Romano; pero más bien aumentó que disminuyó el espíritu del cristianismo. Fue durante esta persecución que fueron martirizados San Pablo y San Pedro.
A sus nombres se pueden añadir Erasto, tesorero de Corinto; Aristarco, el macedonio, y Trófimo, de Éfeso, convertido por San Pablo y su colaborador, así como Josés, comúnmente llamado Barsabás, y Ananías, obispo de Damasco; cada uno de los Setenta.

VI. MATÍAS

De él se sabe menos que de la mayoría de los discípulos; fue escogido para llenar la vacante dejada por Judas. Fue apedreado en Jerusalén y luego decapitado.

VII. ANDRÉS

Hermano de Pedro, predicó el evangelio a muchas naciones de Asia; pero al llegar a Edesa fue prendido y crucificado en una cruz cuyos extremos fueron fijados transversalmente en el suelo. De ahí el origen del término de Cruz de San Andrés.

VIII. SAN MARCOS

Nació de padres judíos de la tribu de Leví. Se supone que fue convertido al cristianismo por Pedro, a quien sirvió como amanuense, y bajo cuyo cuidado escribió su Evangelio en griego. Marcos fue arrastrado y despedazado por el populacho de Alejandría, en la gran solemnidad de su ídolo Serapis, acabando su vida en sus implacables manos.

IX. PEDRO

Entre muchos otros santos, el bienaventurado apóstol Pedro fue condenado a muerte y crucificado, como algunos escriben, en Roma; aunque otros, y no sin buenas razones, tienen sus dudas acerca de ello. Hegesipo dice que Nerón buscó razones contra Pedro para darle muerte; y que cuando el pueblo se dio cuenta, le rogaron insistentemente a Pedro que huyera de la ciudad. Pedro, ante la insistencia de ellos, quedó finalmente persuadido y se dispuso a huir.
Pero, llegando a la puerta, vio al Señor Cristo acudiendo a él, a quien, adorándole, le dijo: «Señor, ¿a dónde vas?» A lo que él respondió: «A ser de nuevo crucificado». Con esto, Pedro, dándose cuenta de que se refería a su propio sufrimiento, volvió a la ciudad. Jerónimo dice que fue crucificado cabeza abajo, con los pies arriba, por petición propia, porque era, dijo, indigno de ser crucificado de la misma forma y manera que el Señor.

X. PABLO

También el apóstol Pablo, que antes se llamaba Saulo, tras su enorme trabajo y obra indescriptible para promover el Evangelio de Cristo, sufrió también bajo esta primera persecución bajo Nerón. Dice Abdías que cuando se dispuso su ejecución, que Nerón envió a dos de sus caballeros, Ferega y Partemio, para que le dieran la noticia de que iba a ser muerto.
Al llegar a Pablo, que estaba instruyendo al pueblo, le pidieron que orara por ellos, para que ellos creyeran. Él les dijo que poco después ellos creerían y serían bautizados delante de su sepulcro. Hecho esto, los soldados llegaron y lo sacaron de la ciudad al lugar de las ejecuciones, donde, después de haber orado, dio su cuello a la espada.

XI. JUDAS

Hermano de Jacobo, era comúnmente llamado Tadeo. Fue crucificado en Edesa el 72 d.C.

XII. BARTOLOMÉ

Predicó en varios países, y habiendo traducido el Evangelio de Mateo lenguaje de la India, lo propagó en aquel país. Finalmente fue cruelmente azotado y luego crucificado por los agitados idólatras.

XIII. TOMÁS

Llamado Dídimo, predicó el Evangelio en Partía y la India, donde, provocar a los sacerdotes paganos a ira, fue martirizado, atravesado con lanza.

XIV. LUCAS

El evangelista, fue autor del Evangelio que lleva su nombre. Viajó con por varios países, y se supone que fue colgado de un olivo por los idolátricos sacerdotes de Grecia.

XV. SIMÓN

De sobrenombre Zelota, predicó el Evangelio en Mauritania, África, incluso en Gran Bretaña, país en el que fue crucificado en el 74 d.C.

XVI. JUAN

El «discípulo amado» era hermano de Jacobo el Mayor. Las iglesias Esmirna, Pérgamo, Sardis, Filadelfia, Laodicea y Tiatira fueron fundadas él. Fue enviado de Éfeso a Roma, donde se afirma que fue echado en un caldero de aceite hirviendo.
Escapó milagrosamente, sin daño alguno. Domiciano desterró posteriormente a la isla de Patmos, donde escribió el Libro Apocalipsis. Nerva, el sucesor de Domiciano, lo liberó. Fue el único apóstol que escapó una muerte violenta.

XVII. BERNABÉ

Era de Chipre, pero de ascendencia judía. Se supone que su muerte tu lugar alrededor del 73 d.C. Y a pesar de todas estas continuas persecuciones y terribles castigos, Iglesia crecía diariamente, profundamente arraigada en la doctrina de apóstoles y de los varones apostólicos, y regada abundantemente con la sangre de los santos.

LA SEGUNDA PERSECUCIÓN, BAJO DOMICIANO, EL 81 D. C.

El emperador Domiciano, de natural inclinado a la crueldad, dio muerte primero a su hermano, y luego suscitó la segunda persecución contra los cristianos. En su furor dio muerte a algunos senadores romanos, a algunos por malicia, y a otros para confiscar sus fincas. Luego mandó que todos los pertenecientes al linaje de David fueran ejecutados.

SIMEON

Entre los numerosos mártires que sufrieron durante esta persecución estaban Simeón, obispo de Jerusalén, que fue crucificado, y San Juan, que fue hervido en aceite, y luego desterrado a Patmos. Flavia, hija de un senador romano, fue asimismo desterrada al Ponto; y se dictó una ley diciendo: «Que ningún cristiano, una vez traído ante un tribunal, quede exento de castigo sin que renuncie a su religión».
Durante este reinado se redactaron varias historias inventadas, con el fin de dañar a los cristianos. Tal era el apasionamiento de los paganos que si cualquier hambre, epidemia o terremotos asolaban cualquiera de las provincias romanas, se achacaba a los cristianos. Estas persecuciones contra los cristianos aumentaron el número de informadores, y muchos, movidos por la codicia, testificaron en falso contra las vidas de los inocentes.
Otra dificultad fue que cuando cualquier cristiano era llevado ante los tribunales, se les sometía a un juramento de prueba, y si rehusaban tomarlo, se les sentenciaba a muerte, mientras que si se confesaban cristianos, la sentencia era la misma.
Los siguientes fueron los más destacables entre los numerosos mártires que sufrieron durante esta persecución.

DIONISIO

Dionisio, el areopagita, era ateniense de nacimiento, y fue instruido en toda la literatura útil y estética de Grecia. Viajó luego a Egipto para estudiar astronomía, e hizo observaciones muy precisas del gran eclipse sobrenatural que tuvo lugar en el tiempo de la crucifixión de nuestro Salvador.
La santidad de su forma de vivir y la pureza de sus maneras le recomendaron de tal manera ante los cristianos en general que fue designado obispo de Atenas.

NICODEMO

Nicodemo, un benevolente cristiano de alguna distinción, sufrió en Roma durante el furor de la persecución de Domiciano.

PROTASIO Y GERVASIO FUERON MARTIRIZADOS EN MILÁN.

Timoteo, el célebre discípulo de San Pablo, fue obispo de Éfeso, donde gobernó celosamente la Iglesia hasta el 97 d.C. En este tiempo, cuando los paganos estaban para celebrar una fiesta llamada Catagogión, Timoteo, enfrentándose a la procesión, los reprendió severamente por su ridícula idolatría, lo que exasperó de tal manera al pueblo que cayeron sobre él con palos, y lo apaliaron de manera tan terrible que expiró dos días después por efecto de los golpes.

LA TERCERA PERSECUCIÓN, BAJO TRAJANO, 108 D.C.

PLINIO

En la tercera persecución, Plinio el Joven, hombre erudito y famoso, viendo la lamentable matanza de cristianos, y movido por ella a compasión, escribió a Trajano, comunicándole que había muchos miles de ellos que eran muertos a diario, que no habían hecho nada contrario a las leyes de Roma, por lo que no merecían persecución.
«Todo lo que ellos contaban acerca de su crimen o error (como se tenga que llamar) sólo consistía en esto: que solían reunirse en determinado día antes del amanecer, y repetir juntos una oración compuesta en honor de Cristo como Dios, y a comprometerse por obligación no ciertamente a cometer maldad alguna, sino al contrario, a nunca cometer hurtos, robos o adulterio, a nunca falsear su palabra, a nunca defraudar a nadie; después de lo cual era costumbre separarse, y volverse a reunir después para participar en común de una comida inocente.»

IGNACIO

En esta persecución sufrieron el bienaventurado mártir Ignacio, que es tenido en gran reverencia entre muchos. Este Ignacio había sido designado al obispado de Antioquía, siguiendo a Pedro en sucesión. Algunos dicen que al ser enviado de Siria a Roma, porque profesaba a Cristo, fue entregado a las fieras para ser devorado.
También se dice de él que cuando pasó por Asia [la actual Turquía], estando bajo el más estricto cuidado de sus guardianes, fortaleció y confirmó a las iglesias por todas las ciudades por donde pasaba, tanto con sus exhortaciones como predicando la Palabra de Dios. Así, habiendo negado a Esmirna, escribió a la Iglesia de Roma, exhortándoles para que no emplearan medio alguno para liberarle de su martirio, no fuera que le privaran de aquello que más anhelaba y esperaba. «Ahora comienzo a ser un discípulo. Nada me importa de las cosas visibles o invisibles, para poder sólo ganar a Cristo.
¡Que el fuego y la cruz, que manadas de bestias salvajes, que la rotura de los huesos y el desgarramiento de todo el cuerpo, y que toda la malicia del diablo vengan sobre mí; ¡sea así, si sólo puedo ganar a Cristo Jesús!» E incluso cuando fue sentenciado a ser echado a las fieras, tal era el ardiente deseo que tenía de padecer, que decía, cada vez que oía rugir a los leones: «Soy el trigo de Cristo; voy a ser molido con los dientes de fieras salvajes para que pueda ser hallado pan puro».

ALEJANDRO

Adriano, el sucesor de Trajano, prosiguió esta tercera persecución con tanta severidad como su sucesor. Alrededor de este tiempo fueron martirizados Alejandro, obispo de Roma, y sus dos diáconos; también Quirino y Hermes, con sus familias; Zeno, un noble romano, y alrededor de diez mil otros cristianos.
Muchos fueron crucificados en el Monte Ararat, coronados de espinas, siendo traspasados con lanzas, en imitación de la pasión de Cristo. Eustaquio, un valiente comandante romano, con muchos éxitos militares, recibió la orden de parte del emperador de unirse a un sacrificio idolátrico para celebrar algunas de sus propias victorias.
Pero su fe (pues era cristiano de corazón) era tanto más grande que su vanidad, que rehusó noblemente. Enfurecido por esta negativa, el desagradecido emperador olvidó los servicios de este diestro comandante, y ordenó su martirio y el de toda su familia.

FAUSTINES Y JOVITAS

En el martirio de Faustines y Jovitas, que eran hermanos y ciudadanos de Brescia, tantos fueron sus padecimientos y tan grande su paciencia, que el Calocerio, un pagano, contemplándolos, quedó absorto de admiración, y exclamó, en un arrebato: « ¡Grande es el Dios de los cristianos! », por lo cual fue prendido y se le hizo sufrir pareja suerte.

QUADRATUS

Muchas otras crueldades y rigores tuvieron que sufrir los cristianos, hasta que Quadratus, obispo de Atenas, hizo una erudita apología en su favor delante del emperador, que estaba entonces presente, y Arístides, un filósofo de la misma ciudad, escribió una elegante epístola, lo que llevó a Adriano a disminuir su severidad y a ceder en favor de ellos.
Adriano, al morir en el 138 d.C., fue sucedido por Antonino Pío, uno de los más gentiles monarcas que jamás minara, y que detuvo las persecuciones contra los cristianos.

LA CUARTA PERSECUCIÓN, BAJO MARCO AURELIO ANTONINO, 162 D.C.

Marco Aurelio sucedió en el trono en el año 161 de nuestro Señor, era un hombre de naturaleza más rígida y severa, y aunque elogiable en el estudio de la filosofía y en su actividad de gobierno, fue duro y fiero contra los cristianos, y desencadenó la cuarta persecución.
Las crueldades ejecutadas en esta persecución fueron de tal calibre que muchos de los espectadores se estremecían de honor al verlas, y quedaban atónitos ante el valor de los sufrientes. Algunos de los mártires eran obligados a pasar, con sus pies ya heridos, sobre espinas, clavos, aguzadas conchas, etc., puestos de punta; otros eran azotados hasta que quedaban a la vista sus tendones y venas, y, después de haber sufrido los más atroces tormentos que pudieran inventarse, eran destruidos por las muertes más temibles.

GERMANICO

Germánico, un hombre joven, pero verdadero cristiano, siendo entregado a las fieras a causa de su fe, se condujo con un valor tan asombroso que varios paganos se convirtieron a aquella fe que inspiraba tal arrojo.

POLICARPO

Policarpo, el venerable obispo de Esmirna, se ocultó al oír que le estaban buscando, pero fue descubierto por un niño. Tras dar una comida a los guardas que le habían prendido, les pidió una hora de oración, lo que le permitieron, y oró con tal fervor que los guardas que le habían arrestado sintieron haberlo hecho. Sin embargo, lo llevaron ante el procónsul, y fue condenado y quemado en la plaza del mercado.
El procónsul le apremió, diciendo: «Jura, y te daré la libertad: Blasfema contra Cristo.»
Policarpo le respondió: «Durante ochenta y seis años le he servido, y nunca me ha hecho mal alguno: ¿Cómo voy yo a blasfemar contra mi Rey, que me ha salvado?» En la estaca fue sólo atado, y no clavado como era costumbre, porque les aseguró que se iba a quedar inmóvil; al encenderse la hoguera, las llamas rodearon su cuerpo, como un arco, sin tocarlo; entonces dieron orden al verdugo que lo traspasara con una espada, con lo que manó tal cantidad de sangre que apagó el fuego.
Sin embargo se dio orden, por instigación de los enemigos del Evangelio, especialmente judíos, de que su cuerpo fuera consumido en la hoguera, y la petición de sus amigos, que querían darle cristiana sepultura, fue rechazada. Sin embargo, recogieron sus huesos y tanto de sus restos como pudieron, y los hicieron enterrar decentemente.

METRODORO, PIONIO, CARPO Y PAPILO

Metrodoro, un ministro que predicaba denodadamente, y Pionio, que hizo varias excelentes apologías de la fe cristiana, fueron también quemados. Carpo y Papilo, dos dignos cristianos, y Agatónica, una piadosa mujer, sufrió el martirio en Pergamópolis, en Asia.

FELICITATE

Felicitate, una ilustre dama romana, de una familia de buena posición, y muy virtuosa, era una devota cristiana. Tenía siete hijos, a los que había educado con la más ejemplar piedad.

FLIX, FELIPE, ALEJANDRO, VITAL Y MARCIAL

Enero, el mayor, fue flagelado y prensado hasta morir con pesos; Félix y Felipe, que le seguían en edad, fueron descerebrados con garrotes; Silvano, el cuarto, fue asesinado siendo echado a un precipicio; y los tres hijos menores, Alejandro, Vital y Marcial, fueron decapitados. La madre fue después decapitada con la misma espada que los otros tres.

JUSTINO

Justino, el célebre filósofo, murió mártir en esta persecución. Era natural de Nápolis, en Samaria, y había nacido el 103 d.C. Fue un gran amante de la verdad y erudito universal; investigó las filosofías estoica y peripatética, y probó la pitagórica, pero, disgustándole la conducta de uno de sus profesores, investigó la platónica, en la que encontró gran deleite. Alrededor del año 13 3, a los treinta años, se convirtió al cristianismo, y entonces, por vez primera, percibió la verdadera naturaleza de la verdad.
Escribió una elegante epístola a los gentiles, y empleó sus talentos para convencer a los judíos de la verdad de los ritos cristianos. Dedicó gran tiempo a viajar, hasta que estableció su residencia en Roma, en el monte Viminal.
Abrió una escuela pública, enseñó a muchos que posteriormente fueron personajes prominentes, y escribió un tratado para confutar las herejías de todo tipo. Cuando los paganos comenzaron a tratar a los cristianos con gran severidad, Justino escribió su primera apología en favor de ellos. Este escrito exhibe una gran erudición y genio, e hizo que el emperador publicara un edicto en favor de los cristianos.
Poco después entró en frecuentes discusiones con Crescente, persona de vida viciosa, pero que era un célebre filósofo cínico; los argumentos de Justino fueron tan poderosos, pero odiosos para el cínico, que decidió, y consiguió, su destrucción.
La segunda apología de Justino, debido a ciertas cosas que contenía, dio al cínico Crescente una oportunidad para predisponer al emperador en contra de su autor, y por esto Justino fue arrestado, junto con seis compañeros suyos. Al ordenársele que sacrificara a los ídolos paganos, rehusaron, y fueron condenados a ser azotados, y a continuación decapitados; esta sentencia se cumplió con toda la severidad imaginable.
Varios fueron decapitados por rehusar sacrificar a la imagen de Júpiter, en particular Concordó, diácono de la ciudad de Spolito.
Al levantarse en armas contra Roma algunas de las agitadas naciones del norte, el emperador se puso en marcha para enfrentarse a ellas. Sin embargo, se vio atrapado en una emboscada, y temió perder todo su ejército. Encerrado entre montañas, rodeado de enemigos y muriéndose de sed, en vano invocaron a las deidades paganas, y entonces ordenó a los hombres que pertenecían a la militine, o legión del trueno, que oraran a su Dios pidiendo socorro.
De inmediato tuvo lugar una milagrosa liberación; cayó una cantidad prodigiosa de lluvia, que fue recogida por los hombres, haciendo presas, y dio un alivio repentino y asombroso. Parece que la tormenta, que se abatió intensamente sobre los rostros de los enemigos, los intimidó de tal manera, que una parte desertó hacia el ejército romano; el resto fueron derrotados, y las provincias rebeldes fueron totalmente recuperadas.
Este asunto hizo que la persecución amainara por algún tiempo, al menos en aquellas zonas inmediatamente bajo la inspección del emperador, pero nos encontramos que pronto se desencadenó en Francia, particularmente en Lyon, donde las torturas que fueron impuestas a muchos de los cristianos casi rebasan la capacidad de descripción.

MÁS MARTIRES

Los principales de estos mártires fueron un joven llamado Vetio Agato; Blandina, una dama cristiana de débil constitución; Sancio, que era diácono en Vienna; a éste le aplicaron platos de bronce al rojo vivo sobre las partes más sensibles de su cuerpo; Biblias, una débil mujer que había sido apóstata anteriormente. Attalo, de Pérgamo, y Potino, el venerable obispo de Lyon, que tenía noventa años.
El día en que Blandina y otros tres campeones de la fe fueron llevados al anfiteatro, a ella la colgaron de un madero fijado sobre el suelo, y la expusieron a las fieras como alimento-, mientras tanto ella, con sus fervorosas oraciones, alentaba a los otros. Pero ninguna de las fieras la tocó, por lo que fue vuelta a llevar a la mazmorra. Cuando fue sacada por tercera y última vez, salió acompañada por Póntico, un joven de quince años, y la constancia de la fe de ellos enfureció de tal manera a la multitud que no fueron respetados ni el sexo de ella ni la juventud de él, y los hicieron objeto de todo tipo de castigos y torturas. Fortalecido por Blandina, el muchacho perseveró hasta la muerte; y ella, después de soportar los tormentos mencionados, fue finalmente muerta con espada.
En estas ocasiones, cuando los cristianos recibían el martirio, iban tomados y coronados con guirnaldas de flores; por ellas, en el cielo, recibían eternas coronas de gloria.
Se ha dicho que las vidas de los cristianos primitivos consistía de «persecución por encima del suelo y oración por debajo del suelo.» Sus vidas están expresadas por el Coliseo y las catacumbas. Debajo de Roma están los subterráneos que llamamos las catacumbas, que eran a la vez templos y tumbas. La primitiva Iglesia en Roma podría ser llamada con razón la Iglesia de las Catacumbas. Hay unas sesenta catacumbas cerca de Roma, en las que se han seguido unas seiscientas millas de galerías, y esto no es la totalidad. Estas galerías tienen una altura de alrededor de ocho pies (2,4 metros) y una anchura de entre tres a cinco pies (de casi 1 metro hasta 1,5), y contienen a cada lado varias hileras de recesos largos, bajos, horizontales, uno encima de otros como a modo de literas en un barco.
En estos nichos eran puestos los cadáveres, y eran cerrados bien con una simple lápida de mármol, o con varias grandes losas de tierra cocida ligadas con mortero. En estas lápidas o losas hay grabados o pintados epitafios y símbolos. Tanto los paganos como los cristianos sepultaban a sus muertos en estas catacumbas. Cuando se abrieron los sepulcros cristianos, los esqueletos contaron su temible historia. Se encuentran cabezas separadas del cuerpo; costillas y clavículas rotas, huesos frecuentemente calcinados por el fuego. Pero a pesar de la terrible historia de persecución que podemos leer ahí, las inscripciones respiran paz, gozo y triunfo. Aquí tenemos unas cuantas:
«Aquí yace Marcia, puesta a reposar en un sueño de paz.»
«Lorenzo a su más dulce hijo, llevado por los ángeles.»
«Victorioso en paz y en Cristo.»
«Al ser llamado, se fue en paz.»
Recordemos, al leer estas inscripciones la historia que los esqueletos cuentan de persecución, tortura y fuego.
Pero la plena fuerza de estos epitafios se aprecia cuando los contrastarnos con los epitafios paganos, como:
«Vive para esta hora presente, porque de nada más estamos seguros.»
«Levanto mi mano contra los dioses que me arrebataron a los veinte años, aunque nada malo había hecho.»
«Una vez no era. Ahora no soy. Nada sé de ello, y no es mi preocupación.»
«Peregrino, no me maldigas cuando pases por aquí, porque estoy en tinieblas y no puedo responder.»
Los más frecuentes símbolos cristianos en las paredes de las catacumbas son el buen pastor con el cordero en sus hombros, una nave con todo el velamen, arpas, anclas, coronas, vides, y por encima de todo, el pez.

LA QUINTA PERSECUCIÓN, COMENZANDO CON SEVERO, EL 192 D.C.

Severo, recuperado de una grave enfermedad por los cuidados de un cristiano, Regó a ser un gran favorecedor de los cristianos en general; pero al prevalecer los prejuicios y la furia de la multitud ignorante, se pusieron en acción unas leyes obsoletas contra los cristianos. El avance del cristianismo alarmaba a los paganos, y reavivaron la enmohecida calumnia de achacar a los cristianos les desgracias accidentales que sobrevenían. Esta persecución se desencadenó en el 192 d.C.
Pero aunque rugía la malicia persecutoria, sin embargo el Evangelio resplandecía fulgurosamente; y firme como inexpugnable roca resistía con éxito a los ataques de sus chillones enemigos. Tertuliano, que vivió en esta época, nos informa de que si los cristianos se hubieran ido en masa de los territorios romanos, el imperio habría quedado despoblado en gran manera.

MÁRTIRES DEL SIGLO 3°

Víctor, obispo de Roma, sufrió el martirio en el primer año del siglo tercero, el 201 d.C. Leónidas, padre del célebre Orígenes, fue decapitado por cristiano. Muchos de los oyentes de Orígenes también sufrieron el martirio; en particular dos hermanos, llamados Plutarco y Sereno; otro Sereno, Herón y Heráclides, fueron decapitados. A Rhais le derramaron brea hirviendo sobre la cabeza, y luego lo quemaron, como también su madre Marcela. Potainiena, hermana de Rhais, fue ejecutada de la misma forma que Rhais; pero Basflides, oficial del ejército, a quien se le ordenó que asistiera a la ejecución, se convirtió.
Al pedírsele a Basílides, que era oficial, que hiciera un cierto juramento, rehusó, diciendo que no podría jurar por los ídolos romanos, por cuanto era cristiano. Llenos de estupor, los del populacho no podían al principio creer lo que oían; pero tan pronto él confirmó lo que había dicho, fue arrastrado ante el juez, echado en la cárcel, y poco después decapitado.

IRENEO

Ireneo, obispo de Lyon, había nacido en Grecia, y recibió una educación esmerada y cristiana. Se supone generalmente que el relato de las persecuciones en Lyon fue escrito por él mismo. Sucedió al mártir Potino como obispo de Lyon, y gobernó su diócesis con gran discreción; era un celoso oponente de las herejías en general, y alrededor del 187 d.C. escribió un célebre tratado contra las herejías. Víctor, obispo de Roma, queriendo imponer allí la observancia de la Pascua en preferencia a otros lugares, ocasionó algunos desórdenes entre los cristianos. De manera particular, Ireneo le escribió una epístola sinódica, en nombre de las iglesias galicanas. Este celo en favor del cristianismo lo señaló como objeto de resentimiento ante el emperador, y fue decapitado el 202 d.C.
Extendiéndose las persecuciones a África, muchos fueron martirizados en aquel lugar del globo; mencionaremos a los más destacados entre ellos.
Perpetua, de unos veintidós años, casada. Los que sufrieron con ella fueron Felicitas, una mujer casada y ya en muy avanzado estado de gestación cuando fue arrestada, y Revocato, catecúmeno de Cartago, y un esclavo. Los nombres de los otros presos destinados a sufrir en esta ocasión eran Saturnino, Secundulo y Satur. En el día señalado para su ejecución fueron llevados al anfiteatro. A Satur, Secúndulo y Revocato les mandaron que corrieran entre los cuidados de las fieras.
Estos, dispuestos en dos hileras, los flagelaron severamente mientras corrían entre ellos. Felicitas y Perpetua fueron desnudadas para echarlas a un toro bravo, que se lanzó primero contra Perpetua, dejándola inconsciente; luego se abalanzó contra Felicitas, y la empitonó terriblemente; pero no habían quedado muertas, por lo que el verdugo las despachó con una espada. Revocato y Satur fueron devorados por las fieras; Saturnino fue decapitado, y Secúndulo murió en la cárcel. Estas ejecuciones tuvieron lugar en el ocho de marzo del año 205 D. C Esperato y otros doce fueron decapitados, lo mismo que Androcles en Francia. Asclepiades, obispo de Antioquía, sufrió muchas torturas, pero no fue muerto.

CECILIA Y VALERIANO

Cecilia, una joven dama de una buena familia en Roma, fue casada con un caballero llamado Valeriano, y convirtió a su marido y hermano, que fueron decapitados; el máximo, u oficial, que los llevó a la ejecución, fue convertido por ellos, y sufrió su misma suerte. La dama fue echada desnuda en un baño hirviente, y permaneciendo allí un tiempo considerable, la decapitaron con una espada. Esto sucedió el 222 d.C.

CALIXTO Y URBANO

Calixto, obispo de Roma, sufrió martirio el 224 d.C., pero no se registra la forma de su muerte; Urbano, obispo de Roma, sufrió la misma suerte el 232 d.C.

LA SEXTA PERSECUCIÓN, BAJO MAXIMINO, EL 235 D.C.

El 235 d.C. comenzó, bajo Maximino, una nueva persecución. El gobernador de Capadocia, Seremiano, hizo todo lo posible para exterminar a los cristianos de aquella provincia.

CRISTIANOS EJECUTADOS

Las personas principales que murieron bajo este reinado fueron Pontiano, obispo de Roma; Anteros, un griego, su sucesor, que ofendió al gobierno al recogerlas actas de los mártires. Pamaquio y Quirito, senadores romanos, junto con sus familias enteras, y muchos otros cristianos; Simplicio, también senador, Calepodio, un ministro cristiano, que fue echado al Tiber, Martina, una noble y hermosa doncella; e Hipólito, un prelado cristiano, que fue atado a un caballo indómito, y arrastrado hasta morir.
Durante esta persecución, suscitada por Maximino, muchísimos cristianos fueron ejecutados sin juicio, y enterrados indiscriminadamente a montones, a veces cincuenta o sesenta echados juntos en una fosa común, sin la más mínima decencia.
Al morir el tirano Maximino en el 238 d.C., le sucedió Gordiano, y durante su reinado, así como el de su sucesor, Felipe, la Iglesia estuvo libre de persecuciones durante más de diez años; pero en el 249 d.C. se desató una violenta persecución en Alejandría, por instigación de un sacerdote pagano, sin conocimiento del emperador.

LA SÉPTIMA PERSECUCIÓN, BAJO DECIO, EL 249 D.C.

Ésta estuvo ocasionada en parte por el aborrecimiento que tenía contra su predecesor Felipe, que era considerado cristiano, y tuvo lugar en parte por sus celos ante el asombroso avance del cristianismo; porque los templos paganos comenzaban a ser abandonados, y las iglesias cristianas estaban llenas.
Estas razones estimularon a Decio a intentar la extirpación del nombre mismo de cristiano; y fue cosa desafortunada para el Evangelio que varios errores se habían deslizado para este tiempo dentro de la Iglesia; los cristianos estaban divididos entre sí; los intereses propios dividían a aquellos a los que el amor social debía haber mantenido unidos; y la virulencia del orgullo dio lugar a una variedad de facciones.
Los paganos, en general, tenían la ambición de poner en acción los decretos imperiales en esta ocasión, y consideraban el asesinato de los cristianos como un mérito para sí mismos. En esta ocasión los mártires fueron innumerables; pero haremos relación de los principales.

FABIANO

Fabiano, obispo de Roma, fue la primera persona en posición eminente que sintió la severidad de esta persecución. El difunto emperador había puesto su tesoro al cuidado de este buen hombre, debido a su integridad. Pero Decio, al no hallar tanto como su avaricia le había hecho esperar, decidió vengarse del buen prelado. Fue entonces arrestado, y decapitado el 20 de enero del 250 d.C.

JULIAN

Julián, nativo de Cilicia, como nos informa San Crisóstomo, fue arrestado por ser cristiano. Fue metido en una bolsa de cuero, junto con varias serpientes y escorpiones, y echado así al mar.

PEDRO

Pedro, un joven muy atractivo tanto de físico como por sus cualidades intelectuales, fue decapitado por rehusar sacrificar a Venus. En el juicio declaró: «Estoy atónito de que sacrifiquéis a una mujer tan infame, cuyas abominaciones son registradas por vuestros mismos historiadores, y cuya vida consistió de unas acciones que vuestras mismas leyes castigarían. No, al verdadero Dios ofreceré yo el sacrificio aceptable de alabanzas y oraciones.» Al oír esto Optimo, procónsul de Asia, ordenó al preso que fuera estirado en la rueda de tormento, rompiéndole todos los huesos, y luego fue enviado a ser decapitado.

NICOMACO

A Nicomaco, hecho comparecer ante el procónsul como cristiano, le mandaron que sacrificara a los ídolos paganos. Nicomaco replicó: «No puedo dar a demonios la reverencia debida sólo al Todopoderoso.» Esta manera de hablar enfureció de tal manera al procónsul que Nicomaco fue puesto en el potro. Después de soportar los tormentos durante un tiempo, se retractó; pero apenas si había dado tal prueba de debilidad que cayó en las mayores agonías, cayó al suelo, y expiró inmediatamente.

DENISA

Denisa, una joven de sólo dieciséis años, que contempló este terrible juicio, exclamó de repente: «Oh infeliz, ¡para qué comprar un momento de alivio a costa de una eternidad de miseria! » Optimo, al oír esto, la llamó, y al reconocerse Denisa como cristiana, fue poco después decapitada, por orden suya.

ANDRES Y PABLO

Andrés y Pablo, dos compañeros de Nicomaco el mártir, sufrieron el martirio el 251 d.C. por lapidación, y murieron clamando a su bendito Redentor.

ALEJANDRO Y EPIMACO

Alejandro y Epimaco, de Alejandría, fueron arrestados por ser cristianos; al confesar que efectivamente lo eran, fueron golpeados con estacas, desgarrados con garfios, y al final quemados con fuego; también se nos informa, en un fragmento preservado por Eusebio, que cuatro mujeres mártires sufrieron aquel mismo día, y en el mismo lugar, pero no de la misma manera, por cuanto fueron decapitadas.

LUCIANO Y MARCIANO

Luciano y Marciano, dos malvados paganos, aunque hábiles magos, se convirtieron al cristianismo, y para expiar sus antiguos errores vivieron como eremitas, sustentándose sólo con pan y agua. Después de un tiempo en esta condición, devinieron celosos predicadores, e hicieron muchos convertidos. Sin embargo, rugiendo en este entonces la persecución, fueron arrestados y llevados ante Sabinio, el gobernador de Bitinia. Al preguntárseles en base de qué autoridad se dedicaban a predicar, Luciano contestó: «Que las leyes de la caridad y de la humanidad obligaban a todo hombre a buscar la conversión de sus semejantes, y a hacer todo lo que estuviera en su poder para liberarlos de las redes del diablo.»
Habiendo respondido Luciano de esta manera, Marciano añadió que la conversión de ellos «había tenido lugar por la misma gracia que le había sido dada a San Pablo, que, de celoso perseguidor de la Iglesia, se convirtió en predicador del Evangelio».
Viendo el procónsul que no podía prevalecer sobre ellos para que renunciaran a su fe, los condenó a ser quemados vivos, sentencia que fue pronto ejecutada.

TRIFON Y RESPICIO

Trifón y Respicio, dos hombres eminentes, fueron aprehendidos como cristianos, y encarcelados en Niza. Sus pies fueron traspasados con clavos; fueron arrastrados por las calles, azotados, desgarrados con garfios de hierro, quemados con antorchas, y finalmente decapitados, el 1 de febrero del 251 d.C.

AGATA

Ágata, una dama siciliana, no era tan notable por sus dotes personales y adquiridas como por su piedad; tal era su hermosura que Quintiano, gobernador de Sicilia, se enamoró de ella, e hizo muchos intentos por vencer su castidad, pero sin éxito. A fin de gratificar sus pasiones con la mayor facilidad, puso a la virtuosa dama en manos de Afrodica, una mujer infame y licenciosa. Esta miserable trató, con sus artificios, de ganarla a la deseada prostitución, pero vio fallidos todos sus esfuerzos, porque la castidad de Ágata era inexpugnable, y ella sabía muy bien que sólo la virtud podría procurar una verdadera dicha, Afrodica hizo saber a Quintiano la inutilidad de sus esfuerzos, y éste, enfurecido al ver sus designios torcidos, cambió su concupiscencia en resentimiento.
Al confesar ella que era cristiana, decidió satisfacerse con la venganza, al no poderlo hacer con su pasión. Siguiendo órdenes suyas, fue flagelada, quemada con hierros candentes, y desgarrada con aguzados garfios. Habiendo soportado estas torturas con una admirable fortaleza, fue luego puesta desnuda sobre ascuas mezcladas con vidrio, y luego devuelta a la cárcel, donde expiró el 5 de febrero del 251.

CIRILO

Cirilo, obispo de Gortyna, fue arrestado por órdenes de Lucio, gobernador de aquel lugar, que sin embargo le exhortó a obedecer la orden imperial, a hacer los sacrificios, y salvar su venerable persona de la destrucción; porque ahora tenía ochenta y cuatro años. El buen prelado le contestó que como había enseñado a otros durante mucho tiempo que salvaran sus almas, ahora sólo podía pensar en su propia salvación. El digno prelado escuchó su sentencia, dada con furor, sin la menor emoción, anduvo animosamente hasta el lugar de la ejecución, y sufrió su martirio con gran entereza.
En ningún lugar se manifestó esta persecución con tanta saña como en la isla de Creta, porque el gobernador, sumamente activo en la ejecución de los edictos imperiales, hizo correr a ríos la sangre de los piadosos.

BABYLAS

Babylas, un cristiano con educación académica, llegó a ser obispo de Antioquía el 237 d.C., después de Zebino. Actuó con un celo sin parangón, y gobernó la Iglesia con una prudencia admirable durante los tiempos más tormentosos.
La primera desgracia que tuvo lugar en Antioquía durante su misión fue su asedio por Sapor, rey de Persia, que, habiendo invadido toda la Siria, tomó y saqueó esta ciudad entre otras, y trató a los moradores cristianos de la ciudad con mayor dureza que a los otros; pero pronto fue derrotado totalmente por Gordiano.
Después de la muerte de Gordiano, en el reinado de Decio, este emperador vino a Antioquía, y allí, expresando su deseo de visitar una asamblea de cristianos; pero Babylas se le opuso, y se negó absolutamente a que entrara. El emperador disimuló su ira en aquel tiempo, pero pronto envió a buscar al obispo, reprendiéndole duramente por su insolencia, y luego le ordenó que sacrificara a las deidades paganas como expiación por su ofensa. Al rehusar, fue echado en la cárcel, cargado de cadenas, tratado con la mayor severidad, y luego decapitado, junto con tres jóvenes que habían sido sus alumnos. Esto sucedió el 251 d.C.
Alejandro, obispo de Jerusalén, fue encarcelado por su religión por este mismo tiempo, y allí murió debido a la dureza de su encierro.

JULIANO

Juliano, un anciano y cojo debido a la gota, y Cronión, otro cristiano, fueron atados a las jorobas de unos camellos, flagelados cruelmente, y luego echados a un fuego y consumidos. También cuarenta doncellas fueron quemadas en Antioquía, después de haber sido encarceladas y flageladas.

SOLDADOS EN LA CUEVA

En el año 251 de nuestro Señor, el emperador Decio, después de haber erigido un templo pagano en Éfeso, ordenó que todos los habitantes de la ciudad sacrificaran a los ídolos. Esta orden fue noblemente rechazada por siete de sus propios soldados, esto es, Maximiano, Marciano, Joanes, Malco, Dionisio, Seraión y Constantino. El emperador, queriendo ganar a estos soldados a que renunciaran a su fe mediante sus exhortaciones y lenidad, les dio un tiempo considerable de respiro hasta volver de una expedición. Durante la ausencia del emperador, estos huyeron y se ocultaron en una cueva; al saber esto el emperador a su vuelta, la boca de la cueva fue cegada, y todos murieron de hambre.

TEODORA

Teodora, una hermosa y joven dama de Antioquía rehusó sacrificar a los ídolos de Roma, y fue condenada al burdel, para que su virtud fuera sacrificada a la brutalidad de la concupiscencia. Dídimo, un cristiano, se disfrazó con un uniforme de soldado romano, fue al burdel, informó a Teodora de quién era, y la aconsejó a que huyera disfrazada con sus ropas.
Hecho esto, y al encontrarse un hombre en el burdel en lugar de una hermosa dama, Dídimo fue llevado ante el gobernador, a quien le confesó la verdad; al reconocerse cristiano, de inmediato fue pronunciada contra él la sentencia de muerte. Teodora, al oír que su liberador iba a sufrir, acudió ante el juez, y rogó que la sentencia recayera sobre ella como la persona culpable; pero sordo a los clamores de los inocentes, e insensible a las demandas de la justicia, el implacable juez condenó a ambos; y fueron ejecutados, primero decapitados, y luego sus cuerpos quemados.

SECUNDIANO

Secundiano, acusado de ser cristiano, estaba siendo llevado a la cárcel por varios soldados. Por el camino, Veriano y Marcelino les dijeron: «¿A dónde lleváis a un inocente?» Esta pregunta llevó al arresto de ellos, y los tres, tras haber sido torturados, fueron colgados y decapitados.

ORIGENES

Orígenes, el célebre presbítero y catequista de Alejandría, fue arrestado cuando tenía sesenta y cuatro años, y fue arrojado en una inmunda mazmorra, cargado de cadenas, con los pies en el cepo, y sus piernas extendidas al máximo durante varios días seguidos. Fue amenazado con fuego, y torturado con todos los medios prolijos que pudieran inventar las mentes más infernales. Durante este cruel y prolongado tormento murió el emperador Decio, y Gallo, que le sucedió, se enzarzó en una guerra contra los godos, con lo que los cristianos tuvieron un respiro. Durante este intervalo, Orígenes obtuvo la libertad, y, retirándose a Tiro, se quedó allá hasta su muerte, que le sobrevino a los sesenta y nueve años de edad.

COMELIO Y LUCIO

Habiendo Gallo concluido sus guerras, se desató una plaga en el imperio; el emperador ordenó entonces sacrificios a las deidades paganas, y se desencadenaron persecuciones desde el corazón del imperio, extendiéndose hasta las provincias más apartadas, y muchos cayeron mártires de la impetuosidad del populacho, así como del prejuicio de los magistrados. Entre estos mártires estuvieron Comelio, obispo cristiano de Roma, y su sucesor Lucio, en el 253.
La mayoría de los errores que se introdujeron en la Iglesia en esta época surgieron por poner la razón humana en competición con la revelación; pero al demostrar los teólogos más capaces la falacia de tales argumentos, las opiniones que se habían suscitado se desvanecieron como las estrellas delante del sol.

LA OCTAVA PERSECUCIÓN, BAJO VALERIANO, 257 D.C.

Ésta comenzó bajo Valeriano, en el mes de abril del 257 d.C., y continuó durante tres años y seis meses. Los mártires que cayeron en esta persecución fueron innumerables, y sus torturas y muertes igual de variadas y penosas. Los más eminentes entre los mártires fueron los siguientes, aunque no se respetaron ni rango, ni sexo ni edad.

RUFINA Y SECUNDA

Rufina y Secunda eran dos hermosas y cumplidas damas, hijas de Asterio, un caballero eminente en Roma. Rufina, la mayor, estaba prometida en matrimonio a Armentario, un joven noble; Secunda, la menor, a Verino, persona de alcurnia y opulencia. Los pretendientes, al comenzar la persecución, eran ambos cristianos; pero cuando surgió el peligro, renunciaron a su fe para salvar sus fortunas. Se esforzaron entonces mucho en persuadir a las damas a que hicieran lo mismo, pero, frustrados en sus Propósitos, fueron tan abyectos como para informar en contra de ellas, que, arrestadas como cristianas, fueron hechas comparecer ante Junio Donato, gobernador de Roma, donde, en el 257 d.C., sellaron su martirio con su sangre.

ESTEBAN Y SATURNINO

Esteban, obispo de Roma, fue decapitado aquel mismo año, y por aquel tiempo Saturnino, el piadoso obispo ortodoxo de Toulouse, que rehusó sacrificar a los ídolos, fue tratado con todas las más bárbaras indignidades imaginables, y atado por los pies a la cola de un toro. Al darse una señal, el enfurecido animal fue conducido escaleras abajo por las escalinatas del templo, con lo que él fue destrozado el cráneo del digno mártir hasta salírsele los sesos.

SIXTO

Sixto sucedió a Esteban como obispo de Roma. Se supone que era griego de nacimiento u origen, y había servido durante un tiempo como diácono bajo Esteban. Su gran fidelidad, singular sabiduría y valor no común lo distinguieron en muchas ocasiones; y la feliz conclusión de una controversia con algunos herejes es generalmente adscrita a su piedad y prudencia. En el año 258, Marciano, que dirigía los asuntos del gobierno en Roma, consiguió una orden del emperador Valeriano para dar muerte a todo el clero cristiano de Roma, y por ello el obispo, con seis de sus diáconos, sufrió el martirio en el 258.

LORENZO

Acerquémonos al fuego del martirizado Lorenzo, para que nuestros fríos corazones sean por él hechos arder. El implacable tirano, sabiendo que no sólo era ministro de los sacramentos, sino también distribuidor de las riquezas de la Iglesia, se prometía una doble presa con el arresto de una sola persona. Primero, con el rastrillo de la avaricia, conseguir para sí mismo el tesoro de cristianos pobres; luego, con el feroz bieldo de la tiranía, para agitarlos y perturbarlos, agotarlos en su profesión.
Con un rostro feroz y cruel semblante, el codicioso lobo exigió saber dónde Lorenzo había repartido las riquezas de la Iglesia; éste, pidiendo tres días de tiempo, prometió declarar dónde podría conseguir el tesoro. Mientras tanto, hizo congregar una gran cantidad de cristianos pobres. Así, cuando llegó el día en que debía dar su respuesta, el perseguidor le ordenó que se mantuviera fiel a su promesa. Entonces, el valiente Lorenzo, extendiendo sus brazos hacia los pobres, dijo: «Estos son el precioso tesoro de la Iglesia; estos son verdaderamente el tesoro, aquellos en los que reina la fe de Cristo, en los que Jesucristo tiene su morada.
¿Qué joyas más preciosas puede tener Cristo, que aquellos en quienes ha prometido morar? Porque así está escrito: «Tuve hambre, y me disteis de comer, tuve sed, y me disteis de beber, fui forastero, y me recogisteis.» Y también: «Por cuanto lo hicisteis a uno de estos más pequeños de mis hermanos, a mí me lo hicisteis.» ¿Qué mayores riquezas puede poseer Cristo nuestro Maestro que el pueblo pobre en quien quiere ser visto?»
¡Ah!, ¿qué lengua puede expresar el furor y la rabia del corazón del tirano? Ahora pateaba, echaba furiosas miradas, gesticulaba amenazante, se comportaba como enajenado: sus ojos echaban fuego, la boca espumajeaba como la de un jabalí, y mostraba los dientes como un infernal mastín. No se le podía llamar ahora un hombre racional, sino más bien un león rugiente y rampante.
«Encended el fuego (chilló él)-y no ahorréis leña. ¿Ha engañado este villano al emperador? Fuera con él, fuera con él: azotadle con látigos, sacudidlo con varas, golpeadle con los puños, descerebradlo con garrotes. ¿Se burla este traidor del emperador? Pellizcadlo con tenazas ardientes, ceñidlo con placas candentes, sacad las cadenas más fuertes, y los tridentes, y la parrilla de hierro; al fuego con él; atad al rebelde de manos y pies; y cuando la parrilla esté al rojo vivo, echadlo en ella; asadlo, movedlo, agitadlo: bajo pena de nuestro mayor desagrado, que cada uno de vosotros, verdugos, cumpla su misión»
Tan pronto fueron dichas estas palabras que se cumplieron. Después de crueles tormentos, este manso cordero fue puesto, no diré que sobre su cama candente de hierro, sino sobre su suave colchón de plumas. De tal manera Dios obró con este mártir Lorenzo, de manera tan milagrosa Dios templó Su elemento fuego, que devino no una cama de dolor consumidor, sino un lecho de reposo reparador.
En África, la persecución rugió con una violencia peculiar; muchos miles recibieron la corona del martirio, entre los cuales se pueden mencionar las personalidades más distinguidas:

CIPRIANO

Cipriano, obispo de Cartago, un eminente prelado y adorno de la Iglesia. El resplandor de su genio iba templado por la solidez de su juicio; y con todas las virtudes del caballero combinaba las virtudes de un cristiano. Sus doctrinas eran ortodoxas y puras; su lenguaje, fácil y elegante; y sus maneras gentiles y atrayentes; en resumen, era a la vez un predicador piadoso y cortés. En su juventud había sido educado en los principios de los gentiles, y poseyendo una fortuna considerable, había vivido en toda la extravagancia del esplendor y en toda la dignidad del boato.
Alrededor del año 246, Cecilio, ministro cristiano de Cartago, devino el feliz instrumento de su conversión, por lo cual, y por el gran afecto que siempre sintió para con el autor de su conversión, fue llamado Cecilio Cipriano. Antes de su bautismo estudió cuidadosamente las Escrituras, e impactado por las bellezas de las verdades que contenían, decidió practicar las virtudes que en ellas se recomendaban. Después de su bautismo, vendió sus posesiones, distribuyó su dinero entre los pobres, se vistió -de manera llana, y comenzó una vida de austeridad. Pronto fue nombrado presbítero, y, sumamente admirado por sus virtudes y obras, fue, a la muerte de Donato en el 248 d.C., elegido casi unánimemente obispo de Cartago.
Los cuidados de Cipriano no se extendían sólo a Cartago, sino a Numidia y Mauritanía. En todas sus transacciones tuvo siempre gran atención a pedir el consejo de su clero, sabiendo que sólo la unanimidad podría ser de servicio a la iglesia, siendo ésta su máxima: «Que el obispo estaba en la iglesia, y la iglesia en el obispo, de manera que la unidad sólo puede ser preservada mediante un estrecho vínculo entre el pastor y su grey.»
En el 250 d.C. Cipriano fue públicamente proscrito por el emperador Decio, bajo el nombre de Cecilio Cipriano, obispo de los cristianos; y el clamor universal de los paganos fue: «Cipriano a los leones; Cipriano a las fieras.» Sin embargo, el obispo se apartó del furor del populacho, y sus posesiones fueron de inmediato confiscadas. Durante su retiro, escribió treinta piadosas y elegantes epístolas a su grey; pero varios cismas que tuvieron entonces lugar en la Iglesia le provocaron gran ansiedad. Al disminuir el rigor de la persecución, volvió a Cartago, e hizo todo lo que estaba en su mano para deshacer las opiniones erróneas.
Al desatarse sobre Cartago una terrible peste, fue, como era costumbre, achacada a los cristianos; y los magistrados comenzaron entonces una persecución, lo que ocasionó una epístola de ellos a Cipriano, en respuesta a la cual él vindicó la causa del cristianismo. En el 257 d.C. Cipriano fue hecho comparecer ante el procónsul Aspasio Patumo, que lo desterró a una pequeña ciudad en el mar de Libia. Al morir este procónsul, volvió a Cartago, pero fue pronto arrestado, y llevado ante el nuevo gobernador, que lo condenó a ser decapitado; esta sentencia fue ejecutada el catorce de septiembre del 258 d.C.
Los discípulos de Cipriano, martirizado en esta persecución, fueron Lucio, Flaviano, Victórico, Remo, Montano, Julián, Primelo y Donaciano.

LA TRAGEDIA TERRIBLE

En Utica tuvo lugar una tragedia terrible: trescientos cristianos fueron traídos, por orden del gobernador, y puestos alrededor de un horno de cocción de cerámica. Habiendo preparado unas ascuas e incienso, se les ordenó que o bien sacrificaran a Júpiter, o serían arrojados al horno. Rehusando todos unánimes, saltaron valientemente al hoyo, y fueron de inmediato asfixiados.

FRUCTUOSO

Fructuoso, obispo de Tarragona, en España, y sus dos diáconos, Augurio y Eulogio, fueron quemados por cristianos.

DEVORADOS POR TIGRES

Alejandro, Malco y Prisco, tres cristianos de Palestina, y una mujer del mismo lugar, se acusaron voluntariamente de ser cristianos, por lo que fueron sentenciados a ser devorados por tigres, sentencia que fue ejecutada.

ASADAS SOBRE PARRILLAS

Máxima, Donatila y Secunda, tres doncellas de Tuburga, recibieron como bebida hiel y vinagre, fueron duramente flageladas, atormentadas sobre un patíbulo, frotadas con cal, asadas sobre unas parrillas, maltratadas por fieras, y finalmente decapitadas.
Es aquí oportuno observar la singular pero mísera suerte del emperador Valeriano, que durante tanto tiempo y tan duramente persiguió a los cristianos. Este tirano fue hecho prisionero, mediante una estratagema, por Sapor, emperador de Persia, que lo llevó a su propio país, tratándolo allí con la más inusitada indignidad, haciéndole arrodillarse como el más humilde esclavo, y poniendo sobre él los pies a modo de banqueta cuando montaba en su caballo.
Después de haberlo tenido durante siete años en este abyecto estado de esclavitud, hizo que le sacaran los ojos, aunque tenía entonces ochenta y tres años. No saciando con ello sus deseos de venganza, pronto ordenó que lo despellejaran vivo y que le frotaran sal en la carne viva, muriendo bajo tales torturas. Así cayó uno de los más tiránicos emperadores de Roma, y uno de los más grandes perseguidores de los cristianos.
En el 260 d.C. sucedió Gallieno, hijo de Valeriano, y durante su reinado (aparte de unos pocos mártires) la Iglesia gozó de paz durante algunos años.

LA NOVENA PERSECUCIÓN BAJO AURELIANO, 274 D.C.

Los principales que padecieron en esta fueron: Félix, obispo de Roma. Este prelado accedió a la sede de Roma en el 274. Fue el primer mártir de la petulancia de Aureliano, siendo decapitado en el veintidós de diciembre aquel mismo año.

AGAPITO

Agapito, un joven caballero, que había vendido sus posesiones y dado el dinero a los pobres, fue arrestado como cristiano, torturado, y luego decapitado en Praeneste, una ciudad a un día de viaje de Roma.
Estos son los únicos mártires que fueron registrados durante este reinado, que pronto vio su fin, al ser el emperador asesinado en Bizancio por sus propios criados.
Aureliano fue sucedido por Tácito, que fue seguido por Probo, y éste por Caro; al ser muerto este emperador por un rayo, sus hijos Camio y Numeriano le sucedieron, y durante todos estos reinados la iglesia tuvo paz.
Diocleciano accedió al trono imperial en el 284 d.C. Al principio mostró gran favor a los cristianos. En el año 286 asoció consigo en el imperio a Maximiano. Algunos cristianos fueron muertos antes que se desatara ninguna persecución general. Entre estos se encontraban Feliciano y Primo, que eran hermanos.

MARCO Y MARCELIANO

Marco y Marceliano eran mellizos, naturales de Roma, y de noble linaje. Sus padres eran paganos, pero los tutores, a los que había sido encomendada la educación de los hijos, los criaron como cristianos. Su constancia aplacó finalmente a los que deseaban que se convirtieran en paganos, y sus padres y toda la familia se convirtieron a una fe que antes reprobaban. Fueron martirizados siendo atados a estacas, con los pies traspasados por clavos. Después de permanecer en esta situación un día y una noche, sus sufrimientos fueron terminados con unas lanzas que traspasaron sus cuerpos.

ZOE

Zoe, la mujer del carcelero, que había tenido el cuidado de los mártires acabados de mencionar, fue también convertida por ellos, y fue colgada de un árbol, con un fuego de paja encendido debajo de ella. Cuando su cuerpo fue bajado, fue echado a un río, con una gran piedra atada al mismo, a fin de que se hundiera.

LA LEGIÓN DE SOLDADOS DIEZMADA

En el año 286 de Cristo tuvo lugar un hecho de lo más notable. Una legión de soldados, que consistía de seis mil seiscientos sesenta y seis hombres, estaba totalmente constituida por cristianos. Esta legión era llamada la Legión Tebana, porque los hombres habían sido reclutados en Tebas; estuvieron acuartelados en oriente hasta que el emperador Maximiano ordenó que se dirigieran a las Galias, para que le ayudaran contra los rebeldes de Borgofia.
Pasaron los Alpes, entrando en las Galias, a las órdenes de Mauricio, Cándido y Exupernio, sus dignos comandantes, y al final se reunieron con el emperador. Maximiano, para este tiempo, ordenó un sacrificio general, al que debía asistir todo el ejército; también ordenó que se debía tomar juramento de lealtad y al mismo tiempo que se debía jurar ayudar a la extirpación del cristianismo en las Galias. Alarmados ante estas órdenes, cada uno de los componentes de la Legión Tebana rehusó de manera absoluta sacrificar o tomar los juramentos prescritos. Esto enfureció de tal manera a Maximiano que ordenó que toda la legión fuera diezmada, esto es, que se seleccionara a uno * de cada diez hombres, y matarlo a espada.
Habiéndose ejecutado esta sanguinaria orden, el resto permanecieron inflexibles, teniendo lugar una segunda decimación, y uno de cada diez hombres de los que quedaban vivos fue muerto a espada. Este segundo castigo no tuvo más efectos que el primero; los soldados se mantuvieron firmes en su decisión y en sus principios, pero por consejo de sus oficiales hicieron una protesta de fidelidad a su emperador. Se podría pensar que esto iba a ablandar al emperador, pero tuvo el efecto contrario, porque, encolerizado ante la perseverancia y unanimidad que demostraban, ordenó que toda la legión fuera muerta, lo que fue efectivamente ejecutado por las otras tropas, que los despedazaron con sus espadas, el 22 de septiembre del 286.

ALBAN

Alban, de quien recibió su nombre St. Alban en Henfordshire, fue el primer mártir británico. Gran Bretaña había recibido el Evangelio de Cristo mediante Lucio, el primer rey cristiano, pero no sufrió de la ira de la persecución hasta muchos años después. Alban era originalmente pagano, pero convertido por un clérigo cristiano, llamado Anfíbalo, a quien dio hospitalidad a causa de su religión. Los enemigos de Anfíbalo, enterándose del lugar dónde estaba escondido, llegaron a casa de Alban, a fin de facilitar su huida, se presentó como la persona a la que buscaban. Al descubrirse el engaño, el gobernador ordenó que le azotaran, y luego fue sentenciado a ser decapitado, el 22 de junio del 287 d.C.
Nos asegura el venerable Beda que, en esta ocasión, el verdugo se convirtió súbitamente al cristianismo, y pidió permiso para morir por Alban, o con él. Obteniendo su segunda petición, fueron ambos decapitados por un soldado, que asumió voluntariamente el papel de verdugo. Esto sucedió en el veintidós de junio del 287 en Verulam, ahora Stg Alban en Henfordshire, donde se levantó una magnífica iglesia en su memoria para el tiempo de Constantino el Grande. El edificio, destruido en las guerras sajonas, fue reconstruido por Offa, rey de Mercia, y junto a él se levantó un monasterio, siendo aún visibles algunas de sus ruinas; la iglesia es un noble edificio gótico.
Fe, una mujer cristiana de Aquitania, Francia, fue asada sobre una parrilla, y luego decapitada, en el 287 d.C.

QUINTIN, LUCIANO

Quintín era un cristiano natural de Roma, pero decidió emprender la propagación del Evangelio en las Galias, con un tal Luciano, y predicaron juntos en Amiens; después de ello Luciano fue a Beaumaris, donde fue martirizado. Quintín permaneció en la Picardía, y mostró gran celo en su ministerio. Arrestado como cristiano, fue estirado con poleas hasta que se dislocaron sus miembros; su cuerpo fue desgarrado con azotes de alambres, y derramaron aceite y brea hirviendo sobre su carne desnuda; se le aplicaron antorchas encendidas a sus lados y sobacos; después de haber sido torturado de esta manera, fue enviado de vuelta a la mazmorra, muriendo allí el 31 de octubre del 287 por las atrocidades que le habían infligido. Su cuerpo fue lanzado al Somme.

LA DÉCIMA PERSECUCIÓN, BAJO DIOCLECIANO, 303 D.C.

Bajo los emperadores romanos, y comúnmente llamada la Era de los Mártires, fue ocasionada en parte por el número en aumento de los cristianos y por sus crecientes riquezas, y por el odio de Galerio, el hijo adoptivo de Diocleciano, que, estimulado por su madre, una fanática pagana, nunca dejó de empujar al emperador para que iniciara esta persecución hasta que logró su propósito.

ACONTECIMIENTOS SANGRIENTOS

El día fatal fijado para el comienzo de la sangrienta obra era el veintitrés de febrero del 303 d.C., el día en que se celebraba la Terminación, y en el que, como se jactaban los crueles paganos, esperaban terminar con el cristianismo. En el día señalado comenzó la persecución en Nicomedia, en la mañana del cual el prefecto de la ciudad acudió, con un gran número de oficiales y alguaciles, a la iglesia de los cristianos, donde, forzando las puertas, tomaron todos los libros sagrados y los lanzaron a las llamas.
Toda esta acción tuvo lugar en presencia de Diocleciano y Galerio, los cuales, no satisfechos con quemar los libros, hicieron derruir la iglesia sin dejar ni rastro. Esto fue seguido por un severo edicto, ordenando la destrucción de todas las otras iglesias y libros de los cristianos; pronto siguió una orden, para proscribir a los cristianos de todas las denominaciones.
La publicación de este edicto ocasionó un martirio inmediato, porque un atrevido cristiano no sólo lo arrancó del lugar en el que estaba puesto, sino que execró el nombre del emperador por esta injusticia. Una provocación así fue suficiente para atraer sobre sí la venganza pagana; fue entonces arrestado, severamente torturado, y finalmente quemado vivo.
Todos los cristianos fueron prendidos y encarcelados; Galerio ordenó en privado que el palacio imperial fuera incendiado, para que los cristianos fueran acusados de incendiarios, dándose una plausible razón para llevar a cabo la persecución con la mayor de las severidades. Comenzó un sacrificio general, lo que ocasionó vahos martirios.
No se hacía distinción de edad ni de sexo; el nombre de cristiano era tan odioso para los paganos que todos inmediatamente cayeron víctimas de sus opiniones. Muchas casas fueron incendiadas, y familias cristianas enteras perecieron en las llamas; a otros les ataron piedras en el cuello, y atados juntos fueron llevados al mar. La persecución se hizo general en todas las provincias romanas, pero principalmente en el este. Por cuanto duró diez años, es imposible determinar el número de mártires, ni enumerar las varias formas de martirio.
Potros, azotes, espadas, dagas, cruces, veneno y hambre se emplearon en los diversos lugares para dar muerte a los cristianos; y se agotó la imaginación en el esfuerzo de inventar torturas contra gentes que no habían cometido crimen alguno, sino que pensaban de manera distinta de los seguidores de la superstición.
Una ciudad de Frigia, totalmente poblada por cristianos, fue quemada, y todos los moradores perecieron en las llamas.
Cansados de la degollina, finalmente, varios gobernadores de provincias presentaron ante la corte imperial lo inapropiado de tal conducta. Por ello a muchos se les eximió de ser ejecutados, pero, aunque no eran muertos, se hacía todo por hacerles la vida miserable; a muchos se les cortaban las orejas, las narices, se les sacaba el ojo derecho, se inutilizaban sus miembros mediante terribles dislocaciones, y se les quemaba la carne en lugares visibles con hierros candentes.
Es necesario ahora señalar de manera particular a las personas más destacadas que dieron su vida en martirio en esta sangrienta persecución.

SEBASTIAN

Sebastián, un célebre mártir, había nacido en Narbona, en las Galias, y después llego a ser oficial de la guardia del emperador en Roma. Permaneció un verdadero cristiano en medio de la idolatría. Sin dejarse seducir por los esplendores de la corte, sin mancharse por los malos ejemplos, e incontaminado por esperanzas de ascenso. Rehusando caer en el paganismo, el emperador lo hizo llevar a un campo cercano a la ciudad, llamado Campo de Marte, y que allí le dieran muerte con flechas; ejecutada la sentencia, algunos piadosos cristianos acudieron al lugar de la ejecución, para dar sepultura a su cuerpo, y se dieron entonces cuenta de que había señales de vida en su cuerpo; lo llevaron de inmediato a lugar seguro, y en poco tiempo se recuperó, preparándose para un segundo martirio; porque tan pronto como pudo salir se puso intencionadamente en el camino del emperador cuando éste subía hacia el templo, y lo reprendió por sus muchas crueldades e irrazonables prejuicios contra el cristianismo.
Diocleciano, cuando pudo recobrarse de su asombro, ordenó que Sebastián fuera arrestado y llevado a un lugar cercano a palacio, y allí golpeado hasta morir; y para que los cristianos no lograran ni recuperar ni sepultar su cuerpo, ordenó que fuera echado a la alcantarilla. Sin embargo, una dama cristiana llamada Lucina encontró la manera de sacarlo de allí, y de sepultarlo en las catacumbas, o nichos de los muertos.
Para este tiempo, los cristianos, después de una seria consideración, pensaron que era ilegítimo portar armas a las órdenes de un emperador pagano. Maximiliano, el hijo de Fabio Víctor, fue el primero decapitado bajo esta norma.

VICTOR

Víctor, siciliano de una familia de alto rango, fue educado como cristiano; al aumentar sus virtudes con el paso de los años, su constancia le apoyó a través de todas las aflicciones, y su fe fue superior a los más grandes peligros. Su padre Hylas, que era pagano, al descubrir que su hijo había sido instruido en los principios del cristianismo por la nodriza que lo había criado, empleó todos sus esfuerzos por volverlo al paganismo, y al final sacrificó su hijo a los ídolos, el 14 de junio del 303 d.C.
Víctor era un cristiano de buena familia en Marsella, en Francia; pasaba gran parte de la noche visitando a los afligidos y confirmando a los débiles; esta piadosa obra no la podía llevar a cabo durante el día de manera consonante con su propia seguridad; gastó su fortuna en aliviar las angustias de los cristianos pobres. Finalmente, empero, fue arrestado por edicto del emperador Maximiano, que le ordenó ser atado y arrastrado por las calles. Durante el cumplimiento de esta orden fue tratado con todo tipo de crueldades e indignidades por el enfurecido populacho. Siguiendo inflexible, su valor fue considerado como obstinación. Se ordenó que fuera puesto al potro, y él volvió sus ojos al cielo, orando a Dios que le diera paciencia, tras lo cual sufrió las torturas con la más admirable entereza.
Cansados los verdugos de atormentarle, fue llevado a una mazmorra. En este encierro convirtió a sus carceleros, llamados Alejandro, Feliciano y Longino. Enterándose el emperador de esto, ordenó que fueran ejecutados de inmediato, y los carceleros fueron por ello decapitados. Víctor fue de nuevo puesto al potro, golpeado con varas sin misericordia, y de nuevo echado en la cárcel. Al ser interrogado por tercera vez acerca de su religión, perseveró en sus principios; trajeron entonces un pequeño altar, y le ordenaron que de inmediato ofreciera incienso sobre él. Enardecido de indignación ante tal petición, se adelantó valientemente, y con una patada derribó el altar y el ídolo. Esto enfureció de tal manera a Maximiano, que estaba presente, que ordenó que el pie que había golpeado el altar fuera de inmediato amputado; luego Víctor fue echado a un molino, y destrozado por las muelas, en el 303 d.C.

TARACO, PROBO Y ANDROICO

Estando en Tarso Máximo, gobernador de Cilicia, hicieron comparecer ante él a tres cristianos; sus nombres eran Taraco, un anciano, Probo y Andrónico. Después de repetidas torturas y exhortaciones para que se retractaran, fueron finalmente llevados a su ejecución.
Llevados al anfiteatro, les soltaron varias fieras; pero ninguno de los animales, aunque hambriento, los queda tocar. Entonces el guardador sacó un gran oso, que aquel mismo día había destruido a tres hombres; pero tanto este voraz animal como una feroz leona rehusaron tocar a los presos. Al ver imposible su designio de destruirlos por medio de las fieras, Máximo ordenó su muerte por la espada, el 11 de octubre del 303 d.C.

ROMANO

Romano, natural de Palestina, era diácono de la iglesia de Cesarea en la época del comienzo de la persecución de Diocleciano. Condenado por su fe en Antioquía, fue flagelado, puesto en el potro, su cuerpo fue desgarrado con garfios, su carne cortada con cuchillos, su rostro marcado, le hicieron saltar los dientes a golpes, y le arrancaron el cabello desde las raíces. Poco después ordenaron que fuera estrangulado. Era el 17 de noviembre del 303 d.C.

SUSANA

Susana, sobrina de Cayo, obispo de Roma, fue apremiada por el emperador Diocleciano para que se casara con un noble pagano, que era un pariente próximo del emperador. Rehusando el honor que se le proponía, fue decapitada por orden del emperador.

DOROTEO

Doroteo, el gran chambelán de la casa de Diocleciano, era cristiano, y se esforzó mucho en ganar convertidos. En sus labores religiosas fue ayudado por Gorgonio, otro cristiano, que pertenecía al palacio. Fueron primero torturados y luego estrangulados.

PEDRO EL EUNUCO

Pedro, un eunuco que pertenecía al emperador, era un cristiano de una singular modestia y humildad. Fue puesto sobre una parrilla y asado a fuego lento hasta que expiró.

CIPRIANO Y JUSTINA

Cipriano, conocido como el mago, para distinguirlo de Cipriano obispo de Cartago, era natural de Antioquía- Recibió una educación académica en su juventud, y se aplicó de manera particular a la astrología; después de ello, viajó para ampliar conocimientos, yendo por Grecia, Egipto, la India, etc. Con el paso del tiempo conoció a Justina, una joven dama de Antioquía, cuyo nacimiento, belleza y cualidades suscitaban la admiración de todos los que la conocían.
Un caballero pagano pidió a Cipriano que le ayudara a conseguir el amor de la bella Justina; emprendiendo él esta tarea, pronto fue sin embargo convertido, quemó sus libros de astrología y magia, recibió el bautismo, y se sintió animado por el poderoso espíritu de gracia. La conversión de Cipriano ejerció un gran efecto sobre el caballero pagano que le pagaba sus gestiones con Justina, y pronto él mismo abrazó el cristianismo. Durante las persecuciones de Diocleciano, Cipriano y Justina fueron apresados como cristianos; el primero fue desgarrado con tenazas, y la segunda azotada; después de sufrir otros tormentos, fueron ambos decapitados.

EULALIA

Eulalia, una dama española de familia cristiana, era notable en su juventud por su gentil temperamento, y por su solidez de entendimiento, pocas veces hallado en los caprichos de los años juveniles. Apresada como cristiana, el magistrado intentó de las maneras más suaves ganarla al paganismo, pero ella ridiculizó las deidades paganas con tal aspereza que el juez, enfurecido por su conducta, ordenó que fuera torturada. Así, sus costados fueron desgarrados con garfios, y sus pechos quemados de la manera más espantosa, hasta que expiró debido a la violencia de las llamas; esto ocurrió en diciembre del 303 d.C.

VALERIO Y VICENTE

En el año 304, cuando la persecución alcanzó a España, Daciano, gobernador de Tarragona, ordenó que Valerio, el obispo, y Vicente, el diácono, fueran apresados, cargados de cadenas y encarcelados. Al mantenerse firmes los presos en su resolución, Valerio fue desterrado, y Vicente fue puesto al potro, dislocándose sus miembros, desgarrándole la carne con garfios, y siendo puesto sobre la parrilla, no sólo poniendo un fuego debajo de él, sino pinchos encima, que atravesaban su carne. Al no destruirle estos tormentos, ni hacerle cambiar de actitud, fue devuelto a la cárcel, confinado en una pequeña e inmunda mazmorra oscura, sembrada de piedras de sílex aguzadas y de vidrios rotos, donde murió el 22 de enero del 304. Su cuerpo fue echado al río.
La persecución de Diocleciano comenzó a endurecerse de manera particular en el 304 d.C., cuando muchos cristianos fueron torturados de manera cruel y muertos con las muertes más penosas e ignominiosas. De ellos enumeraremos a los más eminentes y destacados.

SATURNINO

Saturnino, un sacerdote de Albitina, una ciudad de África, fue, después de su tortura, enviado de nuevo a la cárcel, donde se le dejó morir de hambre. Sus cuatro hijos, tras ser atormentados de varias maneras, compartieron la misma suerte con su padre.
Dativas, un noble senador romano; Telico, un piadoso cristiano; Victoria, una joven dama de una familia de alcurnia y fortuna, con algunos otros de clases sociales más humildes, todos ellos discípulos de Saturnino, fueron torturados de manera similar, y perecieron de la misma manera.

CORONA DE MARTIRIO

Agrape, Quionia e Irene, tres hermanas, fueron encarceladas en Tesalónica, cuando la persecución de Diocleciano llegó a Grecia. Fueron quemadas, y recibieron en las llamas la corona del martirio el 25 de marzo del 304. El gobernador, al ver que no podía causar impresión alguna sobre Irene, ordenó que fuera expuesta desnuda por las calles, y cuando esta vergonzosa orden fue ejecutada, se encendió un fuego cerca de la muralla de la ciudad, entre cuyas llamas subió su espíritu más allá de la crueldad humana.

AGATO

Agato, hombre de piadosa mente, y Cassice, Felipa y Eutiquia, fueron martirizados por el mismo tiempo; pero los detalles no nos han sido transmitidos.

MARCELINO

Marcelino, obispo de Roma, que sucedió a Cayo en aquella sede, habiéndose opuesto intensamente a que se dieran honras divinas a Diocleciano, sufrió el martirio, mediante una variedad de torturas, en el año 304, consolando su alma, hasta expirar, con la perspectiva de aquellos gloriosos galardones que recibiría por las torturas experimentadas en el cuerpo.

VICTORIO, CARPOFORO, SEVERO Y SEVEANO

Victorio, Carpoforo, Severo y Sevehano eran hermanos, y los cuatro estaban empleados en cargos de gran confianza y honor en la ciudad de Roma. Habiéndose manifestado contra el culto a los ídolos, fueron arrestados y azotados con la plumbetx, o azotes que en sus extremos llevaban bolas de plomo. Este castigo fue aplicado con tal exceso de crueldad que los piadosos hermanos cayeron mártires bajo su dureza.

TIMOTEO Y MAURA

Timoteo, diácono de Mauritania, y su mujer Maura, no habían estado unidos por más de tres semanas por el vínculo del matrimonio cuando se vieron separados uno del otro por la persecución. Timoteo, apresado por cristiano, fue llevado ante Arriano, gobernador de Tebas, que sabiendo que guardaba las Sagradas Escrituras, le mandó que se las entregara para quemarlas. A esto respondió: «Si tuviera hijos, antes te los daría para que fueran sacrificados, que separarme de la Palabra de Dios.» El gobernador, airado en gran manera ante esta contestación, ordenó que le fueran sacados los ojos con hierros candentes, diciendo: «Al menos los libros no te serán de utilidad, porque no verás para leerlos.» Su paciencia ante esta acción fue tan grande que el gobernador se exasperó más y más; por ello, a fin de quebrantar su fortaleza, ordenó que lo colgaran de los pies, con un peso colgado del cuello, y una mordaza en la boca.
En este estado, Maura le apremió tiernamente a que se retractara, por causa de ella; pero él, cuando le quitaron la mordaza de la boca, en lugar de acceder a los ruegos de su mujer, la censuró intensamente por su desviado amor, y declaró su resolución de morir por su fe. La consecuencia de esto fue que Maura decidió imitar su valor y fidelidad, y o bien acompañarle, o bien seguirle a la gloria. El gobernador, tras intentar en vano que cambiara de actitud, ordenó que fuera torturada, lo que tuvo lugar con gran severidad. Tras ello, Timoteo y Maura fueron crucificados cerca el uno del otro el 304 d.C.

HASTA MORIR

A Sabino, obispo de Assisi, le fue cortada la mano por orden del gobernador de Toscana, por rehusar sacrificar a Júpiter y por empujar el ídolo de delante de él. Estando en la cárcel, convirtió al gobernador y a su familia, los cuales sufrieron martirio por la fe. Poco después de la ejecución de ellos, el mismo Sabino fue flagelado hasta morir, en diciembre del 304 d.C.
Cansado de la farsa del estado y de los negocios públicos, el emperador Diocleciano abdicó la diadema imperial, y fue sucedido por Constancio y Galerio; el primero era un príncipe de una disposición sumamente gentil y humana, y el segundo igualmente destacable por su crueldad y tiranía. Estos se dividieron el imperio en dos gobiernos iguales, minando Galerio en oliente y Constancio en occidente; y los pueblos bajo ambos gobiernos sintieron los efectos de las disposiciones de los dos emperadores, porque los de occidente eran gobernados de la manera más gentil, mientras que los que residían en oriente sentían todas las miserias de la opresión y de torturas dilatadas.

ENTRE LOS MUCHOS MARTIRIZADOS POR ORDEN DE GALERIO, ENUMERAREMOS LOS MÁS EMINENTES.

ANFIANO

Anfiano era un caballero eminente en Lucia, y estudiante de Eusebio; Julita, una mujer licaonia de linaje regio, pero más célebre por sus virtudes que por su sangre noble. Mientras estaba en el potro, dieron muerte a su hijo delante de ella. Julita, de Capadocia, era una dama de distinguida capacidad, gran virtud e insólito valor. Para completar su ejecución, le derramaron brea hirviendo sobre los pies, desgarraron sus costados con garfios, y recibió la culminación de su martirio siendo decapitada el 16 de abril del 305 d.C.

HERMOLAOS

Hermolaos, un cristiano piadoso y venerable, muy anciano, y gran amigo de Pantaleón, sufrió el martirio por la fe en el mismo día y de la misma manera que Pantaleón.

EUSTRATIO

Eustratio, secretario del gobernador de Armina, fue echado en un horno de fuego por exhortar a algunos cristianos que habían sido apresados a que perseveraran en su fe.

NICANDER Y MARCIANO

Nicander y Marciano, dos destacados oficiales militares romanos, fueron encarcelados por su fe. Como eran ambos hombres de gran valía en su profesión, se emplearon todos los medios imaginables para persuadirles a renunciar al cristianismo; pero, al encontrarse estos medios ineficaces, fueron decapitados.

EN EL REINO DE NAPOLES

En el reino de Nápoles tuvieron lugar varios martirios, en particular Januaries, obispo de Beneventum; Sosio, diácono de Misene; Próculo, que también era diácono; Eutico y Acutio, hombres del Pueblo; Festo, diácono, y Desiderio, lector, todos ellos fueron, por ser cristianos, condenados por el gobernador de Campania a ser devorados por las fieras. Pero las salvajes fieras no querían tocarlos, por lo que fueron decapitados.

QUIRINIO

Quirinio, obispo de Siscia, llevado ante el gobernador Matenio, recibió la orden de sacrificar a las deidades paganas, en conformidad a las órdenes de varios emperadores romanos. El gobernador, al ver su decisión contraria, lo envió a la cárcel, cargado de cadenas, diciéndose que las durezas de una mazmorra, algunos tormentos ocasionales y el peso de las cadenas podrían quebrantar su resolución.
Pero decidido en sus principios, fue enviado a Amancio, el principal gobernador de Panonia, hoy día Hungría, que lo cargó de cadenas, y lo arrastró por las principales ciudades del Danubio, exponiéndolo a la mofa popular doquiera que iba. Llegando finalmente a Sabaria, y viendo que Quirino no iba a renunciar a su fe, ordenó arrojarlo al río, con una piedra atada al cuello.
Al ejecutarse esta sentencia, Quirino flotó durante cierto tiempo, exhortando al pueblo en los términos más piadosos, y concluyendo sus amonestaciones con esta oración: «No es nada nuevo para ti, oh todopoderoso Jesús, detener los cursos de los ríos, ni hacer que alguien camine sobre el agua, como hiciste con tu siervo Pedro; el pueblo ya ha visto la prueba de tu poder en mí, concédeme ahora que dé mi vida por tu causa, oh mi Dios». Al pronunciar estas últimas palabras se hundió de inmediato, y murió, el 4 de junio del 308 d.C. Su cuerpo fue después rescatado y sepultado por algunos piadosos cristianos.

PANFILIO

Pánfilo, natural de Fenicia, de una familia de alcurnia, fue un hombre de tan grande erudición que fue llamado un segundo Orígenes. Fue recibido en el cuerpo del clero en Cesarea, donde estableció una biblioteca pública y dedicó su tiempo a la práctica de toda virtud cristiana. Copió la mayor parte de las obras de Orígenes de su propio puño y letra, y, ayudado por Eusebio, dio una copia correcta del Antiguo Testamento, que había sufrido mucho por la ignorancia o negligencia de los anteriores transcriptores. En el año 307 fue prendido y sufrió tortura y martirio.

MARCELO

Marcelo, obispo de Roma, al ser desterrado por su fe, cayó mártir de las desgracias que sufrió en el exilio, el 16 de enero del 310 d.C.
Pedro, el decimosexto obispo de Alejandría, fue martirizado el 25 de noviembre del 311 d.C. por orden de Máximo César, que minaba en el este.

INES, SERENA Y VALENTIN

Inés, una doncella de sólo trece años, fue decapitada por ser cristiana; también lo fue Serena, la esposa emperatriz de Diocleciano. Valentín, su sacerdote, sufrió la misma suerte en Roma; y Erasmo, obispo, fue martirizado en Campania.
Poco después de esto, la persecución aminoró en las zonas centrales del imperio, así como en occidente; y la Providencia comenzó finalmente a manifestar la venganza contra los perseguidores. Maximiano intentó corromper a su hija Fausta para que diera muerte a su marido Constantino; ella lo reveló a su marido, y Constantino le obligó a escoger su propia muerte, con lo que se decidió por la ignominiosa de ser colgado después de haber sido emperador casi veinte años.
Constantino era el buen y virtuoso hijo de un padre bueno y virtuoso, y nació en Gran Bretaña. Su madre se llamaba Elena, hija del Rey Coilo. Era un príncipe de lo más generoso y gentil, teniendo el deseo de cuidar la educación y las bellas artes, y a menudo él mismo leía, escribía y estudiaba. Tuvo un maravilloso éxito y prosperidad en todo lo que emprendió, lo que se supuso que provenía de esto (lo que así fue ciertamente): que era un tan gran favorecedor de la fe cristiana. Fe que cuando abrazó, lo hizo con la más devota y religiosa reverencia.
Así Constantino, suficientemente dotado de fuerzas humanas, pero especialmente dotado por Dios, emprendió camino a Italia durante el último año de la persecución, el 313 d.C. Majencio, al saber la Regada de Constantino, y confiando más en su diabólico arte mágico que en la buena voluntad de sus súbditos, que bien poco merecía, no osó mostrarse fuera de la ciudad ni enfrentarse con él en campo abierto, sino que con guarniciones ocultas se emboscó a la espera por diversos lugares angostos por los que debería pasar, con las que Constantino se batió en diversas escaramuzas, venciéndolas y poniéndolas en fuga por el poder del Señor.
Sin embargo, Constantino no estaba todavía en paz, sino con grandes ansiedades y temor en su mente (acercándose ahora a Roma) debido a los encantamientos y hechicerías de Majencio, con las que había vencido contra Severo, a quien Galerio había enviado contra él. Por ello, estando en grandes dudas y perplejidad en sí mismo, y dándole vueltas a muchas cosas en su mente, acerca de qué ayuda podría tener contra las operaciones de su magia, Constantino, acercándose en su viaje hacia la ciudad, y levantando muchas veces los ojos al cielo, vio en el sur, cuando el sol se estaba poniendo, un gran resplandor en el cielo, que aparecía en la similitud de una cruz, dando esta inscripción: In hoc vince, esto es: «Vence por medio de esto.»
Eusebio Pánfilo da testimonio de que él oyó al mismo Constantino repetir varias veces, y también jurar que era cosa verdadera y cierta, lo que había visto con sus propios ojos en el cielo, y también sus soldados a su alrededor. Al ver aquello quedó grandemente atónito, y, consultando con sus hombres acerca del significado de aquello, entonces se le apareció Cristo durante su sueño, aquella noche, con la señal de la misma cruz que había visto antes, invitándole a que la tomara como signo, y a que la llevara en sus guerras delante de él, y que así tendría la victoria.
Constantino estableció de tal manera la paz de la Iglesia que por el espacio de mil años no leemos de ninguna persecución contra los cristianos, hasta el tiempo de Juan Wycliffe.
¡Tan feliz, tan gloriosa, fue la victoria de Constantino, de sobrenombre el Grande! Por el gozo y la alegría de la cual, los ciudadanos que habían antes enviado a buscarlo lo llevaron en gran triunfo en la ciudad de Roma, donde fue recibido con grandes honores, y celebrado por siete días seguidos; además, hizo levantar en el mercado su imagen, sosteniendo en su diestra la señal de la cruz, con esta inscripción: «Con esta señal de salud, el verdadero signo de fortaleza, he rescatado y liberado vuestra ciudad del yugo del tirano.»
Terminaremos nuestro relato de la décima y última persecución general con la muerte de San Jorge, el santo titular y patrón de Inglaterra. San Jorge nació en Capadocia, de padres cristianos, y, dando prueba de su valor, fue ascendido en el ejército del emperador Diocleciano. Durante la persecución, San Jorge abandonó su comisión, fue valientemente al senado, y manifestó abiertamente su condición de cristiano, aprovechando la ocasión para protestar contra el paganismo, y para señalar el absurdo de dar culto a ídolos. Esta libertad provocó de tal manera al senado que dieron la orden de torturar a Jorge, y fue, por orden del emperador, arrastrado por las calles y decapitado al día siguiente.
La leyenda del dragón, asociada con este martirio, es usualmente ilustrada representando a San Jorge sentado sobre un caballo lanzado a la carga y traspasando al monstruo con su lanza. Este dragón ardiente simboliza al diablo, que fue vencido por la firme fe de San Jorge en Cristo, que permaneció inmutable a pesar del tormento y de la muerte.

BIOGRAFIAS DE AUATORES DEL CRISTIANISMO

JAY E. ADAMS

Datos Biográphicos: N. en Estados Unidos. Realizó sus estudios en la Universidad de John Hopkins (Máster en griego), en la Universidad de Missouri (Ph.D.); en el Seminario Reformado Episcopal (B.D.), en Temple University School of Practical Theology (S.T.M.). Cursó estudios de graduado en Pittsburgh-Xenia Theological Seminary y en Eli Lilly Fellowship de la Universidad de Illinois, bajo la dirección del Dr. O. Hobart Mowrer.
Fue pastor en diversas iglesias en Pennsylvania y Nueva Jersey, con la Iglesia Presbiteriana Reformada y la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa. Fue profesor de teología práctica y directo de Estudios Avanzados en el Westminster Theological Seminary (California). Decano del Instituto de Estudios Pastorales en la Fundación Cristiana de Orientación y Educación (Laverock, Pennsylvania). En 1991 dejó su puesto en el Seminario Westminster para, junto a su yerno, dedicarse a la predicación y fundación de iglesias en Carolina del Sur.
Influenciado, primero, por los escritos del profesor de psicología O. Hobart Mowrer (autor de Crisis en Psiquiatría y Religión y El nuevo grupo de terapia), que desafían la existencia misma de la psiquiatría institucionalizada y los falsos dogmas de la psiquiatría moderna, fue a estudiar, después, y trabajar con él. A. aprendió la necesidad del énfasis psicológico en la responsabilidad personal: que los problemas del “paciente” son morales, no médicos. “Llegué a casa sintiéndome profundamente deudor a Mowrer por llevarme de manera indirecta a la conclusión que yo, como ministro cristiano, hubiera debido haber mantenido desde el principio, esto es, que muchos de los “enfermos mentales” son personas que pueden ser ayudados por el ministerio de la Palabra de Dios” (Capacitado para orientar, p. 21). En la misma línea está el psiquiatra cristiano suizo Paul Tournier (v.).
A. denuncia la naturaleza de las técnicas freudianas y rogerianas y defiende lo que él denomina la orientación noutética (del griego nouteteo: amonestar, advertir, instruir).
En 1991 dejó su cátedra en el Westminster Theological Seminary, para hacer obra pionera de fundación de iglesias en Carolina del Sur, junto a su yerno.

SAN AURELIO AGUSTÍN DE HIPONA

FECHAS:(354-430)
Datos Biográphicos: Considerado el más importante de los teólogos cristianos desde el Apóstol Pablo, Agustín nació el 13 de noviembre del año 354 en la ciudad de Tagaste, actual territorio de Argelia, en el Norte de África. Sus padres, Patricio y Mónica, pertenecían a la clase media, aunque se distanciaban por sus creencias: Patricio era pagano, mientras que Mónica aceptó la fe cristiana y se destacó por su piedad.
Determinado a que su hijo fuera abogado, Patricio le envió a estudiar a Tagaste, Madaura, y posteriormente a Cartago. Agustín cursó sus estudios con brillantez, pero, al mismo tiempo, arrastrado por la pasión juvenil y las tentaciones de la época, se entregó a una vida disoluta.
A la muerte de su padre, consciente de los muchos sacrificios por él realizados para que pudiera gozar de instrucción, decidió enmendar un poco su vida y comenzó a interesarse por las ideas religiosas. Sin embargo, con una mente entregada por completo a la filosofía griega y preocupado por el problema del origen del mal, entró en la secta de los maniqueos de la que formó parte nueve años, una religión de origen persa que proclamaba la existencia de dos dioses u orígenes últimos de todas las cosas en conflicto constante: la luz y las tinieblas. Años después, (387-400) escribiría numerosas obras contra los maniqueos.
Convertido en un erudito formidable y en un magnífico orador, consiguió afincarse en Roma y abrir una escuela, trasladándose posteriormente a Milán, en calidad de profesor de retórica en la sede del famoso obispo Ambrosio.
Los sermones de Ambrosio le acercaron al verdadero cristianismo y comenzó a leer las epístolas de Pablo. Un día, estando en el jardín, escuchó una voz del Cielo que le decía: «Toma y lee» ; se levantó a toda prisa y entrando en la casa donde tenía las cartas de Pablo, las abrió al azar y leyó en romanos:
«No en glotonerías y borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pendencias y envidia: mas vestíos del Señor Jesucristo y no hagáis caso de la carne en sus deseos» (Ro. 13: 13 y 14). Agustín se retiró entonces a una finca, a fin de meditar, y meses después, el sábado de Pascua del año 387, recibía el bautismo de manos de Ambrosio.
En el 388, tras la muerte de su madre, regresó a Tagaste y fundó un monasterio, en el cual permaneció hasta ser ordenado presbítero en el año 391, siendo consagrado cuatro años después, a la muerte del Obispo titular, como obispo de la ciudad de Hipona, cargo que ocupó hasta su muerte.
Fue allí donde realizó la práctica totalidad de su inmensa obra literaria, en la que destacan obras tan conocidas como sus Confesiones, La ciudad de Dios, La verdadera religión, La utilidad de creer, Tratado sobre la Trinidad, conocido también como Enquiridión.
Agustín enfrentó con la mayor dureza el cisma de los Donatistas, originado en el año 312 y que dominada buena parte de la Iglesia en el Norte de África, enfrentándola al nuevo concepto católico de una sola iglesia centrada en Roma.
El pensamiento de Agustín dominó por completo a lo largo de toda la Edad Media y al llegar la Reforma en el siglo XVI, tanto reformadores como contra reformadores hicieron su propia interpretación de Agustín hasta el punto de llegar a considerar la Reforma –como alguien ha dicho– cómo la doctrina de Agustín sobre la gracia rebelándose contra la doctrina de Agustín sobre la Iglesia

HERMAN BAVINCK

FECHAS:(1854-1921)
Datos Biográficos: N. el 13 de diciembre en Hogeveen (Drenthe, Holanda). Su padre, Jan Bavinck era pastor reformado de la Iglesia separada de la estatal en 1834.
Estudió en el Seminario Teológico de su Iglesia en Kampen y en la Universidad de Leiden (Ph.D., 1880). Durante un año fue pastor de una congregación reformada en Franeker. El 10 de enero de 1883 fue nombrado profesor de dogmática en el Seminario Teológico de Kampen (1883). En 1902 pasó a formar parte de la facultad de la Universidad Libre de Amsterdam, en el puesto dejado vacante por A. Kuyper (v.).
Su teología, aunque profunda, es fácil de comprender, gira en torno a dos principios reguladores: Dios es el objeto de la teología. La Escritura es la fuente de la teología. “La religión, dijo, el temor de Dios, debe ser el elemento que inspire y anime toda investigación teológica. Debe ser el latido de la ciencia. El teólogo es una persona que se atreve a hablar de Dios porque haba desde Dios y a través de él. Hacer teología es hacer una obra santa. Es una ministración sacerdotal en la casa del Señor. En sí misma en una servicio de adoración, la consagración de la mente y del corazón a la gloria de Su nombre.”
Introdujo el término inspiración orgánica, para explicar el fenómeno de la revelación divina en la Biblia, empleado por L. Berkhof (v.) en su sistema hermenéutico. Con él justificaba el elemento humano en la Escritura divina. Por otra parte, la Biblia no era para él un manual de doctrinas sistemáticamente codificadas, sino el instrumento que Dios Espíritu Santo utiliza para despertar a la fe y al nuevo nacimiento.
En 1908 pronunció las Conferencias Stone en el Seminario Teológico de Princeton (EE.UU.). Su tema, la filosofía de la revelación, un intento de combinar el pensamiento de Agustín, Schleiermacher y Kant en la superior síntesis de la verdad cristiana. En filosofía fue un seguidor de Aristóteles, más de que de Platón, como era el caso de Kuyper (v.), pero por encima de todo fue un teólogo cristiano preocupado por la justa combinación entre ortodoxia formal y pietismo diluido. Su miedo convertirse en secta al cerrarse al pensamiento moderno. “No deberíamos ser una secta. No podemos quererlo, no podemos serlo, a menos que rechacemos el carácter absoluto de la verdad. Ciertamente el reino del cielo no es de este mundo; pero exige que todo lo que hay en el mundo le sirva”.
Con sus estudios sobre la teología de Calvino y de las confesiones de fe históricas contribuyó al renacimiento de la teología reformada en Holanda, aunque su influencia se dejó sentir en otros lugares también. Murió el 29 de julio de 1921.

RICHARD BAXTER

FECHAS:(1615-91)
Datos Biográficos: N. el 12 de noviembre de 1615 en Rowton (Shropshire, Inglaterra). Asistió a la escuela gratuita de Donnington (Wroxeter), aunque desarrolló sus conocimientos privadamente de modo autodidacta, alcanzando un alto nivel de erudición.
En 1634 conoció a Joseph Symonds y a Walter Cradock, teólogos “no conformistas” -independientes de la iglesia estatal-, de quienes aprendió varias de sus doctrinas y adquirió el gusto por la piedad.
Ordenado diácono por el obispo John Thornboroug de Worcester en 1638; director de la Escuela Richard Foley de Dudley en 1639. Maestro adjunto en Bridgnorth (1639-41), aquí se dedicó a estudiar las diferencias entre la Iglesia de Inglaterra y los no conformistas. Rechazó el episcopalismo en su forma inglesa.
Su nombre está asociado a la ciudad de Kidderminster (2000 habitantes en aquella época), donde ejerció un notable trabajo pastoral y misionero, entre 1641 y 1660, con algunos intervalos. La población de Kidderminster era ignorante y corrupta. A su llegada escasamente una familia de cada calle asistía a la iglesia, al final de su ministerio, raro era encontrar una familia en cada calle que no lo hiciera. Mientras le fue posible no prestó importancia a las diferencias entre los presbiterianos, los episcopales y los independientes con tal de conseguir la cooperación de los ministros locales en la obra pastoral.
Al comienzo de la guerra civil inglesa se unió a las fuerzas parlamentarias como capellán del ejército (l642-45). No muy conforme con las ideas religiosas de Oliver Cromwell, ni con el republicanismo, marchó con el regimiento del coronel Edward Whalley (Ejército Nuevo Modelo, 1645-47).
En la restauración monárquica de Carlos II se le ofreció el obispado de Hereford, que B. rechazó por motivos de conciencia y doctrina. Esto le impidió volver a Kidderminster o ejercer como ministro del Evangelio. En 1662, debido al “Acta de Uniformidad” (v. T. Watson), fue expulsado de la Iglesia Anglicana y sufrió persecución a manos del juez Jeffreys, por presunto “libelo contra la Iglesia”. A pesar de ello continuó predicando en distintos lugares de reunión, por lo que fue multado y encarcelado dos veces, una de ellas en la Torre de Londres durante dieciocho meses. Murió el 8 de diciembre de 1691.
Baxter escribió constantemente, en total unas 200 obras. De hecho, es uno de los teólogos británicos más voluminosos.
Frente al calvinismo de John Owen (v.), quizá el teólogo puritano más reputado, B. aceptó las ideas de Moisés Amyraldo (1596-1664). Este enseñó una doctrina reformada de salvación a mitad de camino entre el arminianismo y el romanismo. A saber, quela muerte de Cristo había sido penal y vicaria, pero no estrictamente substitutoria, y por tanto era de aplicación universal. Dios ofrece y concede perdón a todo aquel que responde con fe y arrepentimiento, inducidos por la gracia efectiva y sostenidos por la gracia perseverante.
En temas espirituales queda como uno de los grandes clásicos de todos los tiempos.

LUÍS BERKHOF

FECHAS:(1873-1957)
Obras temporalmente agotadas o publicadas por otras editoriales: Introducción a la teología sistemática (TELL), Manual de doctrina cristiana (TELL), Principios de interpretación bíblica (TELL/CLIE), Sumario de doctrina cristiana (TELL), Teología sistemática (TELL), Historia de las doctrinas cristianas (prox.pub.). Biogr.: Dutch Calvinismo en Modern América, J.D. Bratt (1984).
Datos Biográphicos: N. en Emmen (Drenthe, Holanda) emigró a Estados Unidos siendo niño (1882). Su familia pasó a formar parte de la Iglesia Cristiana Reformada que, por entonces, todavía utilizaba el idioma holandés en la adoración. Llamado al ministerio cristiano estudia y se gradúa en la Universidad y en el Seminario Calvino de Grand Rapids (Mi). Posteriormente estudió en el Princeton Theological Seminary (1902-4), con maestros como Warfield (v.) y G. Vos (v.). Después de un corto tiempo de pastorado, en Oakdale Park Christian Reformed Church (Grand Rapids, 1904-6), fue llamado a enseñar teología del A. y N. Testamento, primero, y después teología sistemática, en el Calvin Seminary (1906), lo cual hará por espacio de 38 años. Desde 1931 ocupó el puesto de Presidente del seminario y moldeo su teología, excluyendo cualquier infiltración dispensacionalista, fundamentalista y de la alta crítica modernista.
B. está fuertemente influenciado por sus compatriotas H. Bavinck (v.) y A. Kuyper (v.) y su antiguo profesor G. Vos (v.). Publicó unos 22 libros, siendo el más conocido y apreciado de todos su obra magna Teología sistemática (1932), traducida al castellano en 1969. En un principio tuvo poco impacto fuera de la comunidad de inmigrantes holandeses donde se movía, debido a la extrema influencia liberal, tan contraria al calvinismo representado por B. y tan atacada por él. Con el tiempo llegó a reimprimirse sin descanso y usarse como libro de texto en colegios, seminarios, institutos e iglesias de medio mundo, desplazando con creces la más voluminosa Teología sistemática de Hodge (v.).
De alto calibre intelectual y bíblico, es un maestro de la sentencia concisa y densa en contenido. Rehusó innovar o ser original donde no creía serle permitido, de ahí que su teología represente una lúcida exposición de las riquezas de la teología reformada, que arranca de Juan Calvino, y que se expresa en: Erudición, concisión, claridad y espiritualidad. Firme mantenedor de la Palabra de Dios como infalible e inerrante. Leal continuador del calvinismo histórico.

JOHN BLANCHARD

FECHAS:(1932-)
Datos Biográficos: N. el 10 de julio en la isla británica de Guernesey (Channel Islands, Inglaterra). Allí es donde en octubre de 1954 conoció al Señor durante una campaña evangelística dirigida por Paul Cantelon.
Dedicado por entero a la evangelización es especialmente conocido en todo el mundo de habla inglesa.
En línea con los grandes evangelistas del pasado, su mensaje se centra exclusivamente en la ruina del hombre y la gracia soberana de Dios para restaurarle. Gran amante de los autores Puritanos.
Aunque nunca ha estudiado en ningún seminario teológico es un auténtico autodidacta cuyo saber bíblico y teológico de todos los tiempos se manifiesta en sus dos volúmenes de citas publicados hasta el momento, titulados Gathered Gold (Oro reunido). Sus libros han sido traducidos a muchos idiomas.

LORAINE BOETTNER

FECHAS:(1901-90)
Datos Biográficos: N. en Linden (Missouri, EE.UU.), hijo de padres creyentes. Conoció al Señor de una manera gradual, sin poder señalar el día exacto de su conversión, pero con una profunda experiencia de ella. Estudió agricultura en la Universidad de Missouri y teología en el Seminario Teológico de Princeton, donde se graduó en 1925. Allí tuvo como profesores a J.G. Machen (v.); C. Van Til y al nieto de Charles Hodge (v.), Caspar. W. Hodge, que fue el profesor que mayor influencia ejerció sobre él. Tuvo como compañeros de estudios a J. Murray (v.) y a C. Mcintyre.
Fue profesor en el Colegio Presbiteriano Pikeville de Kentucky desde 1929, hasta que, ocho años después, en 1937 se trasladó a Washington, donde trabajaría en la Biblioteca del Congreso de EE.UU., y como editor de la revista evangélica Christianity Today.
Debido a la enfermedad de su esposa, Lillian Henry, se trasladó a Los Ángeles, donde vivían las hermanas de ésta, que la cuidarán hasta el día de su muerte en 1958. Los últimos treinta años de su vida los pasó en solitario en un pequeño apartamento de Rockport. Es entonces que escribió su famoso estudio sobre el catolicismo romano (1961).
En 1932 publicó su obra más conocida sobre la doctrina reformada de la predestinación, donde analiza el texto bíblico, los Cánones de Dort y otros símbolos y confesiones de fe históricos. En su obra sobre el milenio sigue la postura pos milenarista, tal como había sido creída por los puritanos, Hodge, M. Henry (v.), B.B. Warfield (v.), J. Murray, e Iain H. Murray (v.) en la actualidad.
Participó en muchas conferencias pero nunca aceptó predicar desde un púlpito, ya que no se consideraba con dones para tan alto llamamiento. Mantenía una copiosa correspondencia con su lectores, a la vez que enviaba gran número de sus libros cada mes a los que solían escribirle desde todas partes del mundo. Humilde en grado sumo destacó entre sus contemporáneos por su piedad evangélica. Murió de cáncer el día 3 de enero de 1990.

HORATIUS BONAR

FECHAS:(1808-89)
Datos Biográficos: N. el 19 de diciembre en Old Brouhton (Edimburgo, Escocia), de todo un linaje de ministros del Evangelio. Tanto él como su hermano menor, Andrew, continuaron la tradición familiar.
Recibió su educación en la High School de Edimburgo, y después en la universidad de la misma ciudad. En ella tuvo por profesor a Thomas Chalmers (1780-1847), un hombre de grandes dones y de verdadera piedad, que tuvo una buenísima influencia sobre no pocos jóvenes aspirantes al ministerio sagrado. R.M. McCheyne (v.) fue uno de sus compañeros de estudio. No sabemos cuando llegó a tener conocimiento de su salvación, sólo que recibido a la comunión de su iglesia en Glenorchy en enero de 1830, a la edad de 21 años.
En 1837 fue ordenado al ministerio de la Iglesia de Escocia. Pastoreó la congregación de North Parish Church en Kelso. Seis años después, cuando tuvo lugar una división dentro de la Iglesia de Escocia y la formación de la nueva Iglesia Libre de Escocia, Bonar fue uno de los cientos de pastores que abandonaron la Iglesia oficial para ser pastor de la Iglesia Libre en el mismo Kelso. Durante veintitrés años estuvo en esa congregación, hasta que aceptó la invitación de la Chalmers Memorial Church de Edimburgo para ser su pastor (1866). Un crecimiento y bendición notable siguió a sus labores pastorales.
En 1883 fue elegido Moderador de la Asamblea General de la Iglesia Libre de Escocia. Su esposa murió en 1884, él cinco años después, un 31 de julio.
Aunque fue un pastor diligente su fama se debe a su obra literaria. Ya en 1849 había fundado The Quarterly Jounal of Prophecy (Revista trimestral de Profecía). Bonar era calvinista en soteriología y eclesiología y premilenarista histórico en escatología (no dispensacionalista). Su obra principal fueron los himnos. Es conocido como “el príncipe de los himnólogos escoceses.” Compuso unos seiscientos himnos y poemas sagrados. De los más ricos y los más populares son: “Oí la voz del Salvador”, “Aquí tu rostro puedo ver, Señor”, y “Bendito nuestro Dios” (todos traducidos al castellano). El gran énfasis en casi todos sus himnos era la perfección de la obra de expiación realizada por Cristo. Su tono es popular, debido al interés que tenía por ver a los niños participando en los cultos de la Iglesia, manifestado desde el principio de su ministerio pastoral.
Profundamente reformado y evangélico no cesaba de instar a la gente a “nacer de nuevo”. Muchas fueron las conversiones que tuvieron lugar durante su ministerio. Jugó un papel muy importante en llamar a Moody (v.), para que llevase a cabo una gira de evangelización en Gran Bretaña.

JUAN S. BOONSTRA

FECHAS:(1926)
Datos Biográficos: N. en Argentina el 10 de marzo de 1926, en un hogar cristiano, donde creció en la fe. Llamado al ministerio pastoral en 1946. Estudió en el Calvin Seminary de Grand Rapids (Michigan, EE.UU.), donde recibió su Bachiller en Teología (1954) y Máster of Divinity (1975). En 1983 le fue conferido un doctorado honoris causa por el Seminario Juan Calvino de México (México).
Fue pastor de la Iglesia Reformada Argentina en Comodoro Rivadavia (1954-61), misionero entre la población de habla española en Estados Unidos (1961-64) y predicador de radio en el programa internacional “La Hora de la Reforma” (1965-92). Ha participado en conferencias y campañas evangelísticas en muchas naciones Latinoamericanas.
Boonstra es un predicador creativo, profundo e imaginativo a la vez, con un dominio absoluto del lenguaje, de la Biblia y del mensaje que quiere comunicar, así como del hombre y de la sociedad a la que busca alcanzar con el Evangelio. Ha publicado innumerables mensajes radiofónicos, todos ellos de un alto valor literario y espiritual.
Es miembro de la Iglesia Cristiana Reformada en Norte América, amilenialista en escatología y calvinista en soteriología.
Guido de Brés y el nacimiento De la Confesión Belga, Por W. Meter Gadsby, De Our Banner, agosto de 1976
Guido de Brés fue el autor principal de la Confesión de Fe de Belga, que después de poca revisión es el documento secundario simbólico de las Iglesias Reformadas Continentales y su progenitura. En las palabras del famoso historiador de la iglesia Philip Schaff, la Confesión Belga es "la mejor declaración simbólica del sistema doctrina Calvinista, a excepción de la Confesión de Westminster," (Nota: simbólico es el estudio de los credos y confesiones de la iglesia).
Guido de Brés nació en Mons, la capital de la provincia del extremo sur de Bélgica, en 1522 - sólo cinco años después de Martín Lutero martilló sus noventa y cinco tesis a la puerta de la iglesia del Castillo en Wittenberg.
Guido y sus hermanos y hermanas crecieron entre la confusión que acompañó la extensión de la "herejía" luterana. Su hermano más viejo Christophe, que fue un comerciante de la cristalería, utilizó su comercio como una cobertura para la distribución de Biblias y la literatura de la Reforma como él viajó por toda Europa.
Joven Guido fue colocado de aprendiz a un artista del manchado-vidrio, pero sus pensamientos giraron a menudo a las nuevas verdades de la Reformación que fueron discutidas aún en los mercados. Los hombres fueron decapitados para los profesarlas. Alguna vez mientras un adolescente, Guido consiguió una Biblia que él leyó, junto con otra literatura Reformada. Antes que cumplió veinticinco años de edad, Guido de Brés fue convertido a Cristo, y abrazó las doctrinas de los Reformadores. Ahora fue un hereje, en peligro de ser quemado en la estaca si su nueva fe llegó a ser conocida.
En 1548, él hizo la decisión difícil, y partió a Inglaterra que fue en aquel momento un refugio para ésos de la persuasión Reformada. Después de la muerte de Henry VIII (1547), la causa de la Reformación comenzó gradualmente a avanzar en Inglaterra, guiado por Arzobispo Thomas Cranmer (que produjo la Liturgia de la Iglesia Anglicana).
Guido de Brés asistió clases en la teología realizada por Reformadores eminentes como á Lasco, y Bucer de Strasbourg. En 1552, él volvió a los Países Bajos y llegó a ser un predicador itinerante, basado en Lila, alrededor de 65 km de su pueblo natal. El ministró a un grupo de cristianos que se congregaron en secreto en Lila, y que se llamaron a sí mismos la Iglesia de la Rosa.
En 1556, Felipe II instituyó la persecución contra los herejes protestantes. Varios miembros de la Iglesia de la Rosa fueron mártires. El resto de la congregación escapó a Fráncfort donde había una congregación Flamenca. Había también una iglesia inglesa de refugios allí – María "La Sangrada", una católica romana ardiente, había sucedido a su hermano al trono inglés en 1553 y empezó perseguir a los protestantes - el pastor temporáneo de esta iglesia fue John Knox, que después iba a ser el padre de la Reforma escocesa. Había también en Fráncfort una iglesia francesa de los refugios que tenía algo de disensión entre sus miembros. En septiembre de 1556, Juan Calvino mismo viajó de Ginebra con la esperanza de asentarse estos problemas; así fue que Guido de Brés encontró al gran Reformador.
Procurar mejorar su hebreo y a griego, de Brés fue a Lausana para estudiar bajo Teodoro Beza, y después de dos años cuando Beza fue a Ginebra para ayudar Calvino, de Brés fue allá también. Pasó otro año en la capital de la Reforma, estudiando bajo Calvino.
Después de estos tres años del estudio, de Brés comenzó a añorar al ministerio activo otra vez. Así que viajó arriba al Rin, vino a la ciudad de Doornik (ahora Tournai), unos 15 km al este de Lila. El llegó a ser el ministro de la Iglesia protestante secreta de la Palma, estudiando en una casa pequeña de jardín y predicando en las tardes en casas particulares.
Estuvo aquí en Doornik que él se enamoró del Catarina Ramón de ojos oscuros. Haciendo una proposición de matrimonio a ella, él la advirtió que él sólo le podría ofrecer una vida de la incertidumbre en este mundo. Ella contestó que fue suficiente en saber que ellos amaron el uno al otro y que ellos estuvieron en la mano buena de Dios. Así que fue en 1559 se casaron; y en el primero año del casamiento de Brés empezó trabajar en su Confesión de Fe, al continuar su secreto y peligroso ministerio. El esperó dar a las personas con un resumen de la fe cristiana para que ellos sean mantenidos de caer en el error.
Mientras que la iglesia permaneciera "bajo el agua" no fue molestado por mucha persecución debido a la resistencia de los magistrados de la ciudad para ayudar a los emisarios de Regente del Rey en sus cazas de la herejía. Así la iglesia creció constantemente y de Brés esperó ver el día cuando la levadura de la enseñanza Reformada habría llenado la ciudad entera. Pero no fue así. Roberto due Four, uno de los miembros de la Iglesia de la Palma, decidió que fue tiempo de salir en el abierto: ellos cantarían Salmos en público, declarando abiertamente su fe.
Así que el 29 de septiembre, 1561, por la tarde, cientos de protestantes, se reunieron en el mercado. Animadamente cantando los Salmos de David marcharon por las calles mayores. Temiendo la insurrección, el gobernador en su castillo ordenó que las personas que marchan sean fusiladas. Pero en vano - próxima tarde fueron otra vez, 500 fuerte en máscaras y capas que desafían los magistrados de la ciudad, cantando y gritando delante de la casa del vicario del obispo.
Cuando el obispo de Doornik, que estuvo en Bruselas, recibió noticias de estos alborotos, fue inmediatamente a Margarita, la Regenta. Ella estuvo furiosa y envió a Doornik unos comisionados de investigar. Cientos de personas fueron interrogados bajo la amenaza del tormento, y gradualmente la historia de la Iglesia de la Palma fue juntada.
De Brés se quedó sin estar detectado, habiendo ido por un nombre falso durante muchos años. A ocultar en sus cuartos se preguntó lo que hiciera. La investigación de los miembros de la comisión real había frustrado sus planes para una Reforma gradual - los protestantes fueron marcados como un ramo desordenado de rebeldes contra la autoridad con derecho, no mejor que los anabautistas que molestaron.
Así que el plan fue concebido para presentar el rey con una copia de la Confesión de Fe de los protestantes. Esto mostraría que ellos no fueron revolucionarios; indicó eso "ellos detestan a los anabautistas y a otras personas sediciosas, y en general todo los que rechazan los poderes y magistrados más altos y subvertirían la justicia, introducirían la comunidad de bienes, y confundirían que la decencia y la orden buena que Dios ha establecido entre hombres" ( Conf. Belga Art. XXXVI). Sin embargo ellos "ofrecerían sus espaldas a rayas, las lenguas a cuchillos, las bocas a bromas, y sus cuerpos al fuego" antes que niega el conjunto de verdades presentadas en esta Confesión.
De Brés no estaba solo en formular esta Confesión de fe. Está modelado en gran parte en la Confesión Gala (francés) de 1561, cuál mismo reflejó tanto la teología de Juan Calvino. También fue ayudado por Adrian Saravia de Leiden y Herman Moded, el Capellán a Guillermo de Orange.
Según un escritor, un bosquejo de la Confesión fue llevado a Ginebra en 1559 para la aprobación, pero esto fue retenido. Está dicho que Calvino lo quiso, pero aconsejó de Brés en contra publicar otra Confesión - la Gala fue adecuada en su opinión, y la introducción de otro credo demostraría divisivo.
No obstante, en el 2 de noviembre de 1561, el guardián del castillo de Doornik encontró un paquete que había sido tirado sobre la muralla la noche anterior. Fue dirigido al Rey Felipe II, y contenido una copia de la Confesión Belga junto con una carta abierta a los miembros de la comisión del Rey, avisándole que nada que ellos pueden hacer iba a prevenir el progreso de la obra de Dios en Doornik: "Si usted trata matarlo, para todos que se muere, cien subirá en su lugar. Si usted no abandonará su dureza y su asesinato, entonces apelamos a Dios para darnos agraciamos para aguantar pacientemente para la gloria de su nombre.... y el cielo y la tierra nos soportarán testificando que usted nos ha puesto injustamente a la muerte".
De Brés escapó de Doornik en diciembre 1561, entrando al exilio en pueblos franceses cerca de la frontera de las Bajuras. Temprano en 1562, su alojamiento en Doornik fue descubierto y su identidad por fin revelado. Sus papeles fueron quemados públicamente, y de Brés fue quemado en la efigie en la plaza del mercado de Doornik.
Durante cinco años, Guido de Brés y su familia vivieron en la paz, mientras él pastoreó varias congregaciones hugonotes. Tres veces en disfraz él visitó Doornik, y muchas veces se aventuró hasta Amberes. En 1566, el primer sínodo de las Iglesias Reformadas de las Bajuras se reunió en Amberes, otra vez en secreto estricto. Sólo los que supieron la contraseña “La Viña” fueron permitidos la entrada. En este sínodo, que revisó el Arte. XXXVI (El Magistrado, el Gobierno Civil), la Confesión fue adoptada oficialmente como un símbolo de la fe de las Iglesias Reformadas. Esta vez, la Confesión recibió la aprobación de Ginebra pero no estuvo hasta 1580 que ganó la aceptación universal en los Países Bajos.
Poco después este sínodo, de Brés aceptó  la llamada para trabajar con Peregrin de la Grange - un predicador  llameante preparado en Ginebra - en Valenciennes, cerca de la frontera francesa. Juntos predicaron a miles que reunieron en los campos fuera de la ciudad; nadie osó tratar de desafiar este movimiento que extendió a las raíces del césped de la sociedad.
El entusiasmo para la reforma llevó con ello los excesos de la violencia. Las muchedumbres revoltosas rompieron en catedrales en varias ciudades, los saqueando y quitando cada vestigio restante de catolicismo. Cuándo Felipe, en su palacio en España, oyó de estos alzamientos, obró con prontitud. Las tropas frescas fueron enviadas para dominar cada pueblo en el que el protestantismo fue fuerte. La persecución creció. Cuándo alcanzó Valenciennes, las personas decidieron resistir las fuerzas de Felipe, contra el consejo de de Brés.
Abandonado por sus aliados, la ciudad fue parecida a un sitio que dura varios meses. Asombrosamente, de Brés y algunos compañeros escaparon de la ciudad. Pero su libertad estuvo efímera: uno de ellos fue reconocido, ellos fueron capturados y fueron llevados cadenas al castillo de Doornik, donde seis años antes la Confesión de de Brés había sido tirada sobre la pared. Cruelmente tratado por sus captores, de Brés fue transferido a Valenciennes donde él pasó siete semanas en el Agujero Negro de Brunain - un calabozo oscuro y mugriento.
Increíblemente, estuvo en este lugar que de Brés, en el medio del sufrimiento, escribió un  tratado de 233 páginas sobre la Cena del Señor - una exposición brillante y completa - así también sus cartas cariñosas de despido. En el 31 de mayo de 1567, junto con de la Grange, de Brés fue traído a la plaza del mercado de Valenciennes. Aún como él recordó a la multitud reunida para ser respetuoso a los magistrados, y continuar fiel a la Palabra que había sido predicada a ellos, el verdugo recibió su señal y tiró a su víctima del andamio.
Guido de Brés estuvo muerto. Pero la Confesión que él escribió vive aún, y por la misma él todavía habla hoy de la fe por lo cual hombres murieron.

JOHN BUNYAN

FECHAS:(1628-1688)
Datos Biográficos: N. a finales de noviembre en Elstow, cerca de Bedford (Inglaterra). De oficio fue calderero, al igual que su padre antes de él. Quedó huérfano de madre a la edad de 16 años. Su padre volvió a casarse enseguida, lo cual pudo influir en su decisión de alistarse en el ejército, a las órdenes del Parlamento. Terminada la guerra civil que asolaba Inglaterra, Bunyan volvió a su pueblo natal donde se casó con una mujer “tan pobre como se pueda ser”, pero rica en disposición religiosa y amor a la lectura, especialmente la Biblia. Poco a poco Bunyan se fue transformando en una persona respetable.
Fue en Elstow donde convirtió al Evangelio. Su libro Gracia Abundante, publicado en 1666, narra la conmovedora historia de su conversión, gracias al humilde testimonio de unas mujeres miembros de la Iglesia que pastoreaba John Gifford, un soldado convertido a Cristo.
En 1655 se trasladó a Bedford. Ese mismo año perdió a su esposa por defunción, quedando al cargo de su hija Mary, ciega de nacimiento, y de su otro hijo. Elegido diácono de la Iglesia no conformista (no estatal) de Bedford, bien pronto comenzó a predicar en privado y en público, según le permitía la libertad de su trabajo, y finalmente fue nombrado predicador oficial. Cientos de personas acudían a escucharle.
Llegó a ser predicador de convicción bautista e independiente en cuanto gobierno de la Iglesia y posmilenarista en escatología como calvinista en soteriología. Debido a la intolerancia de la época y la política religioso-estatal de los monarcas jacobitas fue encerrado en la cárcel de 1660 a 1672 y otra vez en 1675. Su esposa, había vuelto a casarse en 1659, se hizo cargo de sus cuatro hijos y, llena de fe y valor, hizo todo lo posible por conseguir la libertad de su esposo. En la cárcel Bunyan, aparte de predicar cuando la ocasión se lo permitía, se ocupaba en la lectura del Libro de los mártires de Foxe (v.).
Fue durante el segundo período de su encarcelamiento que escribió la primera parte del libro que es a la vez el más conocido escritor el calderero de Bedford, y una de las obras más conocidas y más queridas de toda la historia de la iglesia: El progreso del peregrino, brillante alegoría de la salvación y de la vida cristiana. Esa primera parte del libro fue publicada en 1678 y la segunda en 1684. Cien mil ejemplares del libro fueron vendidos antes de la muerte de su autor.
Aparte de él escribió otros sesenta libros de variado tamaño y temática. Gracias a la Declaración de Indulgencia fue liberado en 1675 y pudo dedicarse pacífica y fielmente a la predicación. Su fama de predicador fue tan grande que cuando iba a Londres más de 1.200 personas se reunían a escucharle en un día normal de trabajo a las siete de la mañana. El gran teólogo puritano John Owen (v.) dijo que él daría con gusto todo su conocimiento académico por el poder de alcanzar el corazón de la gente que tenía aquel calderero. Durante dieciséis años fue pastor de una Iglesia Bautista en Bedford. Murió el 31 de agosto de 1688 en Holborn (Londres), a consecuencia de una pulmonía.

JUAN CALVINO

FECHAS:(1509-1564)
N. el 10 de julio de 1509 en Noyon (Francia), en el seno de una familia burguesa. Destinado a la carrera eclesiástica, estudió en el colegio de Montaigu (París), obtuvo varios beneficios, cursó Derecho en Orleans (1592) y Bourges, y el griego y el hebreo en París (1531). Calvino era filosóficamente nominalista, discípulo de Ockam; como humanista un enamorado de la doctrinas estoicas: publicó un comentario sobre el Tratado de Clementina de Séneca en 1532; y como jurista estaba formado en la lógica romana. En París conoció a Melchol Wolmar, famoso helenista y simpatizante de las ideas luteranas, y se dedicaba al estudio de la Biblia, gracias a su amistad con Roberto Olivetan, primo hermano suya, y más tarde traductor de la Biblia al francés.
En 1534 se unió al luteranismo del grupo francés, renunció a sus beneficios y, por su ataque a la teología escolástica y su defensa de la “filosofía cristiana”, mediante su amigo Miguel Cop, rector de la Universidad de París, que les valió la condenación por herejes, huyeron a Estrasburgo, donde en sus preocupaciones religiosas es patente la influencia del reformador Martín Bucer (1491-1551) y de san Agustín.
En marzo de 1536 publica en Basilea su primera edición de Institutos de religiones cristianas, que traducida al francés en 1541 y muchas veces reeditada, se convirtió en el manual de los reformadores. “Es un sistema de teología cristiana tomando en cuenta sólo las Escrituras como la suprema autoridad y al Espíritu Santo, como guía en la interpretación de la verdad cristiana, en vez de la autoridad de la iglesia de su tiempo; sin dejar de respetar, por esto, las opiniones de los grandes padres de la iglesia” (John A. Mackay, v.). La Institución sólo es comparable a la Suma Teológica de Aquino de antaño y a la Dogmática de Karl Barth hoy. Fue traducida al castellano por Cipriano de Valera (v.).
Teniendo que pasar por Ginebra, donde quería detenerse una sola noche, llegó a oídos de Guillermo Farel la noticia de que se encontraba en la ciudad el autor de la Institución, el cual vio que Calvino era el hombre más indicado para “defender las nuevas creencias contra los ataques de dentro y de fuera, y armonizar la reforma de las costumbres con la reforma religiosa”. Calvino se resistió a la propuesta, alegando tener necesidad de más tiempo para formarse mejor, pero no le valió de nada. Tuvo que darse por vencido ante la presión de Farel: “¡Que Dios maldiga tu reposo le dijo y tus estudios, si en semejante trance rehusar venir en nuestra ayuda!”
De esta manera se inició la obra ginebrina del gran reformador. Excepción hecha de un breve plazo de destierro (1538-41), Calvino consagró a la ciudad todo el resto de su vida. En agosto de 1540 contrajo matrimonio con Idelette de Bure, en lo que fue un matrimonio feliz, con la única sombra de las muchas enfermedades de Calvino. “En su caso, como en el de infinidad de fieles hijos de Dios, las cadenas y las llamas fueron sustituidos por enfermedades, disgustos, contrariedades y penalidades diversas; pero eran y son parte de la misma prueba de fe. La fe de Calvino era muy fuerte; por consiguiente quiso el Señor hacerle un ejemplo a millares que tendrían que honrar a Dios sufriendo pruebas y ser espectáculo aleccionador a los hombres y a los ángeles, de su entera confianza, amor y sumisión al Padre celestial (Samuel Vila).
Sabemos poco de su conversión. La atribuye a una intervención directa de Dios en su vida, cuando sus convicciones intelectuales sobre la verdad cristiana se vuelven convicciones de corazón, una experiencia verdaderamente personal de Cristo crucificado para el perdón de sus pecados.
Calvino aborda de nuevo el fondo común de la Reforma: La Escritura como única fuente de autoridad divina, el rechazo de la tradición, el cristocentrismo, la omnipotencia de la gracia, la justificación por gracia mediante la fe, la refutación de los sacramentos no instituidos directamente por Cristo, del celibato eclesiástico, de los votos monásticos, del culto a la Virgen y de los santos, y de las imágenes.
Pero la gran preocupación de su amor a Dios consiste en que nada pueda empequeñecer a Cristo ni a Dios. Dios debe ser el centro de todo. Calvino profesa un teocentriscimo. Contra Lutero (v.), afirma, pues, más claramente la distinción entre la naturaleza humana y la naturaleza divina de Cristo de Cristo: de otro modo, si una propiedad de la naturaleza humana hubiese podido ser atribuida a la naturaleza divina, la encarnación habría cambiado y empequeñecido a la divinidad. La naturaleza divina posee la ubicuidad y está, por tanto, en todas partes. La naturaleza humana, en cambio, no la posee y el cuerpo de Cristo tampoco.
En consecuencia no hay ni la transubstanciación católica ni la presencia real luterana. El pan y el vino son los signos visibles de la promesa de alianza que Cristo nos ha hecho. Pero es allí donde el amor, que hace desear la fusión con Dios, separa a Calvino de Zuinglio (v.). En el momento en que el fiel toma el pan y el vino, consagrados por la Palabra y con fe en la Promesa, Cristo le hace participar efectivamente de su carne y de su sangre. Cristo se hace realmente nuestro y nos ofrece su muerte y su resurrección, la redención, la santificación y la vida eterna.
Este impulso amoroso hizo que Calvino elaborara con toda su fuerza la teoría de la predestinación. Lutero y Bucer habían debilitado la creencia en la predestinación fundándola en la presciencia divina: Dios conoce el porvenir y sabe lo que ocurrirá a cada individuo; en consecuencia presciencia y predestinación coinciden. Pero así parece que se establece un vínculo de causa a efecto entre presciencia y predestinación. Parece que Dios esté obligado a hacer lo que ha previsto; en consecuencia, no es exactamente Todopoderoso. Ello es intolerable para un amor ardiente y delicado. “Para Calvino, Dios es libre y lo que él prevé no se confunde con lo que desea de toda eternidad” (Roland Mousnier). La gracia es irresistible y el hombre no la puede repeler; se manifiesta en la vida del elegido por el gusto hacia la doctrina y las obras de fe.
La Iglesia fue instituida para ayudar a nuestra santificación. Existe una verdadera Iglesia allí donde la Palabra divina es puramente predicada, donde los sacramentos son administrados según la institución de Cristo. La Iglesia no debe tolerar el error, el desorden, ni el escándalo, lo que equivaldría a injuriar a Cristo. La Iglesia debe colaborar con el magistrado, que tiene el deber de hacer respetar los mandamientos divinos, pero ambos poderes deben estar separados: no es precisa la teocracia. En este punto, Calvino se aleja de Lutero, que, de hecho, había sometido la Iglesia al Estado; y de Zuinglio que había confundido Iglesia y Estado. A la obediencia al Estado está supeditada al Dios del Estado. “En más de un país la única fuerza que se ha podido resistir a la idolatría moderna del Estado; y entre las Iglesias cristianas que se han mostrado más poderosas para oponerse a estos atropellos a la conciencia religiosa, se encuentran las de origen calvinista” (B. Foster Stockwell).
Calvino, profesor y predicador en ginebra de 1541 hasta su muerte en 1569, asistió a las sesiones de los Consejos de la ciudad e hizo adoptar sus puntos de visa por la mayoría. Ginebra se convirtió en una Roma calvinista. Los futuros pastores estudiaron en el Colegio que digirió Teodoro Beza a partir de 1558.
Desde Ginebra Calvino extendió su doctrina por resto de Europa. Hizo muchos seguidores en Escocia, Bohemia, Hungría, Polonia, Países Bajos y Francia.
El Consistorio de Ginebra condenó a la hoguera al médico español Miguel Servet en 1533, acusado de haber negado la Trinidad y no retractarse de ello. Asimismo el Consistorio de la ciudad castigaba a los usureros, acaparadores, monopolizadores, imponía multas al pañero cuyo tejido era un pie más estrecho que el normal, al carnicero que vendía por encima de la tasa, al cirujano cuyos honorarios se consideraban demasiado elevados. Pero los burgueses acomodados del Consejo les acusaron de provocar el odio de clase contra los ricos, protestó contra las sanciones dictadas a los acreedores y hacia 1580 sugirieron que los pastores cesaran de ocuparse de los asuntos de los magistrados.
Calvino es sólo comprensible a la luz de su vehemente corazón cristiano y la profunda piedad de su alma.
“Teniendo en cuenta todas sus faltas, Calvino puede considerarse uno de los hombres mejores y más grandes que Dios haya levantado en la historia del cristianismo” (Philip Schaff, historiador americano). “Como teólogo, reformador, político y organizador pertenece al número exiguo de los genios y de los profetas” (J.Mª G. Gómez-Heras, teólogo católico español). Otros le consideran con sobrada razón el san Pablo de la Reforma.
En el campo de la exégesis bíblica es, indudablemente, uno de los mejores exponentes de la Escritura de todos los tiempos. A su conocimiento de la teología, une el de la patrística, el dominio de las lenguas originales y la facilidad de expresarse con precisión y claridad.

RICARDO CERNÍ BISBAL

FECHAS: 1938
Catadau (Valencia), 1938. Aunque la mayor parte de su energía y tiempo, según entendemos, los distribuye entre el pastorado de la Iglesia Presbiteriana Reformada de Barcelona y sus responsabilidades en la Fundación Editorial de Literatura Reformada (FELIRE), en nombre de la que, en 1992, visitó durante dos meses Hispanoamérica; también escribe este Licenciado en Filosofía y Letras.
Sus pequeños trabajos, como suele ocurrir con los demás autores, están dispersos. Pero podemos acercarnos con facilidad a su texto sobre el “Protestantismo”, en el tomo 2 de Historia De Las Religiones (Marín, 1975) y a su traducción del Pentateuco, primer tomo del “Antiguo Testamento Interlineal Hebreo-Español”, que está publicando CLIE.

ANTONIO DEL CORRO

Nacido en Sevilla en 1527 y fallecido en Londres en 1591. Hijo de un doctor en Leyes y pariente cercano de uno de los Inquisidores que llevó el proceso del Dr. Egidio, ingresó como monje en el monasterio de San Isidoro del Campo. En 1557, salió de allí, con otros Jerónimos, entre los que estaban los futuros primeros traductores de la Biblia, Reina y Valera, para librarse de los Inquisidores. Estos le quemaron en efigie más tarde (1562) y le metieron en el "Índice" (1570) como autor de primera clase.
De Ginebra pasó a Lausana, donde estudió en su famosa Academia. Luego, tras breves estancias en la corte de Juana III de Albret (donde dio clases de español al futuro Enrique IV, predicó y enseñó), Burdeos, Toulose, palacio de la Duquesa de Ferrara (Renata, hija del Rey de Francia, Luis XII) y Amberes, llegó en 1567 a Inglaterra y allí permaneció hasta su muerte.
Evangelizó a los españoles en cualquier lugar donde se encontrara, enseñó en los Inns Court y Oxford, polemizó siempre con los teólogos, formó una familia (de la que poco sabemos) y escribió libros y numerosas cartas a los grandes de su tiempo. Sus dos primeras obras se publicaron en Amberes: Epistre et amiable remostrance d’un Ministre de l’Euangile de Nostre Redempteur Jesús Christ (1567) y Lettre envoyée a la maiesté du roy des Espaignes (1567).
En esta última, aboga por la libertad religiosa ante Felipe II. Es la única que ha sido traducida al castellano de toda su producción literaria (Revista Cristiana, Madrid 1902). El resto de sus trabajos vieron la luz pública en Inglaterra: Tableau de L’oeuure de Dieu (1569); Dialogus Theologicus (1574), fruto de sus predicaciones sobre la Epístola de San Pablo a los Romanos; Sapientísimo regis Salomonis (1579), paráfrasis y comentario al Eclesiastés; y Spahis Grammar (1590). Todos sus libros, menos Tableau, fueron traducidos pronto al inglés. Al final de sus días, trabajó en nuevas ediciones de sus obras y editó una revisión del "Dialogo de las cosas ocurridas en Roma", por Alfonso de Valdés.
Otra perspectiva:
Ex-fraile del Monasterio de San Isidoro del Campo, escritor y profesor en la Universidad de Oxford. Nació en Sevilla, donde debió hacer sus estudios universitarios, antes de profesar como jerónimo en el Monasterio de San Isidoro el Campo, de Santiponce (Sevilla). De donde salió, tras abandonar la Iglesia Romana, en 1557. Y, tras una accidentada peregrinación por Suiza, Francia y Flandes, terminar en Inglaterra.
Antes de trasladarse de la Europa continental a la Gran Bretaña, estudió en la Academia de Lausana, con profesores como Teodoro de Beza; dio clases de español al hijo de Juana III de Albret, que reinaría como Enrique IV de Francia; enseñó y predicó en varios centros hugonotes franceses, como Burdeos, Toulose y Orleans; se casó; fue capellán de la Duquesa de Ferrara, hija del rey francés Luis XII, en su palacio de Montarguis; y predicó en Amberes.Y en esta última ciudad, aparecieron sus dos primeros libros: "Epistre e amiable remostrance d'un Ministre de l'Evangile de nostre Redempteur Jesús Christ" (1567) y "Lettre envoyée a la maiesté du roy des Espaignes" (1567).
El resto de sus trabajos, se imprimieron en Inglaterra. Y aunque contienen menos información autobiográfica, que en la primera de sus obras, testifican de sus quehaceres e inquietudes docentes y teológicas. Como se puede apreciar sólo con sus títulos: "Tableau de L’oeuure de Dieu" (Norwiich, 1569), "Dialogus Theologicus" (Londres, 1574), "Paraphrasis and Commentary on Eclesiastes" (Londres, 1579) y "Reglas Gramaticales" (Oxford, 1586).
Varios de sus libros, se tradujeron al inglés en sus días. Pero al permanecer en latín, francés o inglés; son muy poco conocidos entre nosotros. Y únicamente la reciente edición facsímil de su última obra y la traducción al castellano que se hizo de la Carta a Felipe II (Revista Cristiana. Madrid, 1902); le han salvado del injusto e inconveniente olvido, al que los Inquisidores le condenaron, quemándole en estatua y "secuestrándole" en el Índice de Libros Prohibidos.
Los años de Londres, fueron agridulces. Por un lado, las numerosas controversias teológicas con los intolerantes (católicos o protestantes), le restaron paz y amigos. Claro que también pudo dedicarse a la enseñanza universitaria en Oxford, continuar escribiendo, contar con amigos influyentes y una prebenda de la Iglesia Anglicana; donde terminó tras su paso por el Calvinismo.

GIOVANNI DIODATI

Giovanni Diodati (nacido el 6 de junio de 1576 en Lucca, Italia y muerto en Ginebra el 3 de noviembre de 1649) procedía de una noble y antigua familia italiana que en el siglo XVI se convirtió al protestantismo. De la categoría de esta familia da fe el hecho de que el padre de Diodati, Carlo, será apadrinado en su bautismo nada menos que por el emperador Carlos V.
Giovanni Diodati. Debido a sus conexiones comerciales, el padre de Giovanni se establecerá en la ciudad francesa de Lión, donde entrará en contacto con la Iglesia Reformada. Pero debido a la persecución que allí se desata contra los protestantes tendrá que refugiarse en Ginebra en 1567. En esa ciudad nacerá Giovanni Diodati, quien a pesar de su ciudadanía ginebrina nunca olvidará sus raíces italianas.
En Ginebra, Giovanni será alumno de teología de Teodoro Beza, el sucesor de Calvino en dicha ciudad, y más tarde estudiará hebreo y arameo en la Academia alemana de Herborn. Estos estudios le serán de gran provecho a la hora de hacer su traducción de la Biblia al italiano. A la edad de 19 años consigue su doctorado en teología y la cátedra de hebreo a los 20.
La preocupación lingüística de Diodati se manifiesta en su interés porque la Escritura esté disponible en forma legible para todos, para lo cual no escatimará esfuerzos ni años de su vida para lograr que los italianos puedan leerla en su propia lengua. De su traducción destaca la fidelidad al texto sagrado y la claridad en los términos empleados.
En 1607 se publica la primera edición de la Biblia completa y en 1641 la segunda, revisada y con algunas anotaciones añadidas a la primera. La traducción de Diodati es la que hasta el día de hoy siguen utilizando preferiblemente los protestantes italianos.
EL principio la Parola era, e la Parola era appo Dio, e la Parola era Dio.
2 Esa era en el principio apo Dios.
3 Ogni cosa è stata fatta per mezzo di essa; e senz'essa niuna cosa fatta è stata fatta.
4 In lei era la vita, e la vita era la luce degli uomini.
5  E la luce riluce nelle tenebre, e le tenebre non l'hanno compresa.
6 Vi fu un uomo mandato da Dio, il cui nome era Giovanni.
7 Costui venne per testimonianza, al fin di testimoniar della Luce, acciocchè tutti credessero per mezzo di lui.
8 Egli non era la Luce, anzi era mandato per testimoniar della Luce. (Juan 1:1-8 en la versión de Diodati)
Como revisor trabajará en la versión francesa de Olivetan, editándola en 1643. Diodati participará en el famoso Sínodo de Dort (1618-1619), como delegado de la iglesia de Ginebra, en el que las iglesias calvinistas fijarán su posición sobre diversas cuestiones doctrinales.

ALFRED EDERSHEIM

FECHAS:(1825-1889)
Datos Biográficos: N. en Viena de padres judíos fieles a la sinagoga. Estudió en la Universidad de Viena. Fue profesor de lengua en la ciudad de Pesth (Hungría), donde conoció al presbiteriano escocés John Duncan (1796-1870), más conocido como “Rabi” Duncan, y que por entonces era capellán de los obreros escoceses que trabajaban en el puente del río Danubio. Edersheim llegó a su fe en Cristo mediante la enseñanza y contacto con Duncan. Con éste marchó a Escocia donde estudió teología en el New College de Edimburgo, y más tarde en la Universidad de Berlín. Fue ordenado al ministerio de la Iglesia Presbiteriana en 1846. Inmediatamente después marchó como misionero a Rumanía, a la ciudad de Jassy, para trabajar entre la comunidad judía allí existente.
De regreso a Escocia fue nombrado pastor de la congregación de la Iglesia Libre en Old Aberdeen (1949), hasta que por causa de su delicada salud tuvo que dejar el ministerio y encargarse de la iglesia de San Andrés en Torquay (Escocia), construida para facilitar su ministerio. Nueve años después volvió a enfermar gravemente, por lo que durante cuatro años tuvo que retirarse a vivir en Bornemouth, tranquila y veraniega ciudad inglesa.
En 1875 cambió su afiliación presbiteriana por la anglicana, siendo ordenado ministro de la Iglesia de Inglaterra ese mismo año. En 1882 marchó a Oxford. Allí llegó a ser muy conocido por sus predicaciones y conferencias universitarias, muchas de las cuales verían la luz en forma de densos libros.
Estudiante meticuloso y paciente fue el evangélico conservador que mejor conoció las doctrinas, prácticas y condiciones del judaísmo de la época del Nuevo Testamento. Se opuso a las corrientes de la alta crítica bíblica, que comenzaba a dominar el estudio del Antiguo Testamento. Defendió con habilidad y erudición la paternidad mosáica del Pentateuco.

JONATHAN EDWARDS

FECHAS:(1703-1758)
Datos Biográficos: N. el 5 de octubre de 1703, hijo único de Timothy Edwards, pastor en East Windsor (Connecticut, EE.UU.), pequeña ciudad fronteriza. Gracias a su aguda inteligencia, poco antes de cumplir los trece años de edad ingresó en Yale College (1716), donde consiguió su licenciatura y doctorado (A.B., 1720, M.A., 1723). Cuando tenía once años escribió un ensayo sobre las arañas voladoras, cuya exactitud sigue asombrando hoy día.
En Yale descubrió la obra del filósofo inglés John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, que motivó su propio pensamiento filosófico, digno de un pensador original y profundo. En mayo de 1724 fue nombrado tutor del colegio. Durante seis meses, comenzando en agosto de 1722, predicó en la congregación Presbiteriana Escocesa de Nueva York. El 15 de febrero de 1727 fue ordenado pastor asociado de la iglesia en Northampton (Massachusettes), donde su abuelo era pastor. Al año siguiente contrajo matrimonio con Sarah Pierrepont de New Haven; un feliz matrimonio que iba a durar treinta años y dar a luz doce hijos.
Entre los años 1735 y 1737 su predicación dio como resultado un gran avivamiento espiritual en medio su congregación, que pronto se extendió a otros lugares. Fue un movimiento tanto social como religioso, de hecho una auténtica revolución que alcanzó a todas las colonias americanas. En esos años entabló una amistad profunda con George Whitefield (v.), entonces predicador itinerante en América.
Después de aquella intensa actividad religiosa surgió una amarga y prolongada controversia acerca de las ideas de Edwards, que pedía unas bases más estrictas para la membrecía de la iglesia, que las establecidas por su abuelo. El 30 de junio de 1750, después de veintitrés años de servicio, fue depuesto de su pastorado por un concilio de la iglesia reunido en Northampton. Entonces durante seis años trabajó como misionero entre los indios housatonic en Stockbridge (Massachusetts). Fue en este período que escribió sus obras más conocidas.
El 29 de septiembre de 1757 fue invitado a la presidencia de colegio o universidad de New Jersey (hoy Universidad de Princeton). Por aquel entonces la ciudad se encontraba en los inicios de un brote epidémico, que iba a afectar a Edwards a su llegada. A consecuencia de una segunda infección murió el 22 de marzo de 1758.
Aparte de sus numerosos escritos, y notas que aún siguen editándose, Edwards publicó la Vida y diario de David Brainerd (La Aurora, 1958), que produjo una impresión tan profunda en John Wesley (v.).
Nunca se preocupó de la ortodoxia o la heterodoxia, aunque participó en muchas controversias contra el naciente arminianismo, sino que escribió sobre la religión en profundidad y extensión. Calvinista convencido enfatizó la influencia del corazón y las emociones. “En Edwards, como en Agustín, hay una combinación perfecta entre espíritu altamente intelectual y especulativo y una devoción a Dios en Cristo, a menudo extásica” (Paul Helm). Cabeza y corazón estaban firmemente unidos en su persona. “Jonathan Edwards, santo y filósofo, avivamentista y teólogo, destaca como la figura de suprema grandeza en la vida intelectual de la América colonia” (B.B. Warfield). “Ningún otro hombre es más relevante para la condición actual del cristianismo que Edwards. Quien desee sabe acerca del avivamiento verdadero, Edwards es el hombre a consultar” (D. Martyn Lloyd-Jones).

FRANCISCO DE ENZINAS

(1520-1552) Los hermanos Enzinas (Francisco, Jaime, Diego y Juan), conocidos también por las diversas traducciones que hicieron de su apellido, como Dryander, Quemaens, Du Chesne, Eichman, Van Eick y Elao; eran naturales de Burgos y forman parte del grupo de españoles que aceptó la Reforma en centro Europa. Desde donde trabajaron y sufrieron para que la luz del Evangelio llegara a sus compatriotas. A quienes pronto llegó su "Breve i compendiosa institución de la religión cristiana" (1540), con textos propios y de Lutero y Calvino.
Francisco de Enzinas, a quien conocemos mejor y con una obra más vigente y asequible; se formó en las Universidades de Alcalá de Henares, Paris, Lovaina y Wittenberg. Y debe ser recordado y honrado, aunque nada se suele decir en la enseñanza de la Historia y Literatura españolas, como un precursor literario. Porque se adelantó en la defensa del castellano como lengua literaria, hizo desde el original griego la primera traducción impresa del Nuevo Testamento castellano y fue el primer español que destacó en el género autobiográfico.
En Wittenberg, a los pies de Felipe Melanchton, su maestro, hospedador y amigo; vivió "en libertad para cultivar la religión pura y verdadero cristianismo, a la vez que los estudios liberales".
A sugerencia de su ilustre mentor, tradujo el Nuevo Testamento al castellano, a partir de la edición del texto griego hecha por Erasmo. Y pudo verla publicada en Amberes, en 1543.Pero, ni la dedicatoria a Carlos V ni la entrevista que éste le concedió en Bruselas, pudieron librarle de más de un año de cárcel y de que fuera destruida casi la totalidad de la edición.
En sus Memorias, escritas en latín y traducidas al francés y al castellano, en tres versiones en este último caso; tenemos un vívido y bello relato de la situación religiosa en España y en los Países Bajos, a mediados del siglo XVI.
Tradujo varios libros del Antiguo Testamento, siguiendo la versión de Sebastián Castillione. Sin poder concluir su monumental Biblia ilustrada. Además, tradujo a los clásicos Lucio Floro, Plutarco y Luciano. Y fue el editor latino de Historia de la muerte de Juan Díaz (1546) y Actas del Concilio de Trento (1546).
Se casó con Margarita Elter, que le dio dos hijas. Y las tres le sobrevivieron cuando al poco de regresar de enseñar griego en la Universidad de Cambridge, murió en Estrasburgo.

DESIDERIUS ERASMO DE ROTERDAM

FECHAS:(1466-1536)

Datos Biográficos: Humanista cristiano, fue el mayor erudito de su tiempo, notable por su independencia intelectual, a pesar de la solicitud con que papas, reyes, universidades, etc. trataban de atraerlo a su bando. Conocido como Erasmo de Rotterdam, había nacido de unión ilegítima, lo cual no fue obstáculo para que fuese admitido en la orden agustiniana y ordenado de sacerdote el año 1492, pero salió de la orden y se fue a París a proseguir sus estudios universitarios. Llegó así a ser un erudito en la literatura clásica, así como en el dominio de la lengua latina.
Mucha importancia tuvo para él la visita que, en el año 1492, hizo a Inglaterra, donde conoció al futuro deán de San Pablo, John Colet, quien le animó a unir sus ideales humanistas con el estudio diligente de las Escrituras Sagradas, a fin de llegar al significado real del texto sagrado mediante el conocimiento adecuado de las lenguas originales. Entonces Erasmo se dedicó de lleno al estudio de la lengua griega y, convencido de los errores que se hallaban en la Vulgata Latina, versión oficial en la Iglesia de Roma durante muchos siglos antes y después de Erasmo, produjo en 1517 una nueva versión del NT en latín, pero basada en un NT griego crítico. Este libro, con el NT griego y, conjuntamente, con la nueva versión latina de Erasmo, puso en manos de predicadores y eruditos un valioso Nuevo Instrumento, como tituló él mismo la primera edición.
Tras esto, Erasmo comenzó a dirigir sus tiros contra varios abusos de la Iglesia de Roma, empezando por los puntos débiles del monasticismo de su tiempo, que él satirizó con su libro Elogio de la locura. Contrario, como Lutero, al tráfico de indulgencias, aprobó las 95 tesis de Lutero. Pero, a medida que Lutero radicalizó su postura, Erasmo se separó de él y, en servicio a la Iglesia de Roma, escribió en 1524 su libro Sobre la libertad de la voluntad, al que replicó Lutero en 1525 con su Sobre la esclavitud de la voluntad. La realidad es que, mientras Lutero se rebeló claramente contra la autoridad del Papa, Erasmo deseaba sinceramente la reforma de la Iglesia, pero no a expensas de la unidad.
Esta actitud sincera de Erasmo no fue comprendida ni por los protestantes ni por los católicos, pues los primeros le tuvieron por vacilante, y los segundos por sospechoso de herejía, tanto que algunas de sus obras fueron puestas en el Índice de libros prohibidos. Sin embargo, su fama y la estima en que sus obras han sido tenidas por unos y otros, lejos de disminuir, han adquirido un nuevo impulso en el mismo siglo XX. Para Hans Küng es el paradigma teológica que el cristianismo moderno necesita, dialogante y conciliador, de que da buena prueba su correspondencia, que llena más de 10 gruesos volúmenes y su obra completa ocupa unos de 20 tomos de unas diez mil páginas en total

JUAN FOXE

FECHAS:(1517-87)
Datos Biográficos: N. en Boston (Lincolnshire, Inglaterra). Quedó huérfano de padre siendo muy joven. Su madre contrajo nuevo matrimonio. A los dieciséis años de edad ingresó en la Universidad de Oxford, donde causó impresión por la seriedad de su vida y comportamiento. En 1543 fue nombrado fellow de Magdalen College. Entre sus amigos íntimos contaba a Hugh Latimer (1485-1555), que murió mártir. Eligió los estudios de historia religiosa con vistas a analizar el progreso y la decadencia de la Iglesia de Roma. A los treinta años de edad había leído los escritos de los Padres griegos y latinos, las disputas de los escolásticos, las actas de los concilios y todo lo relacionado con la historia eclesiástica. Además de ello estaba familiarizado con las Escrituras en sus idiomas originales.
Estos estudios le llevaron hacia el protestantismo. Sospechoso de herejía creyó conveniente dejar Oxford. Su padrastro airado le desheredó por completo y se vio obligado a aceptar el cargo de tutor de la familia de Sir Thomas Lucy de Warwickshire. En ese tiempo contrajo matrimonio con Agnes Randall y se trasladó a Londres, donde después de muchas privaciones encontró otro puesto de tutor de los hijos huérfanos de Henry Howard, Earl de Surrey, ejecutado en 1547, y nietos del duque de Norfolk.
En 1550 fue ordenado diácono de la Iglesia Anglicana, en una ceremonia oficiada en la catedral de San Pablo por el obispo reformado Nicholas Ridley (1500-55), abrasado vivo en la misma hoguera que Latimer con la llegada al poder de la reina católica María. Entonces el fanático obispo Gardner intentó apresar a Foxe, pero gracias al joven duque consiguió huir al continente. En Estrasburgo (Francia) entabló amistad con Edmund Grindal (1519-83), que llegaría a ser Arzobispo de Canterbury.
Este le entregó un manuscrito en latín narrando las persecuciones de los reformadores protestantes desde el día de Wycliffe y Huss hasta su día. Iba a ser el punto de arranque de su libro sobre actas y monumentos de mártires. En Frankfurt conoció a John Knox, el reformador escocés. En Basilea pasó momentos de extrema pobreza y trabajo como corrector de pruebas en la imprenta del editor protestante Johan Herbst o Oporinus, que le dejó tiempo para sus propios escritos.
De regreso a Londres en 1559 rechazó cargos de importancia eclesiástica para dedicar su vida por completo a la obra pastoral y literaria, así como a la correspondencia con los hombres notables de Inglaterra y el resto de Europa. El día 20 de marzo de 1563 vio la luz pública la primera edición de The Acts and Monuments, más conocido como El libro de los mártires. Se publicaron cuatro ediciones en vida del autor. Es un libro de suma importante desde el punto de vista de testimonio de una fe que generó más mártires que todas las generaciones precedentes juntas.
Cuando una plaga o epidemia se extendió en Londres en 1563, Foxe permaneció fiel en su puesto ayudando a todos los que pudo, especialmente a los pobres. Tolerante y de corazón generoso su influencia llegó a la misma reina Elizabeth, para confirmarla en su intención de acabar con toda ejecución por motivos religiosos. Tanto fue el respeto que la reina sentía por él que, cariñosamente, le llamaba “nuestro padre Foxe.”
Murió el 18 de abril de 1587, en su setenta cumpleaños, después de una dolorosa enfermedad. Su esposa le sobreviviría dieciocho años, murió en 1605.

WILLIAM HENDRIKSEN

FECHAS:(1900-82)
Datos Biográficos: N. en Tiel (Holanda) emigró a Norteamérica a la edad de 10 años. Trabajó durante el día y estudió por la noche hasta conseguir una beca en el Calvin College de Grand Rapids (Michigan). Allí se graduó en teología en 1921 y se doctoró en 1934. Obtuvo un segundo doctorado en el Princeton Theological Seminary. Ordenado al ministerio de la Iglesia Cristiana Reformada sirvió como pastor en varias congregaciones del estado de Michigan.
Fue profesor del Nuevo Testamento en el Seminario Calvino a partir de 1943, junto a Louis Berkhof (v.). Lingüista nato llegó a leer en más de 20 idiomas. Aprendió el español después de jubilarse de su labor pastoral.
Sus comentarios al NT son de los más apreciados y leídos en el mundo evangélico. En ellos a una la erudición y la espiritualidad; la exégesis y la pastoral; la fe y la práctica, como ningún otro antes lo había conseguido, a excepción de C. Hodge (v.) y Calvino (v.).
Reformado en soteriología y eclesiología, defendió y popularizó el amilenialismo en escatología. Su influencia se ha dejado sentir en muchos autores evangélicos posteriores. Murió sin terminar su proyectado comentario a todo el Nuevo Testamento, que fue continuado por Simón J. Kistemaker.
Formó parte del comité que se encargó de la edición de la nueva versión internacional de la Biblia en inglés (NIV).

ALEXANDER A. HODGE

FECHAS:(1823-1886)
Datos Biográficos: N. en Princeton (Nueva Jersey, EE.UU.), hijo mayor de Charles Hodge (v.). Estudió en la Universidad de Princeton así como en el seminario de la misma. Se cuenta que él fue uno del grupo de estudiantes que podía reproducir verbalmente y de memoria las lecciones de teología sistemática de su padre. Tan buen estudiante se graduó en 1846 y recibió la licencia para predicar el Evangelio ese mismo año.
Su interés primario era dar a conocer el nombre de Cristo donde nunca antes hubiera sido predicado. Es por ello que, después de contraer matrimonio con Elizabeth Holliday en 1847, se ofreció como misionero a la Junta Presbiteriana de Misiones Extranjeras. El joven matrimonio fue asignado a la India. Allí estaría tres años, concretamente en Allahabad. Dos hijos les nacieron en aquel tiempo. A.A. Hodge disfrutaba de su trabajo, pero serios problemas de salud le obligaron a regresar a América en 1850. Sin embargo, siempre mantuvo encendida la llama del ideal misionero en su corazón y desde su país natal hizo todo lo posible por potenciar la obra misionera.
Desde su retorno de la India pasó catorce años como pastor en diversos estados: Maryland (1851-55), Virginia (1855-61) y Pennsylvania (1861-64), donde, según parece, fue amado por todos. El resultado de sus sermones fue la publicación de un libro titulado Outlines of Theology (Bosquejos de teología), que hicieron de él un reputado escritor y maestro.
En 1864 fue nombrado profesor de teología sistemática en el Western Theological Seminary de Allegheny (Pennsylvania), donde permaneció trece años.
Charles Hodge, sintiendo disminuidas sus fuerzas por la vejez, recurrió a su hijo para que viniese a Princeton como profesor adjunto de teología. Lo cual así vino a ser en 1877, un año antes de su muerte.
Al igual que su padre, A.A. Hodge era un cristiano que combinaba lo mejor de la erudición con la más pura de las espiritualidades. En realidad la teología princetoniana era heredera natural de los grandes avivamientos americanos, como los de Edwards y Whitefield, que habían colocado la importancia de la conversión en el centro de la experiencia religiosa.
Firme en su creencia de la suprema autoridad de la Biblia A.A. Hodge evitó con cuidado la intrusión filosófica en la teología. Sin embargo, y quizá por ello, fue, por temporalmente y hábito, un teólogo filosófico, en el sentido que puede serlo un creyente reformado. La teología era para él una visión, un sistema revelado del mundo. Hodge vio en el calvinismo una visión mundial, la única, que al buscar dar gloria a Dios en todas las áreas de la vida es suficientemente amplia como para ofrecer una base bíblica para la familia, la ley, la educación y la economía.
Francis L. Patton (v.) dijo: “A. A. Hodge fue uno de los teólogos más grandes del mundo. Su teología fue la de Pablo y Agustín, de Anselmo y Calvino, de Turrentin y Cunningham, y, cómo no, la de su propio padre, pero excediéndole en conocimiento histórico.”
La carrera del Dr. A.A. Hodge en el Seminario de Princeton iba a ser corta, al quedar truncada como quedó, por su repentina muerte acaecida el 12 de noviembre de 1886, a la edad de 63 años. Nueve años escasos había pasado en Princeton como profesor. Póstumamente se publicó su Evangelical Theology, donde revela sus dotes de lo que el Dr. Shedd calificó de "popularizador de la teología científica".
Fue miembro de la Asociación Reforma Nacional, convencido de que la soberanía de Dios requiere de los creyentes que todos los aspectos sociales del creyente se conformen a las leyes justas de Dios. Como postmilenialista creía que la fe tenía que jugar un papel muy importante en la vida de la nación.

CARLOS HODGE -- CHARLES HODGE

FECHAS:(1797-1878)
Datos Biográficos: N. en Filadelfia (Pennsylvania). Hijo menor de una familia de cinco hijos, bien pronto conoció la desgracia al quedar huérfano de padre a la edad de seis meses. De modo que toda la educación y cuidado del niño recayó sobre la madre, María Blanchard, descendiente de hugonotes franceses, heredera del fuerte carácter y viva religiosidad de éstos, ejercerá una poderosa influencia sobre el más pequeño de sus hijos. Presbiteriana convencida, educó a su familia en la Fe de Westminster, fe de la cual hijos y nietos nunca llegaron a apartarse.
Convertido a la edad de 18 años, como resultado de un avivamiento mientras estudiaba en el College de Princeton en 1815, Charles se matriculó en el seminario en 1816, junto a otros veintiséis estudiantes, bajo la enseñanza de los dos únicos profesores de aquel entonces, Alexander y Miller. Hodge llegó a ser un fiel discípulo de Alexander de quien se puede decir que aprendió todo: un conocimiento sólido del calvinismo unido a una ferviente espiritualidad evangélica, junto a una rigurosa adaptación de la filosofía escocesa del sentido común, que el seminario mantuvo hasta el final.
Graduado el 28 de septiembre de 1819, recibió, un mes más tarde, la licencia para predicar el Evangelio. Un fuego ardía en su pecho: la salvación de almas y la propagación de la sana doctrina. Así que cuando se le propuso como profesor asistente de Literatura Bíblica y Exégesis, en el seminario del que acababa de graduarse, rechazó el ofrecimiento, ya que para él no había privilegio mayor que la predicación del Evangelio. Anotamos esto porque su merecida fama como teólogo sistemático tiende a anular sus muchos otros merecimientos como hombre de Iglesia. Además su voluminosa teología sistemática apareció casi al final de su vida, fruto maduro de toda una vida de acción y servicio al pueblo de Dios. En su propia época Hodge se hizo admirar más por otros muchos merecimientos que por los que su obra cumbre le reportó.
Tan pronto como en 1820 lo vemos enseñando en Princeton junto a sus dos antiguos profesores, Alexander y Miller. Tal fue el efecto que produjo sobre ellos que éstos le recomendaron a la Asamblea de la Iglesia como profesor regular.
En el año 1822 se casó con Sara Bache, fruto directo de sus labores evangelísticas, pues había sido convertida por medio de una de sus predicaciones. La feliz pareja tendrá ocho hijos.
Hodge dedicó más de medio siglo de su vida a la enseñanza y preparación de candidatos al ministerio cristiano. Se calcula que unos 3000 estudiantes pasaron por sus clases durante esos cincuenta años. El día que se conmemoró semejante acto todas las tiendas y negocios de Princeton cerraron sus puertas para manifestar su admiración y respeto por el homenajeado. Hodge solamente se ausentó de su cátedra de enseñanza durante un período de dos años, que aprovechó para estudiar en instituciones de Europa.
La motivación de este paso surgió de su sincero convencimiento de lo inadecuado de su preparación en lenguas bíblicas y orientales y en crítica bíblica, propia de la erudición teológica germana. Así que, en 1826, por el nombre y la buena reputación del seminario y en interés de su propia formación teológica, decidió marchar a Francia y Alemania para estudiar con los mejores profesores en el campo de las ciencias bíblicas. En Alemania estudió el idioma con el joven George Müller (v.), sin que aún pudiera adivinarse el futuro líder de los Hermanos y fundador de los célebres orfelinatos. También tuvo ocasión de oír predicar a F.D.E. Schleiermacher (1768-1834), el padre del liberalismo religioso moderno.
Hodge dio una orientación definitivamente científica a su labor teológica, en el sentido de estudio riguroso y bien articulado, en la mejor tradición de la teología cristiana de todos los tiempos.
No fue sólo un teólogo sistemático preocupado por poner en orden la multitud de textos bíblicos respecto a las diversas verdades doctrinales de la fe cristiana, fue también un insuperable comentarista. De ello dan fe sus admirables comentarios a romanos, Efesios, 1ª y 2ª Corintios. En ellos se revela el erudito minucioso, el conocedor de los idiomas originales, el teólogo capaz de traer los detalles a la luz de su plan general, el pastor de almas, siempre a la escucha de la voz del Maestro.
Consumó la gran obra de su vida con la publicación en tres volúmenes de su Systematic Theology (1872), justamente seis años antes de su muerte. Permanece como la más efectiva presentación americana del calvinismo evangélico, de modo que aún hoy continúa utilizándose. "Las dificultades nunca parecen complicadas en las manos de Hodge -escribe el pastor del Metropolitan Tabernáculo de Londres, Peter Máster-. Aquí, la teología sistemática ofrece una sonrisa amistosa". Murió el 19 de junio de 1878.

JUAN HUS

(ALREDEDOR DE 1371,-1415)
Juan Hus nace alrededor de 1371 como hijo de padres pobres en la pequeña aldea de Husinecz en Bohemia, lugar que le dará su nombre. Alrededor de 1390 comienza en Praga el estudio de las artes comunes, se recibe luego como magister y enseña a los nuevos alumnos. Después inicia sus estudios teológicos. En 1400 es ordenado sacerdote y apenas dos años después empieza a predicar en la iglesia "Nueva Belén". Esta era una iglesia que ofrecía lugar para 3.000 personas y estaba destinada sólo a la prédica. Es más, desde un comienzo no se predicaba en latín sino en checo, el idioma del pueblo, en esta iglesia construida a fines del siglo XIV, hecho que la hizo expresión concreta de un esfuerzo reformatorio de la iglesia checa. Muchas de las prédicas de Juan Hus en la iglesia Nueva Belén han sido conservadas.
Ellas nos presentan a un hombre que critica la inmoralidad de la sociedad y, especialmente, los vicios del clero: codicia, usura y la simonía están al centro de sus ataques con que llama al arrepentimiento. Y se le escucha y se le comprende - tanto el pueblo como la realeza. Hus recibe importantes impulsos por las obras de Juan Wycliffe sin copiarlo simplemente. Debido por ejemplo a la tradición de Wycliffe, Hus exige una iglesia nueva, reformada. El punto central de su prédica y norma para el culto es la palabra de Dios, la Biblia. El líder de la iglesia es Cristo, no el papa (hay que señalar que en esa época había dos papas compitiendo, uno en Roma, otro en Aviñón).
A parte de sus actividades en la iglesia Nueva Belén, Hus se desempeña en la facultad de teología de la Universidad de Praga como profesor de exégesis bíblica. Hus no era el único en Bohemia que estaba influenciado por Wycliffe y buscaba reformas. Pero dentro de poco tiempo se convierte en portavoz del movimiento que es mayoritario en la universidad de Praga. En los años 1409/10, Hus incluso es rector de esta casa de estudios. Sin embargo, en 1411/12 abandona sus planes de doctorarse en teología porque se encuentra con resistencias.
Ya desde 1403 en adelante se habían generado conflictos sobre las enseñanzas de Juan Wycliffe que incluso fueron sospechadas como heréticas. A partir de 1407/08, la curia romana toma parte en el asunto, y en 1409, el conflicto estalla. El año anterior, Hus había iniciado un proceso canónico contra el arzobispo y el papa para lograr que revocaran la condenación de las enseñanzas de Wycliffe. Tanto este proceso como las ideas reformistas de los "Wiclefistas" como se llama a Hus y otros seguidores, llevan a que se dicte una prohibición de predicar en todas las capillas (incluida la iglesia Nueva Belén).
Hus no obedece la orden sino que protesta, lo que no le sirve de nada, al contrario: En agosto del 1410 es excomulgado, y en marzo de 1411 se decreta su excomunión. Poco más de un año después se publica la sentencia final: la excomunión mayor. Juan Hus debe abandonar Praga. La nobleza bohemia toma partido por Hus y lo cobija hasta 1414 en sus fuertes y castillos. En este tiempo, Hus escribe mucho, interpreta el Credo Apostólico, los Diez Mandamientos y el Padre Nuestro. Además, redacta un estudio "Sobre la Iglesia". En éste se reconoce la influencia de Wycliffe, pero Hus en muchos aspectos es más moderado que Wycliffe. Juan Hus mantiene el contacto con la comunidad de Nueva Belén y sus compañeros a través de una abundante correspondencia.
En 1414, se pide al rey de Bohemia aclarar la situación de su súbdito en el concilio que se reúne en Constanza (Alemania). Hus no puede negarse a asistir, toda vez que se le había dado un salvoconducto. Sin embargo, es detenido pocas semanas después de su arribo a Constanza. Después de un proceso de varios meses, diversos interrogatorios y la condenación pública y repetida de las enseñanzas de Juan Wycliffe, Hus es condenado a muerte, a pesar de las vehementes intervenciones de la nobleza bohemia y morava. El 6 de julio de 1415 es quemado en público afuera de la ciudad. No había abrogado.
En los años que siguieron, hubo intentos por eliminar la "herejía bohemia". Estos al final fracasan. La nobleza bohemia protesta vehementemente contra la muerte de Juan Hus en la hoguera. Sus pensamientos siguen vivos, es más: "Sólo después de la muerte de Hus, sus ideas se convirtieron en vida" (Leopold von Ranke, historiador alemán). Nace un movimiento husita. Entre otras cosas, su seguidores exigen la celebración de la Santa Cena en ambas formas; Juan Hus se había mostrado abierto pero cauteloso frente a esta pregunta.
Más tarde, el cáliz se convierte en el símbolo del movimiento, no obstante, persisten las diferencias en cuanto a la pregunta cuan radical tenía que ser la protesta. Los más radicales ganan terreno; en el año 1419 se levantan contra el rey Wenceslao y conquistan Praga. Durante 18 años reina la guerra en la Bohemia; se observan crueldades en los dos partidos. También dentro de la iglesia, las fuerza moderadas y radicales no logran un consenso, así que nacen diversas iglesias husitas.
En los años de la Reforma, los husitas y los reformadores se acercan; en 1575 se publica la Confesión de Bohemia (Confesión Bohémica), que tiene lazos estrechos con la Confesión de Augsburgo (Confesión Agustina) de Felipe Melanchton. La historiografía de los husitas conoce una primera Reforma (= la husita), y una segunda Reforma (= la alemana). La actual iglesia evangélica de los Hermanos Moravos en Chequia se define conscientemente como heredera de las dos corrientes reformistas. No se puede responsabilizar a Juan Hus de lo que ocurrió después de su muerte, y menos de los conflictos bélicos que estaban lejos de sus intenciones.
Al contrario, su objetivo era la renovación de la iglesia y de la sociedad. En definitiva, reivindicaba la obediencia frente a Dios, porque este mandamiento de Dios tiene validez absoluta. Su rigor ético impide que encontremos ya en él una enseñanza reformadora de la justicia de Cristo. En este sentido, Hus no puede ser identificado con la Reforma, ni siquiera como reformador anticipado. Más bien representa claramente la necesidad de reformar la iglesia medieval. Su crítica conmovió a Lutero que pudo llamar a Hus un "hombre santo".

JUAN KNOX

FECHAS:(1515-1572
Datos Biográficos: Reformador escocés, nació en Haddington (Escocia). Estudió en la universidad de San Andrés. Fue ordenado sacerdote en 1540, pero para entonces había aprendido de su maestro G. Wishart (1513-1546) una mezcla de ideas luteranas y calvinistas, incluyendo los puntos de vista de M. Bucer sobre la Cena del Señor. Wishart murió en la hoguera, pero tres meses después murió asesinado el mundano cardenal escocés Beaton. Como consecuencia de esto, también Knox tuvo que buscar protección en el castillo de San Andrés. Era reina de Escocia María Estuardo, pero por su forzado exilio, era regente de Escocia su madre María de Guisa, francesa y católica como su hija, y consiguió que en julio de 1547 una flota francesa sitiara y bombardeara el castillo, obligando a sus ocupantes a capitular. Knox y sus compañeros fueron deportados y enviados a galeras, hasta que en 1549, por intervención del gobierno inglés, fue liberado.
Vuelto a Inglaterra, comenzó a predicar en muchos puntos del país. La predicación de Knox cerca de la frontera escocesa atrajo a tantos escoceses que el gobierno escocés se puso nervioso. Knox aceptó una invitación para predicar en la corte de Eduardo VI, pero rechazó la oferta de ser obispo de Rochester. Cuando María Tudor, católica y mujer de Felipe II, llegó al trono inglés en 1553, Knox estuvo por algún tiempo dudando sobre si procedía morir pronto en la hoguera o huir del país. Por fin, decidió huir a Ginebra en 1555, donde los reformadores suizos, especialmente J. Calvino, tuvieron mucha influencia en él. A finales del 1555, Knox volvió por un breve tiempo a Escocia, donde tuvo la suerte de librarse de una acusación de herejía. En 1559, los acontecimientos se precipitaron en Escocia.
El pueblo escocés se alzó contra la Regente y la dominación francesa; se produjeron graves desórdenes y las tropas del gobierno se lanzaron contra las fuerzas protestantes poniéndoles en grave aprieto. Fue entonces cuando Inglaterra, ya bajo la protestante Isabel I, decidió intervenir con un potente ejército. Las tropas francesas fueron sitiadas en Leith y tuvieron que capitular (1560), con lo que la influencia gala llegó a su fin. El triunfo del protestantismo en Escocia quedó asegurado cuando María Estuardo abdicó en 1567 y Knox predicó el sermón de coronación para Jacobo VI, el niño de María, quien fue educado en el protestantismo durante la regencia de Lord James Stewart, conde de Moray y protestante, con lo que se volvía al total restablecimiento de la Reforma en Escocia.

R. B. KUIPER

FECHAS:(1886-1966)
Datos Biográficos: N. el 31 de enero en Garrelsweer (Groningen, Holanda), sexto hijo del pastor reformado Klaas Kuyper, el cual a los 50 años de edad aceptó el llamamiento a ser pastor en Grand Haven (Michigan, EE.UU.), de la Primera Iglesia Cristiana Reformada, y posteriormente en Chicago en una congregación de la misma Iglesia. Allí acudió el joven Kuyper a la escuela y a la Universidad (1903-7). Se doctoró un año después en la Universidad de Indiana, graduándose en latín, como antes había hecho en griego. En el Seminario Calvino de Grand Rapids estudió teología con L. Berkhof (v.).
En 1911 contrajo matrimonio con Marie Janssen, que iba a resultar en una unión feliz. Ambos se matricularon ese mismo año en el Princeton Theological Seminary de Nueva Jersey. Eran entonces profesores B.B. Warfield (v.) y G. Vos (v.).
Ordenado al ministerio de la Iglesia Cristiana Reformada el 14 de julio de 1912. Afable en carácter y brillante en su predicación atrajo buen número de congregantes en las distintas iglesias que pastoreó, con el consiguiente aumento de su membrecía. Su método era sencillo de seguir: “Precisión en el lenguaje es la mejor ayuda de la precisión en el pensamiento”
En septiembre de 1930 fue nombrado Presidente del Calvin College. Con anterioridad J.G. Machen (v.) había realizado grandes esfuerzos para que Kuyper aceptara el puesto de profesor de Teología Sistemática en el recién fundado Westminster Theological Seminary (1929), lo cual, después de intensa reflexión aceptó por un año. Regresó en 1933 para encargarse de la cátedra de Teología Práctica, en la que permaneció hasta el día de su jubilación en 1952.
Cuando en la década de los 30 se funda la denominación llamada Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, accede a unirse a ella como pastor, dejando su filiación ministerial con la Iglesia Cristiana Reformada, no por discrepancias con su iglesia madre, compuesta en su mayoría por holandeses inmigrados, sino por su sentido de responsabilidad con la nueva denominación. Prueba de ello es que años después, con toda naturalidad, volverá a su primera iglesia para servirla como pastor una vez más y Presidente del Seminario Calvino.
“Teológicamente ea un reformado hasta la médula de sus huesos —dice J. Murray (v.)—. Creyó que la Biblia expone un sistema de doctrina, y que este sistema es específicamente reformado. En esto no admitió equivocación ni compromiso.”
Educado en la enseñanza reformada no podía ver con buenos ojos el movimiento fundamentalista, y su tradición anabautista, en lo que fallaba en hacer justicia a la riqueza de la vida humana y la cultura general. “Una espiritualidad que denigra lo relativo a la naturaleza, la cultura y la historia es una falsa espiritualidad”, escribe.
Maestro de predicadores cree que “el sermón es un mensaje urgente de parte del Dios vivo, un mensaje para el que el predicador tiene que verse a sí mismo como el heraldo debidamente señalado. Por él tiene que dar todo lo que tiene.” La predicación tiene que basarse únicamente en la Escritura, ya que la Escritura sola es la Escritura toda, cuyo centro es Cristo. Por eso enfatizó la predicación expositiva.
Murió el 22 de abril, detrás dejaba un ejemplo equilibrado de teología y política eclesiástica. Sencillo, amante de la claridad, supo poner al alcance de todos las riquezas de la teología cristiana reformada.

ABRAHAM KUYPER

Político, estadista, periodista, docente y teólogo. Fundador del Partido Anti-Revolucionario, parlamentario y Primer Ministro de Holanda entre 1901 y 1905. Fundador de la Universidad Libre de Amsterdam. Desafió al liberalismo de su época y presentó al cristianismo como una respuesta integral, demostrando como los cristianos deben funcionar en una sociedad libre y democrática.

VIDA

Abraham Kuyper nació en Maasluis, Holanda, el 29 de Octubre de 1837. Recibió educación temprana por parte de su padre, Jan Frederick Kuyper, un ministro de la Iglesia Reformada Holandesa. Aunque no tuvo una educación primaria formal, pudo ingresar al nivel secundario y completar sus estudios sin mayores problemas graduándose en 1855. Ese año ingresó a la Universidad de Leiden donde comenzó sus estudios en literatura y filosofía. Durante su paso por la Universidad tomó clases de árabe, armenio y física entre otras materias, además de las propias de su carrera.
En 1862 obtuvo el Título de Doctor en Teología y fue nombrado Ministro de la Iglesia Reformada Holandesa.
En 1863 se hizo cargo de su primera congregación, la parroquia de Beesd. Ese mismo año contrajo matrimonio con Johanna Hendrika Schaay, con quien tendría ocho hijos, cinco varones y tres mujeres.
Al poco tiempo de haber iniciado la carrera pastoral se hizo evidente su simpatía con los sectores de tendencia más ortodoxa dentro de la Iglesia.
Su pensamiento sostenía la necesidad de volver a la fe reformada simple. Se opuso a la centralización de la iglesia, objetó el papel del Rey en los asuntos religiosos y comenzó a abogar por la separación de la iglesia y el estado.
En 1867 fue invitado a tomar el pastorado de la iglesia en Utrecht, cargo que ocupó hasta 1870 cuando se trasladó a Ámsterdam.
Al año siguiente de su llegada comenzó a escribir para el periódico "De Heraut" (El Heraldo) y en 1872 fundó su propio diario, "De Standaard" (El Estándar) que constituiría la plataforma para difundir sus ideas y la del movimiento que habría de crear.

MIEMBRO DEL PARLAMENTO

En 1873 consolidó la carrera política que había iniciado al ser electo representante para el Parlamento por el distrito de Gouda. Desde ésta función demostró un interés particular por los asuntos vinculados a la educación, especialmente por el problema de la desigualdad que existía en la ayuda financiera a las instituciones religiosas vs. Las laicas. Así es que, en 1878, obtuvo su primer éxito político de relevancia al lograr la aprobación de su proyecto de Ley de Educación. Este hecho fue el espaldarazo que dio impulso a la creación del Partido Anti-Revolucionario. Sus seguidores comenzaron a llamarlo "Abraham de Geweldige" (Abraham el Grande).
En 1880 fundó la Universidad Libre de Amsterdam en la que desarrolló una intensa actividad docente como profesor de Teología y "Rector Magnificus". Durante un tiempo también se desempeñó como profesor de literatura.
En 1884, Kuyper fue reelecto como parlamentario, Impulsó cambios en la legislación a favor del sufragio universal, se interesó por las leyes laborales, la educación popular y los asuntos externos. La segunda guerra de los Boers lo tuvo como un importante protagonista.
En el año 1901 viajó a Estados Unidos de América. Allí fue honrosamente recibido y se le otorgó un Doctorado Honorario en la Universidad de Princeton.

PRIMER MINISTRO

Ese mismo año, 1901, su partido triunfó en las elecciones y Kuyper ocupó el cargo de Primer Ministro de Holanda. Allí demostró ser de mano firme, según sus detractores, autoritario. En 1903 se había desatado una huelga ferroviaria, la que Kuyper combatió con leyes particularmente ásperas. Los opositores las llamaba "worgwetter" (leyes que estrangulan). Aunque acérrimo enemigo de éste tipo de medidas de fuerza, no cultivaba un sentimiento contrario a los intereses de los trabajadores. Desde su posición impulsó gran cantidad de leyes que favorecería las condiciones laborales de los asalariados.

MINISTRO DEL ESTADO

En 1905, el Partido Anti-Revolucionario perdió las elecciones por lo que Kuyper pasó a integrar la oposición.
En 1907 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Tecnología de Delft. Ese mismo año fue reelecto representante en el Parlamento, cargo que ocupó hasta su muerte en 1920.
En 1908, recibió una de las mayores distinciones reservadas para un holandés: Fue nombrado con el título honorario de "Ministro del Estado" en reconocimiento por sus aportes a la cultura y sociedad holandesa.
En 1909, participó del comité que escribiría las reglas ortográficas para la lengua holandesa. Ese año recibió otro Doctorado Honorario por parte de la Universidad de Lowain.
Pero no todas fueron rosas en la carrera de política de Abraham Kuyper. Tuvo férreos opositores y más de una vez conoció la derrota. En una ocasión, acusado de maniobras oscuras e ilegales, fue sometido a investigación por un comité de notables que finalmente lo declararía inocente.
En 1913 participó del grupo de trabajo que proyectó la reforma constitucional en Holanda.

SU VISIÓN TEOLÓGICA

Abraham Kuyper ocupa un lugar preponderante entre los pensadores de historia. Su aporte cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta el contexto histórico en el que vivió. Su pensamiento lidió con las ideas fuertes de su tiempo que proclamaban un mundo sin Dios. Muchas de ésas ideas infiltraban de alguna manera incluso dentro del protestantismo liberal. Eran tiempos del apogeo del darwinismo, del marxismo y del nihilismo, entre otras corrientes contrarias a la idea de un Dios y Creador.
Dentro de la Iglesia Reformada, se opuso a las tendencias liberales, lo que llevó a que se separase de ella. Así es que en 1886 dejó la Iglesia Reformada Holandesa junto a una gran cantidad de seguidores. Con el tiempo, en 1892, se formalizaría la institución de las Iglesias Reformadas de los Países Bajos, una asociación independiente que nuclearía a los disidentes y a los luteranos de Holanda.
Kuyper cultivó lo que dio en llamarse el neo calvinismo, diferenciándose del calvinismo tradicional fundamentalmente en cuanto a la interpretación del concepto de la divina Gracia y el rol del estado.
Kuyper fue uno de los pioneros en formular el principio de tolerancia mutua en el contexto del mundo reformado. Pero quizás lo más importante de Kuyper fue su opinión sobre el papel de Dios en la vida cotidiana. El creía que Dios influía sobre los creyentes, y esto debería ser demostrable en la vida cotidiana.
Kuyper decía: "Ningún pedazo de nuestra mente está sellada herméticamente, separada del resto; y no existe una pulgada cuadrada en nuestro cuerpo y dominio que no grite que Cristo es el soberano de todo", "Dios reconstruye el universo continuamente mediante actos de tolerancia", "la intervención de Dios es necesaria para asegurar la supervivencia de la creación".

SU VISIÓN POLÍTICA

Los ideales políticos de Kuyper eran protestante ortodoxos y contrarrevolucionarios.
Él rechazó el concepto de soberanía popular al estilo francés en el cual todos los derechos se originaban a partir del individuo. Tampoco concordaba con el concepto de soberanía al estilo alemán, que proponía que todos los derechos surgían a partir del estado. Su visión para la sociedad holandesa consistía en un modelo propio que partía de la base del pensamiento protestante. Consideró el papel del estado como factor importante para sostener la moralidad de la gente.
Kuyper favoreció la monarquía de la Casa de Orange, aunque expuso su desacuerdo en las intromisiones reales en las cuestiones religiosas. Así es que formuló la idea de dividir la política secular de la religión, propugnando la separación de la Iglesia y el Estado.
Los liberales y los socialistas fueron sus opositores naturales, en tanto que mantuvo buena relación con la minoría católica.

SU LEGADO

Las opiniones políticas y los actos de Kuyper han influenciado de manera decisiva en la historia de Holanda. Sus conceptos sobre soberanía, separación de la Iglesia y Estado, educación pública y tolerancia religiosa son visibles en la Holanda moderna.
Su tenaz oposición a las corrientes de pensamiento ateas que hacían furor en los medios intelectuales liberales de su época, ha resultado de relevancia mayor.
Desde lo estrictamente religioso, su acto más trascendente fue la creación de la Iglesia Reformada de los Países Bajos. Considerado el padre del neo calvinismo, quizás su mayor legado a la Iglesia cristiana protestante haya sido plasmado en su obra más conocida:"Conferencias sobre el Calvinismo".
Su ocupación como escritor ha sido por demás prolífica. Además de "Conferencias sobre el Calvinismo" publicó decenas de libros y otros trabajos literarios.
Algunos de ellos son "Conservadurismo y Ortodoxia"(1870), "Calvinismo: la fuente y salvaguarda de nuestras libertades constitucionales. Un pensamiento holandés" (1874), "Nuestro programa -programa político del partido antirrevolucionario" (1879), "Contrarrevolucionario, también en tu familia" (1880), "Maranata" (1891), "La cuestión social y la religión cristiana"(1891), "Enciclopedia de Teología", "Calvinismo", "Tolerancia común", "Para estar cerca de Dios" y "El trabajo del Espíritu Santo" entre otros.
Abraham Kuyper, luego de una intensísima vida, falleció en La Haya, en 1920, a los 83 años de edad.

JACQUES LEFÈVRE ETAPLES

Nacido c. 1455 en Étaples, Picardy [Francia] y muerto en marzo de 1536 en Nérac, Francia) perteneció y dirigió al "grupo de Meaux" en el que, entre otros, había personajes de la talla de Guillaume Briçonnet, Gérard Roussel, Louis Berquin, Francisco Vatable, Guillermo Farel y Margarita de Angulema.
Se conoce como "grupo de Meaux" al grupo de personas con inquietudes religiosas que en el siglo XVI y en la diócesis de Meaux buscaban una espiritualidad más genuina de acuerdo al Nuevo Testamento.
Algunas de las personas de este grupo se unieron definitivamente a la Reforma, otras, en cambio, se quedaron a medio camino, sin atreverse a romper totalmente con la Iglesia de Roma.
Entre las primeras están Guillermo Farel, quien llegaría a ser compañero de Calvino en Ginebra o Louis Berquin, mártir de la Reforma francesa; entra las segundas estaría el mismo Lefèvre.
Margarita de Navarra Es interesante comprobar el alto nivel cultural y social que tenían los pertenecientes a este grupo; allí encontramos a eruditos y humanistas lo mismo que aristócratas y prelados.
Especialmente importante es el caso de Margarita de Angulema, hermana del rey de Francia Francisco I y reina de Navarra por su casamiento con Enrique II de Navarra. Las inquietudes espirituales de esta mujer la llevaron a convertir su corte en un centro de difusión de ideas claramente simpatizantes con la Reforma y a proveer refugio a los protestantes que huían de la persecución bajo su hermano.
Uno de esos refugiados que hallará acogida en su territorio será Juan Calvino, quien allí conocerá a Lefèvre d'Etaples.
El mapa inferior muestra los territorios controlados por la casa de Albret y la de Borbón. El matrimonio de Juana de Albret, hija de Margarita de Navarra, con Antonio de Borbón reunirá todos esos territorios bajo un solo control. Dada la identificación de Juana de Albret y Antonio de Borbón con la Reforma, esos territorios se convertirán en zonas de acogida para numerosos refugiados protestantes.
Lefèvre d'Etaples era un distinguido humanista, profesor en la Sorbona, que ya en 1507 había resuelto consagrar sus conocimientos al estudio de las Sagradas Escrituras.
Su primer trabajo fue una traducción latina de las cartas de San Pablo (1512); junto al texto tradicional de la Vulgata se hallaba la traducción de Lefèvre. Las notas a pie de página contenían ideas claramente protestantes: las obras no tienen mérito fuera de la gracia de Dios; negación de la doctrina de la transustanciación en el sacramento de la Cena, aunque admite la presencia real de Cristo en la misma. Igualmente se oponía al celibato del clero.
En el año 1523 aparece en París, de la imprenta de Simón de Colinea, una traducción anónima del Nuevo Testamento al francés (muchas veces reimpresa) a la que se añade en el mismo año el Salterio y, en 1528, el resto del Antiguo Testamento.
Fue publicada en Amberes a consecuencia de los intentos de parte del clero francés de suprimir el libro.No había duda: el autor de esa traducción no era otro que Jacques Lefèvre d'Etaples.
La obra completa apareció en un volumen en Amberes en 1539 y en 1546 era puesta en el índice papal; no obstante en 1550 fue reimpresa en Lovaina, editada por dos sacerdotes, Nicolás de Leuze y François van Larben, quienes revisaron la obra, eliminando de ella todo lo que tuviera sabor a herejía. Para Lefèvre, como para todos los Reformadores, la Biblia debía de estar al alcance de todo el pueblo:
'Es llegado el tiempo en que nuestro Señor Jesucristo, el único sol, verdad de la vida, quiere que su evangelio sea anunciado por todo el mundo, con el fin de que no se desvíe más por otras locas creencias en criaturas y tradiciones humanas, incapaces de salvar al pecador.'
La reina Margarita estaba entusiasmada con la traducción de la Biblia y la recomendó vivamente a su hermano Francisco I de Francia; sin embargo para éste la Reforma promovida por su hermana y Lefèvre no era oportuna ni política ni moralmente. Políticamente no servía para concordar con el protestantismo alemán y moralmente no era adecuada para los hábitos del monarca. No obstante, la Biblia de Lefèvre gozó de amplia difusión por toda Francia.
Pero las ideas de Lefèvre no gustaron en la Sorbona y en 1525 se desató la primera persecución contra los 'luteranos' franceses. Lefèvre, junto con Farel, tuvo que huir a Estrasburgo, mientras que su traducción de las Escrituras era públicamente quemada.
Pasó sus últimos años en Nerac bajo el amparo de Margarita, la reina de Navarra. Sus últimas palabras fueron: 'Dejo mi cuerpo a la tierra, mi alma a Dios y mis bienes a los pobres.'

DAVID MARTYN LLOYD-JONES

FECHAS:(1899-1981)
Datos Biográficos: N. 20 de diciembre en Cardiff (Gales, Reino Unido). La familia se mudó a Llangeitho (Cardiganshire), escena del predicador de avivamientos Daniel Rowland (1711-90), que dio origen al movimiento calvinista metodista de Gales. La mayor parte de su vida la pasó en Inglaterra. En Londres estudió la carrera de medicina, consiguiendo un brillante doctorado (1921).
En 1935 comenzó su relación con la Inter Varsity Fellowship (IVF). A partir de 1939, como presidente de la IVF jugó un papel importante en la creación de la Fraternidad Internacional de Estudiantes Evangélicos (IFES). Contribuyó también en la creación de la Biblioteca Evangélica de Londres, donde se reúne la mejor colección de literatura puritana del mundo; el London Bible College, cuyo primer director fue E.F. Kevan (v.); el Movimiento Evangélico de Gales, que continúa la tradición del antiguo calvinismo metodista de Roland y Whitefield (1714-70); y el Seminario Teológico de Londres, y El Estandarte de la Verdad, editorial dedicada por completo a rescatar la literatura puritana y reformada, puesta en olvido por entonces, a cuyo cargo estaba I.H. Murray (v.).
Aunque nunca tuvo una formación teológica de academia o seminario, ha sido uno de los grandes pensadores y teólogos del siglo XX. Fue un gran lector de literatura reformada, puritana y moderna, con especial interés por la historia y la biografía. Agudo y penetrante como un bisturí contribuyó al renacimiento del calvinismo evangélico en todo el mundo. “No sólo conocía a los puritanos mejor que nadie, así como los clásicos del avivamiento del siglo XVIII, sino que además estaba muy documentado en la historia secular, la poesía, la política y la filosofía” (C. Catherwood).
Enseño a los estudiantes cristianos a pensar y hacer uso riguroso de la mente. Oliver Barclay dice que les enseñó a valorar y amar la doctrina, haciéndola materia poderosa y viva. Profundizó en las interioridades del alma como un maestro de la espiritualidad, su obra sobre la depresión espiritual ha pasado a la lista de los clásicos.
En 1968 dejó su ministerio de predicación, debido a una grave enfermedad. Desde entonces comenzó un ministerio literario consistente en la edición de sus sermones expositivos, en especial Romanos y Efesios. Siempre buscó restaurar la verdadera naturaleza de la predicación cristiana, consistente en exposición de la Escritura, y dependiente de la iluminación del Espíritu, sobre lo cual pronunció unas importantes conferencias en el Seminario Teológico Westminster de Filadelfia (EE.UU.). Supo ver que la incredulidad humana es más una cuestión moral que intelectual, por cuanto la salvación, como el pecado, afecta a la persona entera. Defensor del calvinismo ortodoxo respecto a la salvación o doctrinas de la gracia, fue a la vez un gran evangelista y entusiasta de los avivamientos, que por todos los medios trató de esclarecer y promocionar.
Predicador extraordinario y directo fue descrito por E. Brunner como “el más grande del cristianismo de hoy”. Otros le han calificado de profeta del siglo XX, en su vigoroso llamamiento al testimonio evangélico unido.

MARTÍN LUTERO

FECHAS:(1483-1546)
Datos Biográficos: N. el 10 de noviembre de 1483 en Eisleben (Turingia, Alemania). Su padre era minero, aunque de cierta posición. Frecuentó las escuelas de Mansfield, Watterburgo y Eisenach; en abril de 1501 se matriculó en la Universidad de Erfurt, donde siguió cursos de letras y consiguió los grados de canciller y maestro de artes. En julio de 1505, debido a la repentina muerte de un compañero, que le persuadió de consagrar su vida a Dios, ingreso en la Orden de los agustinos sin consultar a sus padres, por temor a que se le impidiesen.
En 1507 fue ordenado sacerdote. En 1508 pasó a la Universidad de Wittenberg para enseñar en la facultad de Artes. Allí alcanzó el grado de doctor el año 1512 y sucedió en la cátedra bíblica a su activo maestro y amigo Jan von Staupitz, visitador de la Orden de los agustinos. Éste era un hombre de grandes conocimientos bíblicos y en sus conversaciones privadas con Lutero le había dado mucha luz sobre el asunto de la salvación del alma, el gran tema que preocupaba al joven doctor. Una vez establecido en la cátedra dio comienzo a una gran serie de cursos bíblicos sobre los salmos (1513-15); la epístola a los Romanos (1515-16); Gálatas (1517) y Hebreos (1518).
Fueron aquellos años de intensos estudios bíblicos durante los cuales leyó mucho los escritos de los Padres de la Iglesia, especialmente a san Agustín, pero también fueron años de angustia espiritual sobre todo después de haber ido a Roma con una misión de la Oreden y haber visto la corrupción moral y la indiferencia espiritual que reinaba en la corte del Papa. Le vino la paz de espíritu cuando comprendió que la justificación es un don divino a los hombres, sin mérito por parte de éstos, aunque a la que deben seguir buenas obras, no para alcanzar la gracia o ganar la salvación de Dios, sino como la manifestación de gratitud a la obra divina.
En 1517 se produjo un notorio escándalo a causa de la promulgación de un jubileo en Alemania con una venta general de indulgencias, según se decía para sufragar los gastos de la reconstrucción de la iglesia de San Pedro de Roma, pero asimismo para aliviar las deudas enormes del joven arzobispo de Maguncia. Lutero escribió 95 tesis sobre las indulgencias y las clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg la fiesta de todos los santos. Envió copias al obispo y al arzobispo. Estas tesis, originalmente en latín, fueron vertidas al alemán por los estudiantes, impresas y distribuidas copiosamente por toda Alemania. Fueron el origen de la controversia de Lutero con Roma.
En 1518 tuvo una entrevista con el legado pontificio, el cardenal Cayetano, y se negó a retractarse hasta que no se le mostrasen sus errores. En 1519 tuvo un debate con el teólogo y polemista católico Juan Eck. Un año después el papa publicó la bula de excomunión Ex surge Domine contra Lutero. Es esta bula replicó con una serie de escritos teológicos como Llamamiento a la nobleza cristiana de la nación alemana y Cautividad babilónica de la Iglesia (en latín), denunciando cuatro de los siete sacramentos, por no considerarlos bíblicos ni consecuentes con las primera tradición de los Padres de la Iglesia. Finalmente el escrito más popular titulado La libertad cristiana.
La protección que Federico el Sabio, príncipe elector de Sajonia, dispensó a Lutero preservó su vida y le aseguró una audiencia imperial en la Dieta de Worms, en abril de 1521, donde nuevamente se negó con toda energía a retractarse sin que se le demostrase con razones extraídas de las Escrituras en qué consistía su error. “Os conjuro por el Dios de la misericordia, a vos serenísimo Emperador y a vosotros serenísimos príncipes dijo a que me probéis, por los escritos de los profetas y de los apóstoles, que he errado. Así que me hayáis convencido, me retractaré... y seré el primero en arrojar mis escritos a las llamas”.
Temiendo las asechanzas de sus enemigos, sobre todo que pudiera ser secuestrado y llevado a Roma, fuera de la jurisdicción del príncipe, éste le hizo secuestrar por un grupo de servidores y le llevó al histórico castillo de Watburgo, en Eisenach, donde vivió vestido como un caballero alemán barbudo, bajo el nombre de Jorge. Allí comenzó su traducción de la Biblia al alemán, trabajo que no estuvo terminado hasta diez años más tarde, y para su realización reclutó Lutero un grupo de eruditos, entre los que se encontraba el brillante Felipe Melanchton (1497-1560), el más significado de los reformadores de la educación, con una contribución importante a la universidad y escuela en Alemania.
Lutero condenó la eficacia de la misa como sufragio para los difuntos, aunque sostuvo que Cristo estaba en cierto modo presente en los elementos de la santa cena con su teoría de la consustanciación, posición intermedia entre la transustanciación sostenida por la Iglesia de Roma y la de moro símbolo, enseñada por Zuinglio (v.). Asimismo condenó los votos monásticos y el celibato del clero. Durante su ausencia en Watburgo, se desencadenó en Wittenberg un movimiento reformista radical, encabezado por su antiguo compañero Andrés Carlostadio (1477-1541), cuyas predicaciones desataron el furor iconoclasta del pueblo y éste se dedicó a romper imágenes de las iglesias y lugares públicos, lo que constituía un desafío abierto a las órdenes de la reciente Dieta imperial de Núremberg.
En marzo de 1522 Lutero regresó repentinamente a Wittenberg y encauzó la situación mediante una luminosa serie de sermones. Durante los meses siguientes combatió el puritanismo legalista y el espiritualismo entusiasta de Tomás Munzer (1490-1525). Cuando Munzer pasó a la acción, encabezando la revuelta de los campesinos de 1525, Lutero tuvo que ponerse abiertamente contra él, no sólo por cuestiones religiosas, sino razones políticas, ya que no podían permitirse perder el apoyo de los príncipes protestantes. Su escrito contra las “hordas campesinas” le apartó del favor popular que hasta entonces había gozado.
En 1525 contrajo matrimonio con Catalina de Bora, una ex monja que había abandonado el convento seis años atrás y era a la sazón doméstica del burgomaestre de la ciudad. También ese año sostuvo la famosa controversia con Erasmo de Rotterdam, quien aunque compartía muchas de las ideas de Lutero no quiso romper con Roma, por medio a los excesos a que se pudiera dar lugar.
La tregua religiosa de Núremberg (1532) significó un respiro para la Reforma. Durante todo este tiempo Lutero produjo un enorme caudal de escritos e himnos entre los que destaca “Castillo fuerte es nuestro Dios”, así como sus liturgias, sermones y miles de folletos. Lutero prosiguió sus tareas docentes mientras tuvo fuerzas para ello.
Preparó los artículos de la Dieta de Augsburgo (1530), aunque sin poder asistir a ella a causa de su condena legal, pero se mantuvo en el castillo cercano de Coburgo, donde los príncipes protestantes iban a consultarle.
Murió en 1544 en su ciudad natal de Eisleben, donde había acudido para reconciliar a los príncipes de Anhaldt.
La importancia de Lutero en la historia puede deducirse del hecho de que se han escrito más libros comentando su vida y su obra que de cualquier otra persona en el mundo, exceptuando a Jesucristo.
“El gran error de la cristiandad fue rechazar al monje de Wittenberg, un hecho admitido hoy por la mayoría de los eruditos católicos. Hacia el final de su vida, Lutero dijo a sus estudiantes: «Únicamente os he enseñado a Cristo, con sencillez y sin adulteración». Esa frase resumen su vida entera” (Paul Atkinson, Nuevo diccionario de teología).
“Paul Althaus describió una vez a Lutero como un «océano». Tal imagen no se aplica solamente a la enorme producción literaria de Lutero, unos cien volúmenes en folio en la gran edición de Weimar, sino también a su poderosa originalidad y profundidad sin fin. Únicamente otros dos teólogos, Agustín y Aquino, llegaron a la estatura de Lutero; únicamente otro cuerpo de escritos, los documentos del Nuevo Testamento mismo, ha sido estudiado con tan cuidadoso escrutinio como las obras del reformador de Wittenberg. Es fácil ahogarse en semejante océano (Timothy George, Theology of the Reformers, p. 51).

OHN GRESHAM MACHEN

FECHAS:(1881-1937)
Datos Biográficos: N. en Baltimore (EE.UU.), su padre era un eminente y próspero abogado. Su madre le enseñó los rudimentos de la fe cristiana reformada que profesaban —Confesión de Fe y Catecismo— y puso en él el amor por la literatura clásica inglesa y francesa. Estudió en la Universidad Johns Hopkins (1901) y en el College y Seminario Teológico de Princeton. Animado por su profesor de NT marchó a Alemania a proseguir sus estudios en Marburgo y Gotinga, donde la teología liberal de Wilhelm Herrmann le hizo atravesar una crisis de fe y conciencia.
Ordenado al ministerio de la Iglesia Presbiteriana de Norteamérica en 1914. Enseñó Literatura y Exégesis del NT en el Seminario de Princeton de 1906 a 1929. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en Francia con la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA).
Admirador y seguidor a la vez de su profesor B.B. Warfield (v.), siempre defendió la teología reformada o calvinista de Princeton, influenciada por la experiencia avivamentista americana y la filosofía del sentido común de la escuela escocesa. Debido a las tendencias liberales del seminario M. lo abandonó en 1929 y fundó uno nuevo con el nombre de Westminster Theological Seminary, radicado en Filadelfia. Compañeros profesores del Princeton le secundaron en su empresa y formaron parte del nuevo claustro de enseñanza, que pretendían conservar la enseñanza del “viejo Princeton”. Expulsado de su Iglesia por insubordinación, al participar en una Junta Independiente de Misiones (1933), decididamente reformada y evangélicamente conservadora, de la que no quiso renunciar, fundó la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa (1936), después de haber intentado recusar el veredicto condenatorio de la Asamblea General.
Murió el 1 de enero de 1937 de una neumonía mientras buscaba apoyo para sus proyectos denominacionales en Birsmarck (Dakota del Norte).
Se opuso rotundamente el liberalismo teológico por considerarlo no una versión moderna de la fe cristiana, sino una negación de la misma. Cristianismo y modernismo, decía, son dos religiones completamente distintas. Aunque nunca se consideró un fundamentalista, apoyó la controversia fundamentalista en su defensa de la teología cristiana clásica e histórica. Escribió eruditos ensayos sobre el nacimiento virginal de Cristo y la teología paulina.
En valiente profesión de fe expresó lo siguiente: “El cristiano no puede sentirse satisfecho en tanto que alguna actividad humana se encuentre en oposición al cristianismo o desconectada totalmente del mismo. No hay deber más urgente que el de dominar el pensamiento del mundo con objeto de convertirlo en un instrumento de la verdad en lugar de un instrumento del error” (Cristianismo... p. 13).
Obras Disponibles: El hombre (TELL); Cristianismo y cultura (Felire). Biog.: J. Gresham Machen, a Biographical Memoir, Ned B. Stonehouse. WTS, Filadelfia 1977.  Machen y La IPO por D. G. Hart
J. Gresham Machen (1881-1937) fue la figura principal en la fundación de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, no por otra razón que no fuera la controversia presbiteriana en la cual él tuvo un desempeño crucial que culminó en el inicio de la denominación en 1936. Machen, un distinguido erudito del Nuevo Testamento en el Seminario Princeton desde 1906 a 1929, defendió la confiabilidad histórica de la Biblia en obras tales como The Origin of Paul's Religión (El Origen de la Religión de Pablo - 1921) y The Virgin Birth of Christ (El Nacimiento Virginal de Cristo - 1930). Emergió como el vocero principal de los Presbiterianos conservadores haciendo críticas devastadoras a los Protestantes modernistas en sus conocidos libros Christianity and Liberalism (Cristiandad y Liberalismo - 1923) y What is Faith? (¿Qué es fe? - 1925).
Cuando los presbiterianos del norte (PCUSA – Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos de América) rechazaron sus argumentos a mediados de la década de 1920, y decidieron reorganizar el Seminario Princeton para crear una escuela moderada, Machen asumió el liderazgo en la fundación del Seminario Westminster en Filadelfia (1929) donde enseñó Nuevo Testamento hasta su muerte. Su continua oposición al liberalismo en la agencia de misiones foráneas de su denominación durante la década de los años 1930s, lo condujeron a la creación de una nueva organización, La Junta Independiente para las Misiones Presbiterianas Foráneas (1933).
El juicio, convicción y suspensión del ministerio de los miembros de la Junta Independiente, incluyendo a Machen, en 1935 y 1936 proveyó los criterios lógicos para la formación en 1936 de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa.  Solo seis meses después de haber comenzado la nueva denominación, Machen murió en Bismarck, Dakota del Norte, mientras trataba conseguir respaldo económico para la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa. Él fue, indiscutiblemente, el más importante pensador conservador Presbiteriano en la primera mitad del siglo 20, y la luz que sirvió de guía a la primera generación de Presbiterianos Ortodoxos.

ROBERT MURRAY MCCHEYNE

FECHAS:(1813-1843)
Datos Biográficos: N. el 21 de mayo de 1813 en Edimburgo (Escocia), Desde muy joven demostró una inteligencia extraordinaria. Con sólo cuatro años aprendió por sí solo el alfabeto griego. En noviembre de 1827 entró en la Universidad y en el Divinity Hall de Edimburgo, donde tuvo por profesores a David Welsh y el célebre Dr. Thomas Chalmers (1780-1847).
La muerte de su hermano mayor David, en julio de 1831, le hizo pensar seriamente sobre la eternidad. Intranquilo por su condición pecadora llegó a la conversión en 1832. “Buscaré un hermano que no muera jamás”, se dijo a sí mismo. Brillante en sus estudios, destacó, sin embargo, por una verdadera pasión por salvar almas. Varias horas a la semana el joven estudiante se dedicaba a predicar el Evangelio en los barrios más bajos y pobres de Edimburgo.
Ordenado al ministerio de la Iglesia de Escocia el 24 de noviembre de 1836, sirvió en la Iglesia de St. Peter en Dundee, ciudad industrial, mayormente compuesta por obreros y con muy poco interés religioso. Aún así llegó a ser tan amado de todos que el día de su entierro miles de personas abarrotaron las calles por donde pasaba el cortejo fúnebre, hasta el punto que su padre llegó a decir que “Dios ha cortado la vida de mi hijo tan tempranamente para evitar que su pueblo amado hiciera de él un ídolo”.
Metódico y ferviente en la lectura de la Biblia, la oración, las visitas pastores y el evangelismo por las casas, era considerado como uno de los pastores más piadosos y concienzudos de la época. Elegido en 1939 para viajar a Palestina, con el objeto de estudiar la posibilidad de iniciar obra misionera entre los judíos del lugar, así como para recuperar su salud, por entonces muy quebrantada, motivado en parte por sus expectativas escatológicas (creía en el premilenarismo histórico), y sobre todo por su manera de entender Romanos 9-11.
Mientras estaba en Palestina un avivamiento espiritual recorría Dundee y sus alrededores, en el cual Dios estaba usando poderosamente a William C. Burns (1815-69), quien había ido a la Iglesia de M’Cheyne para sustituirle, en principio por causa de su enfermedad, y después, por su ausencia del país en el mencionado viaje de exploración misionera. De regreso a Dundee tuvo el privilegio de ver numerosas conversiones y de ser ayudado en su labor espiritual por Burns, quien después marcharía como misionero a China.
El tifus, prevaleciente entre los miembros de su iglesia, a quienes visitaba con regularidad, le atacó y minó su constitución física débil y enfermiza. Murió antes de cumplir los 30 años. Pese a su breve ministerio ejerció una influencia notable tanto en su época como en generaciones futuras. Sus escritos llegaron a ser, después de la Biblia, los más leídos de la segunda mitad del siglo XIX en Escocia.
En su vida se cumplió su propia profecía de que un ministerio santo es un arma terrible en las manos de Dios. Alguien describió su vida como “una de las obras más bellas del Espíritu Santo”.

JOHN MURRAY

FECHAS:(1898-1975)
Datos Biográficos: N. en Badbea (Sutherland, Escocia). Sus padres eran miembros de la Iglesia Libre de Escocia. Estudió en la Universidad de Glasgow (M.A., 1923), y en el Seminario Teológico de Princeton (EE.UU., Th.M., 1927). Durante el año 1929 enseñó teología sistemática en éste seminario, hasta que fue invitado a formar parte de la facultad docente del recientemente fundado Westminster Theological Seminary, con J.G. Machen (v.) como Director.
Allí permaneció hasta su jubilación en 1966, cuando regresó a su nativa Escocia, contrajo matrimonio y gozó de un breve período de paternidad, hasta que la muerte le encontró el 8 de mayo de 1975.
Siguiendo los pasos de Geerhardus Vos (v.) dedicó todos sus esfuerzos de investigación teológica en el campo de la teología bíblica, donde se destaca por su detalle, precisión y análisis minucioso del texto original, como demuestra su comentario a Romanos en dos volúmenes.
En 1958 recibió la invitación de Lloyd-Jones (v.) para dar la Conferencia Bíblica Campbell Morgan en Westminster Chapel. Eran los días en que estaba resurgiendo el interés la fe reformada en Inglaterra, no tanto en su versión académica como vital y formativa de la predicación, a la que M. daba mucha importancia, y hacia la que toda teología bíblica debería tender.
Fiel a la fe reformada expresada en la Confesión de Fe de Westminster, M. dedicó un enjundioso estudio al controvertido tema de la llamada “redención limitada”, en cuya defensa acudió desde la Escritura interpretada desde la perspectiva calvinista. Otra doctrina que ocupó su atención fue la inerrancia de la Biblia, tan celoso en mantener.
En el orden eclesiástico creyó posible la comunión y cooperación entre las diversas familias cristianas como la presbiteriana, bautista y congregacionalista, unidas en la común fe histórica de la Reforma.

JOHN NEWTON

John Newton nació en Londres el año 1725. Su padre fue un capitán. Su madre, una devota mujer que dándose cuenta que la enfermedad que la aquejaba pronto iba a acabar con su vida, enseño a su hijo a conocer la Biblia a muy temprana edad.
Cuando John tenía 7 años, su madre murió y él se convirtió en un niño de camarote de un barco pesquero. Sus experiencias a través de los años en el mar fueron peligrosas y emocionantes, una vez fue embriagado y llevado como parte de tripulación a la fuerza de un Barco de Guerra.
Allí fue cruelmente tratado siendo golpeado y abusado. Luego de esta experiencia se enrolo en un barco de esclavos y con el tiempo llego a ser el capitán. Durante todo este tiempo John vagó lejos del Dios de su madre y de la Biblia. Más tarde escribió "Con frecuencia vi la necesidad de ser un cristiano solo para escapar del infierno, pero amaba el pecado y no estaba dispuesto a abandonarlo".
Cada año caía más bajo en las garras del pecado y pronto estaba en tal estado que la tripulación lo despreciaba. Considerándolo solo un animal.
En una ocasión, el borracho capitán cayó por la borda pero sus hombres no hicieron mucho esfuerzo para rescatarlo. Simplemente tiraron un arpón que se clavó en su cadera y tiraron de la cuerda. Fue levantado como si hubiera sido un pez grande.
Debido a este suceso, John Newton cojeó por el resto de su vida, pero como él diría. "Cada paso es un constante recuerdo de la gracia de Dios sobre este desventurado pecador".
Sublime Gracia (Amazing Grace) es en realidad la historia y testimonio de la vida de John Newton.
Fue en 1779, mientras trabajaba en otro himno con William Cowper, autor de "Esta es una fuente llena con Sangre" que él escribió esta gema dehimnología usando como su título "Fe, revisión y expectación".-
Sublime gracia del Señor Que a mi pecador salvó Fui ciego mas hoy miro yo Perdido y él me amó, En los peligros o aflicción Que yo he tenido aquí Su gracia siempre me libró Y me guiará feliz  Su gracia me enseñó a temer Mis dudas ahuyentó Oh cuan precioso fue A mi ser al dar mi corazón  Y cuando en Sión por siglos mil Brillando este cual sol Yo cantaré por siempre allí Su amor que me salvó
John Newton, el fiel cristiano anglicano y autor de una de las melodías evangélicas más bellas de la historia descansó con el Señor el 21 de Diciembre de 1807
Fuente: Luis Montemayor
En los años de 1700, John Newton salió a navegar con su padre en un barco mercantil. Poco después de que su padre se retirara, Newton se puso a trabajar en un barco de guerra. Al tener que enfrentar condiciones intolerables, desertó y luego pidió que lo transfirieran a un barco de esclavos que al poco tiempo zarpó para África.
Newton se endureció ante el tráfico de seres humanos y a la larga llegó a ser capitán de su propio barco de esclavos. Sin embargo, el 10 de mayo de 1748, su vida cambió para siempre. Su barco se encontró ante una aterradora y violenta tormenta. Justo cuando parecía que el barco se iba a hundir, Newton clamó: "Señor, ¡ten misericordia de nosotros!"
Esa noche, en su cabaña, comenzó a reflexionar en la misericordia de Dios. Por medio de la fe en el sacrificio que Cristo hizo por él, John Newton experimentó la sublime gracia de una manera personal. Con el tiempo dejó el comercio de esclavos y se unió a un ministerio cristiano. Aunque llegó a ser predicador del evangelio, como más se le recuerda es por su amado himno titulado en inglés Amazing Grace ["Sublime gracia" en español]. Es un testimonio asombroso de su propia experiencia.
El Espíritu de Dios nos da convicción de pecado y nos da el poder para dejarlo. Cuando recibimos a Cristo como Salvador, Él hace por nosotros lo que nosotros no tenemos el poder para hacer con nuestra propia fuerza. Esa es una gracia sublime. --DF

JOHN OWEN

FECHAS:(1616-83)
Datos Biográficos: N. en Stadham (Oxfordshire, Inglaterra), de antepasados galeses. Su padre, Henry Owen, era ministro de la Iglesia Anglicana y pertenecía al ala de los “puritanos”, o reformadores evangélicos.
El joven Owen fue un alumno tan prodigioso que a los doce años pudo entrar en la Universidad de Oxford, en el Queen’s College, cosa inaudita aun en aquel entonces. A sus dones naturales añadió un esfuerzo casi sobrehumano, disciplinándose severamente en cuanto al descanso: sólo dormía cuatro horas durante la noche. Esta fue una de las causas de sus continuos problemas de salud y de su relativamente temprana muerte.
Fue ordenado al ministerio de la Iglesia de Inglaterra, aunque fue algún tiempo después, al escuchar un sermón de un predicador cuyo nombre nunca pudo saber, que llegó a experimentar su conversión personal y la paz con Dios. En Fordham (Essex), pastoreó una pequeña congregación anglicana.
En el conflicto civil que enfrentó a los ingleses en aquel tiempo, Owen apoyó decididamente la causa del ejército del Parlamento en contra de los defensores de los reyes jacobitas.
Fue llamado a predicar ante el Parlamento inglés en varias ocasiones, incluso el día después de la ejecución del rey Carlos I. Además, acompañó a Olover Cromwell en muchas de sus campañas militares, en las cuales sirvió como capellán al ejército parlamentario.
En 1652 fue nombrado vice-rector de la Universidad de Oxford, siendo rector el mismo Cromwell. Sin embargo, fue quitado de este prestigioso cargo cuando más tarde se opuso a que Cromwell fuese nombrado rey.
Pero su verdadera fama se debe no a sus importantísimos papeles en la vida política y académica, sino a sus incomparables aportaciones a la teología. No pocos lo tienen por el más gran de todos los teólogos ingleses. El número de sus obras escritas, la profundidad de su contenido, y la amplitud de los temas sobre los cuales ejercitó su enorme intelecto, le hacen uno de los más grandes exponentes del protestantismo clásico. Quizá la obra que más destaque, por su erudición y por el tratamiento casi exhaustivo de su exégesis, es el monumental comentario a la epístola a los Hebreos, en ocho gruesos volúmenes en una edición moderna.
Era calvinista y aún no ha sido superada su exposición contundente de la teología calvinista. Tocante a su doctrina del gobierno de la Iglesia mantuvo una posición independiente, pese a sus antepasados y su propia educación teológica y comienzos espirituales. Estaba firmemente convencido del sistema congregacional, de que cada iglesia local tenía que ser independiente y gobernarse a sí misma.
Murió un 24 de agosto, fecha de doble vergüenza para los adversarios de cristianismo histórico, y de doble honor para sus defensores; fue el día de la matanza de San Bartolomé en Francia, cuando en 1572 de ese mismo día fueron asesinados miles de hugonotes o evangélicos franceses; y el día cuando, en 1662, dos mil ministros del Evangelio británicos fueron expulsados de sus iglesias, por negarse a someterse a la Ley de Uniformidad, respecto a la religión, tales como Watson (v.) y Goodwin (v.).
“En sus escritos espirituales se percibe un gran celo así como un sorprendente conocimiento de la obra del Espíritu Santo en el corazón de los pecadores” (P. Toon).

AMES I. PACKER

FECHAS:(1926)
Datos Biográficos: N. en Gloucester (Inglaterra). Convertido a la fe cristiana durante su años de estudiante en Oxford. “En 1944 escribe experimenté una completa conversión pietista del formalismo religioso al Cristo viviente, cuando tenía dieciocho años”.
Bajo la influencia de autores Puritanos y la predicación del Dr. Martyn Lloyd-Jones (v.) en Westminster Chapel (Londres), abrazó las doctrinas históricas de la Reforma desde la tradición de un calvinismo experimental, aunando la influencia evangélica y pietista del movimiento de estudiantes cristianos de Oxford (OICCU), con la preocupación práctica pastoral de Puritanos como Baxter (v.) y Owen (v.), y la herencia protestantes anglicana avivada por el movimiento metodista calvinista de Gales, en la línea del obispo J.C. Ryle (v.).
En 1952 fue ordenado al ministerio de la Iglesia Anglicana. Casado ese mismo año con Kit, adoptan tres hijos adoptados, y comienza sus labores pastorales en la Iglesia de San Juan de Harborne, en Birmingham. Con el mencionado Dr. Lloyd-Jones organiza las Conferencias de Westminster para Estudios Puritanos y participa en la fundación de Tyndale House en Cambridge (1958), centro de toda una generación de eruditos bíblicos evangélicos, preocupados por el liberalismo teológico y la mejor manera de hacerle frente con sus mismas armas académicas y científicas, sometidas al dictado de la fe y renovación espiritual. “Los verdaderos cristianos —dice— deberían guiarse por una fe que razona”. La guerra no es entre fe y razón, sino entre una razón fiel y otra infiel.
En 1970 fue nombrado director de Tyndale Hall de Bristol, con Alec Motyer (v.) de compañero en la facultad. Con R.C. Sproul (v.) participó en la fundación del Concilio Internacional de Inerrancia Bíblica, con grandes conferencias en Chicago (1978) y San Diego (1981). En la actualidad, desde 1978, es profesor de Teología Sistemática e Histórica en el Regent College de Vancouver (Canadá).
Está considerado por muchos como el principal teólogo evangélico contemporáneo. Ha concedido gran importancia a la doctrina de Dios, por cuanto “la ignorancia de Dios —tanto de sus caminos como de la práctica de la comunión con Él— está a la raíz de buena parte de la debilidad de la Iglesia en la actualidad”.

EDWIN H. PALMER

FECHAS:(1922-80)
Datos Biográficos: N. el 29 de junio en Milton (Massachusetts, EE.UU.). Estudió en la Universidad de Harvard (B.A., 1944), en el Westminster Theological Seminary (Th.D., 1949) y en la Universidad Libre de Amsterdam (Holanda, Th.D., 1953). Durante la 2ª Guerra Mundial sirvió a su nación el cuerpo de marines.
Ordenado al ministerio de la Iglesia Cristiana Reformada, fue pastor en Spring Lake (1953-57); Ann Arbor (1957-60), ambas del estado de Michigan, así como en la Avenida Grandville de la capital estatal (1964-68).
Durante cuatro años fue profesor en el Westminster Theological Seminary (1960-64). De 1968 a 1978 fue secretario ejecutivo de la Nueva Versión Internacional de la Biblia (NIV, en inglés) y editor general de la Biblia de estudio NIV. Asimismo fue el editor general de la inconclusa pero monumental Enciclopedia del cristianismo, con colaboradores como J. Murray (v.), E.J. Young (v.), P. Jewett (v.), L. Morris (v.) y R.B. Kuyper (v.).
Calvinista convencido, creía que las doctrinas de la gracia reformadas habían llevado a un redescubrimiento del “dios olvidado”, el Espíritu Santo. “La Iglesia de la Reforma fue la que dio gran impulso al estudio del Espíritu escribió Sobre todo el redescubrimiento, por parte de Calvino (v.), de la doctrina bíblica de la gracia soberana, que requirió un gran énfasis en la doctrina del Espíritu Santo.”

JUAN PÉREZ DE PINEDA

No hay constancia de la fecha de nacimiento de Juan Pérez de Pineda, aunque todo indica que debió nacer hacia finales del siglo XV en la ciudad cordobesa de Montilla (España). Algunos autores afirman que él fue el Juan Pérez que aparece como encargado de negocios del emperador Carlos V y testigo directo de los acontecimientos del saco de Roma por las tropas imperiales, pero otros autores lo niegan dada la abundancia de un nombre y un apellido tan común entre los españoles.
En cualquier caso la primera noticia cierta que tenemos de nuestro personaje es su estadía en Sevilla, como rector del Colegio de la Doctrina. Por aquel tiempo Sevilla se había convertido en un foco principal de protestantismo en España, pues algunos de los principales teólogos de la ciudad simpatizaban o se identificaban con el luteranismo, como Juan Gil (Dr. Egidio) y Constantino Ponce de la Fuente. También en dicha ciudad había un monasterio de frailes jerónimos que rezumaba por doquier la misma doctrina; entre otros allí están Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, primer traductor de la Biblia completa al castellano a partir del hebreo y del griego, el primero y revisor de la misma, el segundo. Según Valera, Sevilla era "la primera ziudad de nuestra España, que en nuestros tiempos conociese los abusos, supersticiones i idolatrías de la Iglesia Romana."
Cuando la persecución se desata en Sevilla y el Dr. Egidio es encarcelado (1551), Juan Pérez escapa, junto con los frailes jerónimos antes mencionados, y se refugia en Ginebra. Esta persecución culminará con el primer Auto de Fe celebrado en dicha capital en la que veintiuna personas murieron quemadas, entre los que se hallan varios frailes jerónimos, incluido su prior, y algunas mujeres que se reunían para celebrar cultos en la casa de una de ellas.
En el segundo Auto de Fe que se celebra en Sevilla (1560), Juan Pérez es quemado en efigie, junto con el Dr. Egidio (cuyo cadáver había sido desenterrado) y con Constantino Ponce. En ese mismo Auto de Fe son quemadas catorce personas, entre las cuales está Julianillo Hernández, el indómito contrabandista de literatura protestante en Sevilla.
En Ginebra, Juan se convertirá durante tres años en el predicador de la congregación de habla española que vive en esa ciudad. Allí también compondrá su obra literaria, entre la que destaca la traducción de los Salmos y del Nuevo Testamento al castellano.
La traducción de los Salmos (1557) se la dedicó a la hermana de Carlos V, María de Hungría, regente de los Países Bajos. Menéndez y Pelayo dice de este trabajo: "No la hay mejor de los Salmos en prosa castellana".
En cuanto al Nuevo Testamento, Pérez de Pineda trabajará sobre las traducciones que hicieran Francisco de Enzinas y Juan de Valdés.
Además de estas traducciones Pérez de Pineda escribió una Epístola Consolatoria (1560), destinada a fortalecer los ánimos de los protestantes españoles que sufrían los rigores de la Inquisición, y una carta (1557) dirigida a Felipe II en la que exhortaba al monarca a poner remedio a los males de la nación.
Casi al final de su vida encontramos a Pérez de Pineda siendo el capellán de la duquesa Renata de Ferrara, quien había hecho de sus dominios territorio de acogida para los protestantes perseguidos. Al morir dejó todo sus bienes para sufragar la impresión de la Biblia al castellano, legado que usará Casiodoro de Reina para editar su traducción.

ARTURO W. PINK

FECHAS:(1886-1952)
Datos Biográficos: N. el 1 de abril en Nottingham (Inglaterra). Aunque nacido en el seno de una familia evangélica devota, Pink se apartó hacia la teosofía de Annie Besant, llegando a ocupar un lugar prominente dentro de la sociedad teosófica inglesa. Gracias a la persistencia testimonial de su padre, Pink experimentó la conversión al Evangelio en 1908. En seguido se sintió llamado a dedicarse por completo a la obra cristiana. Habiendo oído del Instituto Bíblico de Moody en Chicago (EE.UU.), marchó a América para estudiar con James M. Gray y William Evans (v.), aunque si estancia allí fue bastante corta, abandonando los estudios para emprender inmediata labor evangelística.
En 1910 aceptó el llamamiento a trabajar como predicador en un campo minero de Silverton (Colorado). Llegó a predicar unas 300 veces al año. Más tarde marchó a Australia donde sus predicaciones fueron muy bien recibidas. Pastoreó una iglesia bautista hasta que en 1928 regreso a su Inglaterra natal, donde comenzó una vida casi ermitaña, dedicado a escribir y atender la correspondencia, que en 1946 llegó a 20.000 cartas escritas a mano.
Gracias a la pequeña herencia que le legó su padre pudo dedicarse por completo a escribir y enviar gratis cada vez sus Studies in the Scriptures, así como otros libros, que podrían agruparse bajo la clasificación de teológicos, expositivos y devocionales, todos ellos cuajos de citas bíblicas. Aunque casi ignorado en vida, tras su muerte sus escritos no han parado de reeditarse, debido a la gran demanda de ellos.
Lector incasable, dice que para 1932 había leído la Biblia 50 veces y más de un millón de páginas de literatura teológica, con preferencia por los autores reformados, puritanos y de hermanos. Aunque muy independiente en sus doctrinas, fue calvinista en soteriología, rechazó el dispensacionalismo y el fundamentalismo de sus primeros años y siempre estuvo influenciado por la espiritualidad y ética de los Hermanos, así como por su eclesiología, que le llevaba a considerar la generalidad de las Iglesias cristianas en estado de apostasía, de tal modo que nunca procuró llevar una vida de membrecía regular.

CONSTANTINO PONCE DE LA FUENTE

Conocido como Doctor Constantino. Reformista y escritor, vivió en Sevilla desde 1533 hasta el día de su muerte. Aquí produjo su obra y alcanzó celebridad, donde se le conocía como Doctor Constantino.
Había llegado de su natal San Clemente de la Mancha (Cuenca), donde había visto la primera luz hacia el 1502, de posible ascendencia hebrea, tras su formación en la Universidad de Alcalá. Mientras desempeñaba el cargo de predicador de la Catedral fue ordenado presbítero y se licenció en Teología. En 1548, pasó a ejercer el mismo oficio en la corte de Carlos V, hasta que éste abdicó. Durante este tiempo, viajo como tal con el Príncipe Felipe por Italia, Alemania, Flandes, Inglaterra, y Bruselas.
Al regresar a Sevilla ocupó la Canonjía Magistral, hasta que intervino el Santo Oficio en 1558, acusándole de "Luterano". Los inquisidores, que ya habían atentado contra sus libros (censurándolos y quemándolos públicamente), arremetieron contra su vida, encerrándole en el castillo de Triana, donde murió a consecuencia de los tormentos. Cuando terminó su proceso, desenterraron sus restos mortales y le quemaron, con otros miembros de la comunidad protestante sevillana, tras el Auto de Fe del 22 de diciembre de 1560.
Desde sus versos latinos, cuando era estudiante en Alcalá, hasta los manuscritos secuestrados por la inquisición, tras su arresto, escribió un buen número de obras. Estos libros que pasaron al Índice de libros prohibidos, en 1559, por orden de aparición, son los siguientes: Suma de Doctrina Cristiana (1543), Exposición del Primer Salmo (1546), Catecismo Cristiano (1547) y Doctrina Cristiana (1548). Todas estas obras han llegado hasta nosotros, tanto en sus ediciones del XVI (primero en Sevilla, y luego en Amberes) como en la de Usoz y otras en fechas más recientes

PENSAMIENTOS DE CONSTANTINO

"Por aquí (oyendo la Palabra de Dios) se comenzaron siempre las enmiendas, y comenzaron los pecadores a entender su perdición, y entendida invocaron y pidieron el remedio, poniendo su confianza para este fin en el Señor que nos despierta para que recibamos los beneficios de su clemencia"

DOCTRINA CRISTIANA

"Nadie nos puede conocer mejor que el mismo Señor que nos hizo, y nos sufre y nos espera, ni podemos Imaginar remedio para no perdemos, que es aquel de quien nos avisa el que quiere y solamente nos puede salvar"

EXPOSICIÓN DEL PRIMER SALMO

"Dadme la alegría que Vos soléis dar a los que de verdad se vuelven a Vos.  Haced que sienta mi corazón el oficio de vuestra misericordia; la unción con que soléis untar las llagas de los que sanáis, porque sienta yo cuán dulce es el camino de vuestra cruz y cuán amargo fue aquel en que me perdí"

CONFESIÓN DE UN PECADOR.

"Si confesamos de verdad que nuestro Redentor Jesucristo es nuestro tesoro, y sí es verdad, como lo es, que donde está nuestro tesoro, allí está nuestro corazón, síguese manifiestamente que nuestro afecto y principal amor no estará en las cosas de la tierra, sino en las del cielo" Suma de doctrina cristiana

CASIODORO DE REINA

Primer traductor de la Biblia. Nacido en Montemolín (entonces Reino de Sevilla, actualmente Extremadura) en 1520 aprox. y fallecido en Frankfort en 1594. Con otros, abandonó el monasterio jerónimo de San Isidoro del Campo, próximo a Sevilla, en 1557, al descubrirse la comunidad protestante sevillana, fijando su residencia en Ginebra. Su deseo de ponerse a salvo del Santo Oficio, diferencias con sus nuevos correligionarios, las intrigas de Felipe II (que puso espías cerca de él y precio a su cabeza), necesidades económicas, la política española en Flandes y la impresión de su traducción de la Biblia - la primera completa al castellano de los originales - le obligaron a cambios constantes de domicilio. Así lo vemos en Frankfort, Londres, Amberes, Bergerac, Castillo de Montargis, Basilea y Estrasburgo.
Como traductor, se le debe la conocida como Biblia del Oso (Basilea, 1569) y la traducción al francés de Historia Confesiones Agustinas (Amberes, 1582). Fue el autor de la Declaración o Confesión de Fe hechas por ciertos fieles españoles, que huyendo de los abusos de la Iglesia Romana y la crueldad de la Inquisición de España, hicieron a la iglesia de los fieles para ser en ella recibidos (Frankfort, 1577); de comentarios a porciones de los Evangelios de San Juan y San Mateo (aparecidas en latín en 1573, Frankfort) y de un Catecismo (1580), publicado en latín, francés y holandés. También redacto unos Estatutos para una sociedad de ayuda a los pobres y perseguidos, en Frankfort, que ha llegado hasta nosotros.
En el Auto de Fe de la inquisición de Sevilla, el 26 de abril de 1562, fue quemado en efigie y figuró en el Índice como autor de primera clase.
Al morir le sucedió en el pastorado de la comunidad luterana de habla francesa en Frankfort uno de sus hijos, Marcos. Allí se conserva un retrato suyo al óleo que reza así: "Casiodoro de Reina, nacido en Sevilla.
La Biblia de Casiodoro de Reina es la primera Biblia completa impresa en lengua española y también la única traducción protestante hoy existente, pues en la mal llamada Biblia de Cipriano de Valera (Amsterdam 1602) el nuevo editor se limitó,
Como abajo explicamos, ha cambiar el orden de los libros y a añadir o quitar notas marginales, con alteraciones cuantitativamente mínimas del texto bíblico fijado por el primer traductor, cuyo nombre viene además ostentosamente silenciado en la portada.
Este silencio se explica por la enemistad de más de treinta años que el súper ortodoxo calvinista Cipriano de Valera sintió con su antiguo maestro en el convento jerónimo de San Isidro del Campo extramuros de Sevilla, por haberse negado Casiodoro a someter su traducción de la Biblia a la censura de los eclesiásticos de Ginebra. Pero partamos de más atrás, pues la historia del protestantismo español está aún por escribir.
Casiodoro de Reina (propiamente habría que escribir Reyna, como él mismo firmaba y Valera le nombró) era considerado en Sevilla como el maestro indiscutido de la naciente comunidad evangélica. De todos los frailes de San Isidro del Campo que en 1557 huyeron de Sevilla y se dirigieron a Ginebra, fue Casiodoro de Reina el único que no tuvo que hacer estudios suplementarios de teología bajo Théodore de Bèze en Lausanne y también el único (aparte de Juan de Sosa, un joyero anabaptista de Sevilla, ahogado en Amberes en 1560) a quien los Inquisidores sevillanos en el Auto de Fe de 23 abril 1562 dieron el honorable título de ‘heresiarca’, es decir, maestro de herejes. Según testimonio de los mismos inquisidores Casiodoro había propagado con mucho éxito la doctrina evangélica entre los seglares de Sevilla (interrogatorio de María de Bohorques); basándose sobre documentos hoy desaparecidos, el historiador de la Inquisición Juan Antonio Llorente acertó ser debida a ‘un Fray Casiodoro’ la súbita conversión al luteranismo de todos monjes de San Isidro; en su libro ‘Santa Inquisiciones Hispanice artes’, afirma Casiodoro solamente que fueron dos frailes de San Isidro a dar ‘inicio a este negocio’, con el resultado que en pocos meses casi todos los frailes del convento o se habían convertido o al menos simpatizaban con ellos. Uno de estos iniciantes fue naturalmente el propio Casiodoro, quien por modestia o cautela silencia aquí su nombre, siendo él (y no
Antonio del Corro, como sostenía Ver más sereno y tendía a creer Gordon Kínder) el verdadero autor de este primer gran libro contra la Inquisición publicado por primera vez en Heidelberg en 1567 bajo el pseudónimo de Reginaldus Gonsalvius Montanus (cfr. el capítulo sobre Reina en mi libro Spanien und der Basler Buchdruck, Basel/Stuttgart 1985).
Cuando Casiodoro llegó a Ginebra, forjó el plan de traducir la Biblia completa al español. Sobre sus planes debió hablar con Juan Pérez de Pineda, quien acababa a la sazón de publicar una edición del Nuevo Testamento (Ginebra, Jean Crespín, 1556), basada sobre la traducción de Francisco de Enzinas (Amberes, P. Mierdman, 1543). A estos mismos planes aludió Casiodoro seguramente en uno de sus encuentros con Calvino, quien no dejaría de recordarle, cómo Enzinas le había solicitado cinco años
Atrás de intervenir personalmente para asegurar el financiamiento final de la espléndida Biblia en español que el humanista protestante burgalés estaba terminando de traducir en Estrasburgo y que a la sazón quería imprimir en Ginebra. Aunque hijo de un banquero del emperador Carlos V, Enzinas se había quedado corto de dinero, en parte por confiscación de su herencia y en parte por haber gastado una enorme suma tanto en la realización de los seiscientos grabados contratados al artista Franz Oberritter en Estrasburgo como en la fundición de los majestuosos y bellísimos tipos de letra (utilizados posteriormente en la
Segunda edición en folio real de la Humani corporis fabrica de Andreas Vesalius, Basilea, J. Oporino, 1555). Lo que Calvino no pudo contar a Casiodoro fue que la temprana muerte de Enzinas le había ahorrado al reformador ginebrino la mayor afrenta de su vida: En efecto, de los libros del Antiguo Testamento hasta entonces por él traducidos, Enzinas no publicó más que cuatro (Salmos, Job, Proverbios y Sirach), todos en Estrasburgo pero con el falso pie de imprenta de Lyon, Sebastián Gryphus, 1550. Según las últimas cartas de Enzinas a Calvino, en el verano de 1552 estaba la traducción de los otros libros casi terminada,
Pero el burgalés no hizo alusión a lo más importante: Su traducción no estaba hecha a partir de los textos originales, sino de la versión latina de Sebastián Castellion, apóstol de la tolerancia religiosa, amigo íntimo de Enzinas y el hombre más odiado por Calvino y los calvinistas.  La excelente versión en latín clásico de Castellion que fascinó, además de Enzinas, también al primer adalid español de la difusión de la Biblia en idioma vulgar, el valenciano Fadrique Furió Ceriol, debió gustar tanto a Casiodoro, que éste se decidió, a despecho de Juan Pérez, Valera y otros españoles sumisos a Calvino, a escribir una carta al "docto et
Pio viro Sebastiano Castalioni". Sospechoso se hizo Casiodoro a los ultra ortodoxos calvinistas de Ginebra por sostener que también a los anabaptistas se les debía considerar como hermanos, por propagar entre los refugiados españoles el libro de Castellion sobre ‘que no se debían quemar los herejes’ y por decir que Miguel Servet había sido quemado injustamente en Ginebra. Sus enemigos reprocharon a Casiodoro que cada vez que él paseaba delante del lugar de la hoguera de Servet se le
Saltaban las lágrimas y cuando se enteraron de que Casiodoro se marchaba a Inglaterra, para fundar una nueva iglesia española no tardaron en ponerle el sobriquete de Moisés de los españoles, pues logró llevarse consigo a no pocos de sus compatriotas.
Llegado a Londres a finales de 1558 Casiodoro organiza allí una Iglesia de lengua española, aceptando como miembros a italianos y neerlandeses caídos en desgracia en sus iglesias respectivas. En enero de 1560 redacta la ‘Confesión de fe hecha por ciertos fieles españoles, que huyendo de los abusos de la iglesia Romana  y la crueldad de la Inquisición de España hicieron a la Iglesia de los fieles para ser en ella recibidos por hermanos en Cristo’. Y desde entonces no deja de trabajar en la traducción de los libros sagrados que pensaba llevar a buen término en un tiempo razonable. Pero eso era no contar con las acechanzas provenientes de dos grupos que, aunque totalmente opuestos en sus intereses, se hallaron unánimes en la voluntad de impedir la labor del traductor de la Biblia. De una parte los inquisidores, quienes lograron infiltrar un agente provocador
En la naciente iglesia (se trataba nada menos que de Gaspar Zapata, el asistente de Casiodoro en el trabajo de traducción) e hicieron chantaje o promesas a algunos miembros débiles, dispuestos a denunciar al propio pastor ante las autoridades inglesas hasta del crimen nefando. Y de otra parte los celosos calvinistas de las iglesias francesa y flamenca de Londres, quienes, guiados por su extrema desconfianza y antipatía por Casiodoro, no hacían sino espulgar los textos todavía incompletos,
Buscar herejías por todas partes y denunciarlas inmediatamente a Ginebra, llegando al extremo de apoyar ciegamente el doble juego montado a todas vistas por el embajador de España en Londres y por agentes de la Santa Inquisición. El resultado de esta doble conjura fue la huída precipitada de Casiodoro a Amberes en enero 1564 y la inmediata dispersión de la iglesia española de Londres. Por fortuna el traductor pudo poner a salvo sus manuscritos, que le fueron enviados semanas
Después a Amberes por el viejo prior de San Isidro, Francisco de Farías, o por otro ex-fraile de toda su confianza.
Fue entonces cuando el Rey Felipe II puso precio a la cabeza de Casiodoro, como se lee en una carta del gobernador de Amberes a la regente de los Países Bajos: ‘Su Majestad ha gastado grandes sumas de dineros por hallar y descubrir al dicho Casiodoro, para poderle detener, si por ventura se encontrase en las calles o en cualquier otro lugar, prometiendo una suma de dinero a quien le descubriese’. Acechado en todas partes por los esbirros de la Inquisición y sospechoso de herejía
o de peores cosas aún por sus hermanos de fe, Casiodoro erró durante más de tres años entre Fráncfort, Heidelberg, el sur de Francia, Basilea y Estrasburgo buscando un lugar donde establecerse como pastor de la iglesia o como simple artesano, y poder dar así término a su traducción. En 1567 y 1568 le encontramos de nuevo ocasionalmente en Basilea, en
Casa del banquero calvinista Marcos Pérez, quien ya había protegido a Casiodoro en Amberes y quien ahora continuó defendiéndole contra las acusaciones de sus correligionarios, subviniendo finalmente a los costes de impresión de la Biblia.
El primer contrato para la edición de 1100 ejemplares de la Biblia fue firmado en el verano de 1567 con el famoso editor Oporino, antiguo amigo de Enzinas e interesadísimo en el libro de Casiodoro sobre las Artes de la Inquisición, cuyo permiso de impresión le fue negado dos veces por el consejo de la ciudad. Por desgracia para Casiodoro, en el mes de julio 1568 y antes de poder dar comienzo a la impresión de la Biblia, Oporino murió y resultó estar de tal manera arruinado, que no cabía la menor
Esperanza de recuperar los 400 florines pagados por adelantado del fondo de dineros reunidos en Fráncfort por los refugiados españoles para la edición de la Biblia. Para colmo de desdichas, los enemigos españoles de Casiodoro, que habían decidido de reimprimir en Paris el Nuevo Testamento de Juan Pérez con todas las notas marginales de la Biblia francesa de Ginebra, comenzaron a exigir para su proyecto una parte de los dineros del mismo fondo. A este conflicto puso inopinadamente fin el
Embajador español Don Francés de Ávila, quien teniendo noticia del proyecto, hizo detener provisoriamente en el verano de 1568 al impresor flamenco (¿Diego López?), mientras que los editores Pedro Martínez de Moratín y a un cierto Viruel pudieron abandonar Paris a tiempo. Los cuadernos ya impresos de este Nuevo Testamento, así como el ejemplar de 1556 con los añadidos de mano para la nueva edición, cayeron en manos del embajador, que se apresuró a enviárselos al rey Felipe como el más estimado trofeo.
Felipe II felicitó al embajador por su "diligencia en haber el Testamento Nuevo en español", ordenándole a la vez de continuar las pesquisas: Y si vos pudiese haber a lo menos el original para quemarlo, sería el verdadero remedio, no quedando otro ningún traslado y procurando el castigo del librero. Menos éxito tuvieron el rey y sus agentes para impedir el proyecto de Basilea, quizá por no estar informados suficientemente sobre el tiempo y lugar, donde Casiodoro estaba imprimiendo su Biblia.
Quizá fue el mismo Casiodoro quien indirectamente les había puesto sobre una pista falsa al escribir a Théodore de Bèze en abril 1567 que estaba dispuesto a someter a su control el texto bíblico antes de la impresión, que podría muy bien ser efectuada en la imprenta de Jean Crespín en Ginebra. Naturalmente que Casiodoro con este acto de sumisión no pretendía sino obtener de los ministros ginebrinos el ‘plácet’ necesario para lograr el deseado puesto de pastor en una de las iglesias reformadas, no pensando en ningún momento de poner su traducción en manos de sus contradictores y menos de hacerla imprimir en Ginebra.
Pero la noticia debió llegar a oídos de algún espía de la Inquisición, el cual se apresuraría a transmitirla a Madrid. En todo caso ya en el verano de 1568 la Suprema ordenó a los inquisidores de los puertos de la península de estar bien sobre aviso sobre los libros que entran, pues ‘Casiodoro ha impreso en Ginebra la Biblia en lengua española’. La respuesta del Tribunal de Granada no se hizo esperar: ‘Después de muchos controles podemos  asegurar a vuestras Excelencias que en este reino [de Granada] no ha entrado ni un solo ejemplar de la Biblia de Casiodoro’. Bien le podían decir, pues por esa fecha (2 de julio) la Biblia de Casiodoro no sólo no se había comenzado a imprimir, sino que la muerte de Oporino (acaecida cinco días más tarde) así como el embargo inmediato de sus bienes crearon nuevas dificultades y ocasionaron un ulterior retraso. Fue entonces que intervino de nuevo Marcos Pérez, prestando a Casiodoro a fondo perdido la suma de 300 florines (equivalente al sueldo de tres años de un profesor de Universidad) que sirvieron para cerrar un nuevo
Contrato con el impresor Thomas Guarín, quien imprimió finalmente 2600 ejemplares. La impresión tuvo lugar en los talleres del mismo Guarín y no, como se viene de antiguo diciendo, en la minúscula imprenta de Samuel Apiario, de la que entonces no valían sino libros de pequeño formato y texto limitado. Pero a Casiodoro debió gustar enormemente la simbólica estampa con el oso que Apiario ya no utilizaba como marca tipográfica desde mucho tiempo atrás, y o le compró o le pidió prestado el susodicho clisé para ilustrar la portada de la después llamada Biblia del oso.
En todo caso, el mismo Casiodoro confirmó en su dedicatoria autógrafa del ejemplar regalado a la Universidad de Basilea que la impresión había sido efectuada en la tipografía de Guarín (‘typis ab honesto viro Thoma Guarino cive Basiliensi excusam’). Además, en el catálogo o cartel de ventas que Guarín imprimió para la feria de libros de Fráncfort de 1578 figura la Biblia de Casiodoro: ‘Biblia in Hispanicam linguam traducía’.
La impresión, que ocupó durante varios meses una o dos prensas de Guarín, fue terminada probablemente el 24 de junio 1569, día en que Casiodoro notificó a un amigo la entrega inmediata del último cuaderno: ‘postremum folium totius texti biblici tam Veteris quam Novi Testamenti’. Quedaban sin embargo por imprimir la ‘Praefatio’ latina al lector sobre la visión de Ezequiel, la ‘Amonestación del intérprete al lector’ y la finalmente no publicada dedicación de la Biblia a la reina de Inglaterra. Sobre la oportunidad de esta dedicación Casiodoro se dejó aconsejar por su amigo Johannes Sturm de Estrasburgo, a quien había
Enviado previamente su prefacio (‘cum mea praefatione’). Según Menéndez y Pelayo (a quien siguieron aquí ciegamente tanto Boehmer como Kínder) la ‘praefatio’ enviada por Casiodoro a Sturm no era sino la ‘Amonestación castellana’, mientras que la ‘Praefatio hispanici sacrorum librorum interpretis... ex prima visione Ezechielis’ habría sido la obra exclusiva de Sturm. Esto es totalmente falso. Casiodoro no tenía ningún motivo para enviar la ‘Amonestación castellana’ a Sturm, puesto que éste no sabía una palabra de español y, además, el tema tratado en la ‘Praefatio’ latina sobre la visión del profeta Ezequiel y el oficio de los príncipes cristianos Casiodoro lo había tratado ya en el epígrafe del correspondiente capítulo (Ezequiel 28) que estaba ya  impreso meses antes de su consulta al maestro de Estrasburgo: ‘y por alusión a los querubines que llevaban el carro de la gloria de dios, como al mismo Profeta fue mostrado, pinta y declara la vocación y oficio de los reyes del mundo: del cual por haber faltado, le amenaza con muerte ignominiosa’.
La labor de Sturm, pues, se redujo al examen y a algunas correcciones de esta ‘praefatio’ de contenido religioso y político de explosiva actualidad, que no sólo es obra del solo Casiodoro (‘praefatio hispanici interpretáis’), sino también la única pieza de la Biblia donde éste firmó con las iníciales de su nombre: C.R. Con el nombre  completo de Casiodoro de Reina esta ‘Praefatio’ se imprimió separadamente de nuevo en Estrasburgo en 1613.  Sobre las fuentes utilizadas por Casiodoro para la traducción de su Biblia nos informa parcialmente él mismo en su ‘Amonestación al lector’: Además de las fuentes originales hebrea y griega, la versión de Sanctes Pagnini y la doble edición judío-española de Ferrara 1553.
Para las partes griegas del Antiguo Testamento Casiodoro parece haber seguido sobre todo la Biblia latina de Zúrich y en parte la de Castellion, de quien tomó no solo el término ‘Jehová’ en lugar del comúnmente usado Señor’, sino también el modo de indicación de los textos añadidos de la Vulgata. Ambas Biblias ‘herejes’ vienen naturalmente silenciadas por Casiodoro, así como las versiones castellanas igualmente utilizadas (Enzinas, Juan Pérez y Juan de Valdés), pues todas figuraban ya en el Índice de libros prohibidos de Roma y de España. Y siendo precisamente la divulgación de la Biblia en España su mayor interés, Casiodoro intentó prevenir a la ineludible prohibición inmediata, haciendo pasar su Biblia como obra católica y respetando el orden de los libros bíblicos según la Vulgata, cuyo Canon había sido recientemente confirmado por el concilio de Trento. 
Por cuanto toca al modo de utilizar sus predecesores españoles en la obra de traducción de libros bíblicos no me quiero extender mucho aquí, pues ya lo he tratado en mi libro ‘Spanien und der Basler Buchdruck’, pp. 396-400, que actualmente se está traduciendo al español. Solo quiero repetir que, cuando se comenzó la impresión, la traducción de  Casiodoro no estaba ni mucho menos terminada, sobre todo la del Nuevo Testamento, y que, a medida que avanzaba el trabajo de las prensas, el intérprete se vio cada vez más apremiado por el tiempo. Las esperanzas que Casiodoro tenía de utilizar todavía la revisión del Nuevo Testamento de Juan Pérez que se imprimía en Paris se vieron frustradas en 1568 por la intervención del embajador español arriba mencionada.
Sólo le quedaban pues la versión de Enzinas y las cartas paulinas traducidas por Valdés, de donde Casiodoro a veces incorporó literalmente frases o expresiones en su propio texto o a veces las indicó solamente al margen como ‘otras variantes’. Al llegar al Apocalipsis, en junio de 1567, la labor del impresor había casi ya alcanzado a la del intérprete y a Casiodoro no quedó otro remedio que servirse a manos llenas del correspondiente texto de Enzinas, contentándose meramente con una rápida revisión. Dicho sea esto no con menoscabo de la labor de Casiodoro, pues como monumento de alta piedad y erudición o como modelo de precisión y propiedad de la lengua española tanto valen la exquisita y elegante prosa del humanista burgalés como la ligera y brillante del reformador andaluz. Después de la publicación de la Biblia, ‘en septiembre 1569’ como reza la portada y en la que, por razones obvias de cautela para su difusión
En tierras católicas, no se mencionaban ni el nombre del traductor ni el lugar de impresión, los enemigos de Casiodoro no levantaron la guardia. Apenas un año y medio más tarde, el 19 de enero 1571, el Consejo Supremo de la Inquisición se había enterado ya de que ‘la Biblia en romance’ se había impreso en Basilea y ordenó la recogida de todos los ejemplares que se descubrieran. Diez años después, en 1581, el titular del obispado de Basilea, Blarer von Wartensee, denunciaba al cardenal Carlo Borromeo que en Basilea se habían impreso con fecha de 1569 unos 1600 ejemplares de la Biblia en español y que 1400 de ellos acababan de ser enviados de Fráncfort a Amberes.
En Amberes finalmente se cambiaron las portadas de muchos de estos ejemplares por el frontispicio del célebre Diccionario de Ambrosio Calepino a fin de poderlos mejor difundir en España. Esta estratagema no funcionó siempre, como demuestra el caso un envío descubierto por la Inquisición en 1585, que dio lugar a un nuevo avisó a los tribunales de provincia: ‘Biblias en español, cubiertas de hojas del Calepino, se prohiven’. Otros muchos ejemplares quedaron durante decenios depositados en manos de los miembros de la familia de Casiodoro en Fráncfort, quienes hicieron ‘refrescar’ periódicamente los ejemplares vendidos actualizando las portadas.
Esto explica que existan ejemplares con el falso pié de imprenta ‘Fráncfort 1602’, Fráncfort 1603’ o ‘Fráncfort 1622’. Cipriano de Valera no llevaba del todo razón al escribir en el prólogo de ‘su’ Biblia de 1602 que ‘los dos mil y seiscientos ejemplares [de la traslación de Casiodoro de Reyna] por la misericordia de Dios se han repartido por muchas regiones. De tal manera que hoy casi no se hallan ejemplares, si alguno los quiere comprar’. En realidad, lo que Valera con su nueva edición pretendía, no era sólo de suplir a la falta de
Ejemplares, reimprimiendo la ‘translación’ que su antiguo maestro Casiodoro (‘movido de un pio selo de adelantar la gloria de Dios y de hacer un señalado servicio a su nación’) [y a pesar de los muchos escollos alzados por los propios correligionarios, cosa que Valera olvida aquí discretamente de mencionar] había llevado a buen término. Su verdadero intento, más o menos consciente, era por el contrario de acabar de una vez por todas con el hecho, vergonzoso en los ojos de algunos estrechos calvinistas españoles, de tener que servirse de una Biblia, que tanto en el orden de los libros como en las anotaciones teológicas marginales, no correspondía exactamente a las Biblias oficiales de Ginebra. 
Verdad es, que al salir la Biblia de Casiodoro, los pastores de Ginebra la examinaron minuciosamente. Y cierto es también, como se puede leer en el informe oficial de Niccoló Balbani de 10 de agosto 1571, que estos mismos pastores, no obstante ‘la siniestra opiniones’ que dicen seguir teniendo de Casiodoro, no encontraron absolutamente nada de reprochar a la edición, sino un insignificante error tipográfico en Génesis 1: 27. (‘macho hembra los crió’). También Casiodoro se dio pronto cuenta del ‘gazapo’, haciendo imprimir una pegatina con las palabras ‘y hembra’ que el mismo insertó en la correspondiente línea de un gran número de ejemplares. De las verdaderas ‘herejías’ exegéticas, que Casiodoro introdujo ingeniosamente en los epígrafes de muchos capítulos de su Biblia, ni se enteraron los pastores de Ginebra ni tampoco Cipriano de Valera, pues los dejó intactos en su revisión.
No obstante esta aprobación tácita de la versión de Casiodoro por los pastores de Ginebra (mucho peso no podía tener en realidad, puesto que Balbani declaró abiertamente ‘che io non intento la lengua’) Valera se puso hacia 1580 en Londres y por propia cuenta a revisar la Biblia de Casiodoro, quien por entonces le era doblemente sospechoso: por sus servetismos pasados (la expresión es de Théodore de Bèze) y por su oficio presente de pastor de la iglesia luterana.
Pero para evitar la acusación de comportarse como un plagiario, Valera esperó hasta la muerte de Casiodoro, acaecida en Fráncfort el 15 de marzo 1594, deviniendo ‘saltatumbas literario’ al publicar en Londres en 1596 una ‘propia’ edición del Nuevo Testamento. Esta edición de Valera no parece haber tenido mucha difusión en el continente, pues tres años más tarde, con ocasión de la edición de Elías Hutter del Nuevo Testamento en doce lenguas, Núremberg 1599-1600, el texto allí impreso no es el de Valera, sino el de la Biblia de Casiodoro.
La diferencia no se hubiera en realidad hecho mucho notar, pues la labor de Valera en su edición del Nuevo Testamento no había consistido en  mucho más que en quitar o añadir notas marginales, alterar de vez en cuando el texto y pasar absolutamente bajo silencio el nombre del difunto traductor. Un tal silencio, naturalmente, Valera no lo pudo del todo mantener en su edición de la Biblia completa, impresa en Amsterdam en 1602, a es por esto que en el largo prefacio al verdadero traductor vienen dedicadas apenas cuatro líneas, no carentes de reticencia, mientras que el nombre del revisor, Cipriano de Valera, figura en Grandes letras en medio de la portada.
Pero también en esta ‘revisión’, como era de esperar, la labor propia de Valera consistió sobre todo en acomodar el orden de los libros al Canon reformista y en quitar o añadir notas marginales, siguiendo especialmente las notas de las Biblias de Ginebra. Las alteraciones del texto, que Valera presume de haber efectuado ‘algunas veces’, no significan siempre mejoría, sino a veces más bien empeoramiento, y lo mismo se diga de su escrupulosa eliminación de expresiones como ‘por ventura’, que Valera borra, como él mismo escribe, ‘por saber a gentilidad’. Cierto es que Valera ha señalado por medio de letras cursivas todos los añadidos propios en las notas marginales, pero no dejó ninguna huella de las notas que eliminaba. Por lo que atañe al texto propio de la Biblia (el solo a ser reproducido en las ediciones
Modernas) las diferencia entre las dos Biblias no puede ser menor. Basta que esperemos solamente a que tanto el texto original de Casiodoro como el texto original de Valera se transfieran al lenguaje electrónico y vengan puestos en un Sitio de Internet, para poder mensurar efectivamente el porcentaje cuantitativo y cualitativo de los cambios introducidos por Valera.
No sería en absoluto sorprendente, si aparte de detalles de ortografía o de evidentes errores tipográficos – el porcentaje de las ‘alteraciones’ introducidas por Valera en el texto propio de la Biblia no sobrepasara un insignificante 0,5%. Es pues hora de dejar de hablar constantemente de la Biblia de Valera, poniéndola por las nubes, pues la traducción es exclusivamente de Casiodoro de Reina: Es a saber, de un protestante independiente y abierto, quien (de haberse hecho realidad los deseos de Valera y de sus amigos calvinistas) nunca hubiera podido llevar a buen término una traducción de la Biblia en español, que ni Cipriano de Valera (cuyo estilo es para dormirse de pie) ni ningún otro protestante español de la segunda mitad del siglo XVI hubiera sido capaz de hacer, privando así a los hispanohablantes de ayer y de hoy de un inestimable monumento de la religiosidad y de la lengua españolas. Bastante les han privado ya en los siglos pasados los esbirros de la Santa Inquisición y también en tiempos más modernos los no pocos eruditos del nivel intelectual de un Fray Martín Sarmiento OSB, quien en
Su Catalogo de libros curiosos no tuvo reparo en escribir: ‘Hay una versión castellana de toda la Biblia, que para maldita la cosa se necesita’.

CHARLES SPURGEON 1834–1892

Entre los muchos que se opusieron a esta enseñanza y continuaron el uso de las Escrituras con un poder y efecto que demostró la verdad de su afirmación de ser la Palabra inspirada de Dios, ninguno resultó ser más eminente que Charles Haddon Spurgeon. Él se convirtió al Señor cuando tenía dieciséis años (1850) y fue recibido entre los bautistas.
Inmediatamente comenzó a testificar de Cristo, y al cabo de un año, dejando a un lado cualquier preparativo teológico convencional, se hizo pastor de una iglesia bautista. Incluso para ese entonces predicación ya tenía un poder espiritual tan extraordinario que una creciente cantidad de personas se sintió atraída a escucharlo.
Ningún edificio disponible fue suficiente para el auditorio de semejante predicador, de modo que se construyó el Tabernáculo Metropolitano con capacidad para 6.000 personas, y allí él no sólo predicó el Evangelio con regularidad a lo largo de su vida, sino que, además, expuso las Escrituras y desempeñó un papel importante con sus dones extraordinarios y con una humildad intachable— en la edificación de una iglesia basada en los principios del Nuevo Testamento, desde la cual ríos de agua de vida fluyeron a innumerables almas.
En la predicación, Spurgeon se aferraba estrictamente a las Escrituras, las cuales explicaba a sus oyentes con una comprensión y emoción genuina, destacando su mensaje con infinitos ejemplos adecuados y con un humor picante que nunca le faltaba. Sus sermones eran efectivos tanto cuando eran leídos como cuando eran escuchados; los mismos eran publicados tan pronto se predicaban, y su circulación era enorme, manteniéndose incluso hasta después de su muerte.
Al sentir fuertemente el obstáculo que representaba para el Evangelio la doctrina de la regeneración bautismal, Spurgeon decidió de forma valiente predicar y publicar un sermón sobre el tema. Esto lo expuso a los ataques por parte de los numerosos cuerpos de evangélicos y protestantes que apoyaban dicha doctrina. El conflicto que esto suscitó lo obligó, un año después, a retirarse de la “Alianza Evangélica”.
Como la crítica bíblica se desarrolló en el aspecto de socavar la fe en la inspiración de las Escrituras y llegó a influenciar sobremanera a la “Unión Bautista”, Spurgeon se retiró también de esa asociación (1887). Este paso le costó la pérdida de algunos amigos y lo involucró en mucha polémica, pero al mismo tiempo dio esperanzas a muchos que se encontraban a punto de dudar de los fundamentos de su fe y, en los días difíciles, alentó aquella justificación de la verdad de la Escritura que pronto iba a ser fuertemente reforzada por los nuevos descubrimientos, tanto de las investigaciones históricas antiguas como de las científicas modernas.
Al mismo tiempo, las Escrituras nunca fueron tan ampliamente difundidas ni leídas como en este tiempo, y su llamado al arrepentimiento y a la fe es tan eficaz como siempre.

CARLOS GILLY, BASILEA

De la Biblia original de Casiodoro de 1569 no existen en España, si estoy bien informado, más que 4 ejemplares, y uno en Canarias con la ficticia fecha de 1622. De la América hispanohablante no tengo noticia sino de un ejemplar en una biblioteca privada en El Ecuador o en Venezuela.
Ahora se tiene ocasión de adquirir un ejemplar impecable y lujosamente encuadernado, no leído todavía por nadie, pues proviene del castillo de un barón alemán, de cuya familia, a juzgar por el estado del libro, ningún miembro conocía el español.
La descripción bibliográfica es la siguiente.
La Biblia, Que Es, Los Sacros Libros Del Viejo Y Nuevo Testamento.
Trasladada en Español. [Marca tipográfica con el oso]. (Texto hebreo de Isaías 40) La Palabra del Dios nuestro permanece para siempre. [Basilea, Thomas Guarín], M. D. LXIX.

JOHN CHARLES RYLE

FECHAS:(1816-1900)
Datos Biográficos: N. en Macclesfield (Inglaterra). Su padre era un bien situado banquero, cuyos planes para su hijo eran introducirle en la carrera diplomática. Realizó sus estudios en las universidades de Eton y Oxford, donde se destacó como deportista jugando al cricket. Su conversión tuvo lugar en 1838 mientras estaba en la iglesia oyendo la lectura del capítulo 2 de Efesios.
En 1842 fue ordenado al ministerio de la Iglesia Anglicana por el obispo Summer de Winchester. Sirvió en diversas ciudades hasta que a la edad de 64 años fue nombrado primer obispo de la industrial y populosa ciudad de Liverpool (1880), gracias a las recomendaciones del primer ministro británico Benjamín Israelí.
Fue un escritor prolífico, tanto de libros como de folletos, de enorme popularidad. Para el año 1867 se calcula que se habían vendido unos quince millones de ejemplares de sus escritos. Era miembro de la “Iglesia Baja”, o ala evangélica del anglicanismo, ejerciendo en ella una dirección sana y sensible. En su diócesis desarrolló un ministerio de predicación vigoroso y directo, complementado con un fiel cuidado pastoral de su membrecía.
Constituyó un fondo de pensiones para el sostenimiento de los pastores, edificó cuarenta nuevas iglesias, demostrando en todo ser un buen administrador. La fortaleza de su carácter se dejó notar cuando, al ser duramente criticado, declaró que su política era preocuparse primero del sueldo de los pastores antes que de gastar el dinero en la construcción de una catedral.
Moderado en sus relaciones eclesiásticas con los anglo-católicos y los modernistas, nunca comprometió su fe ni sus convicciones, antes al contrario, influyó en la vida de muchos jóvenes pastores con su ejemplo y sus escritos.
Amante de la Reforma del siglo XVI y sus altos principios cristianos, escribió sobre los mártires de la misma en Inglaterra, así como sobre los grandes líderes evangélicos del Avivamiento religioso del siglo XVIII, como Whitefield (v.).
Sus obras devocionales han sido de incalculable bendición a muchos de sus lectores, por su llamado activismo bíblico, en el sentido de que el verdadero cristiano no puede contentarse con una visión estática de la fe, sino que la vida espiritual, recibida por el nuevo nacimiento, debe ser una fuerza que impulse todas las facultades de la persona renacida. J.I. Packer (v.) dice que todo buen creyente encontrará en Ryle una fiesta, una mina de oro, un acicate, comida, bebida, medicina, todo en uno.

LUIS USOZ Y RIO

Nacido en Chuquiraca (Virreinato del Perú) en 1805 y fallecido en 1865 en Madrid.
Editor de los Reformistas Antiguos Españoles, según un proyecto concebido en un hotel sevillano en conversación con otro cuáquero, el inglés Benjamín B. Wiffen.
Hizo Bachiller en Leyes en la Universidad de Alcalá (1828) y se doctoró en el Colegio Español de Bolonia (1833). Enseñó hebreo en Valladolid y Madrid y prestó su apoyo literario y económico a varias revistas románticas como el "Observador Pintoresco" y "El Artista"). Colaboró con Jorge Borrow en la edición y distribución de la Biblia.
Pero su verdadera vocación, a la que entregó su cuantiosa fortuna y los últimos veinticinco años de su vida, fue la búsqueda, comentario y edición de las obras de los protestantes españoles del s. XVI y XVII, y muy especialmente de Juan de Valdés.
La obra consta de 20 tomos y aparecieron ediciones semi-clandestinamente en San Sebastián, Londres y Madrid, que oscilaron entre los 150 y los 1.015 ejemplares.
También editó Cancionero de Obras de Burla (Londres, 1841-43); Cervantes Vindicado (1855) de su amigo y colaborador Juan Calderón; Diálogo de la Lengua, de Juan de Valdés (Madrid, 1860). A las que debemos sumar obras originales suyas como Noticias de una Biblia de 1439 (1842), Un español en la Biblia (1862) y su traducción de Isaías (1863).
Su valiosísima biblioteca, con unos 10.000 ejemplares antiguos, curiosos y raros, de imprescindible consulta para historiadores del Protestantismo español, se conserva en la Sección de Raros de la Biblioteca Nacional, en Madrid.

CIPRIANO DE VALERA.

Nacido en Valera la Vieja (Herróbriga), entonces perteneciente al Reino de Sevilla, en 1531 o 1532, y fallecido después de 1602 al parecer en Londres. Sobre todo, es conocido como el revisor y editor de la primera traducción castellana de la Biblia desde los originales.
Fue condiscípulo de Arias Montano, mientras estudiaba en Sevilla. Al terminar seis años de estudios de Filosofía, y con el grado de Bachiller, ingresó en el Monasterio Jerónimo de San Isidoro del campo, próximo a Sevilla, desde el que huyó, con otros, en 1557, a Ginebra para librarse del Tribunal de la Inquisición, que llegó a quemarlo en efigie ("por luterano") en 1562 y le colocó en el "Índice de Libros Prohibidos", como autor de primera clase.
De Ginebra pasó a Londres, al subir al trono Isabel I, y allí residió el resto de sus días, menos el tiempo que le llevó en Amsterdam la impresión de la segunda edición, notablemente revisada por él, de la traducción castellana de la Biblia, que había publicado su compatriota y compañero de monasterio Casiodoro de Reina, en Basilea (1569). En Inglaterra fundó una familia, enseñó en las universidades de Cambridge y Oxford y publicó varios libros.
De sus obras originales, la primera que vio la luz fue Dos Tratados. El primero el del Papa y su de autoridad, colegido de su vida y doctrina, y de lo que los doctores y concilios antiguos y la misma Sagrada Escritura enseñan. El segundo trata de la misa, recopilado de los doctores, concilios y de la Sagrada Escritura (1588 y, la segunda edición, 1599). Le siguió Tratado para confirmar a los pobres cautivos de Berbería... (1594), que incluye en un apéndice: "Enjambre de los falso milagros y ilusiones del demonio con que María de la Visitación... engañó a muy muchos". De sus traducciones, la más destacada es la que hizo de la Institución de la Religión Cristiana, de Juan Calvino (1597).

PIETRO MARTIRE VERMIGLI.

Entre los más conocidos reformadores italianos del 1500, emerge la figura singular de Pietro Vermigli. Su conversión tuvo gran repercusión en su tiempo debido a que, se trataba de un teólogo católico romano, que abrazaba las doctrinas cristianas expuestas por la Reforma.
Considerado por sus contemporáneos, como uno de los más grandes teólogos reformados, casi al mismo nivel que Juan Calvino, actuará activamente en Estrasburgo,
Zurich y Oxford, siendo reconocido unánimemente como un hombre de gran sapiencia y de profundas convicciones espirituales.
Había nacido en Florencia en 1499 y a edad temprana ingresa a la Congregación de Canónigos de San Agustín, donde comenzará su carrera como profesor de filosofía y teología que lo llevará a la ciudad de Nápoles .Allí conocerá a Juan Valdés, figura señera y de gran influencia en los círculos intelectuales napolitanos. Serán tres años los que pasará en la ciudad, pero serían decisivos en su vida.
Por 1540 y a instancias de su amistad con Valdés, ya ha leído los escritos de Lutero, Bucero y Zuinglio, los que lo llevarán a reconocer que la justificación es solo por la fe en Jesucristo, así como la suficiencia de la Biblia en materia de fe.
Hombre consecuente con sus ideas, de gran reputación en su entorno; comenzó a predicar conforme a la luz que había recibido y en la ciudad de Lucca donde había sido transferido como prior de San Freudiano, desarrolla una extensa labor como maestro preparando a varios futuros predicadores evangélicos, como Girolamo Zanchi por ejemplo. Pero no se limita a una labor de claustro, sino que también llegará con su prédica y enseñanza a todos los estamentos del pueblo; entre las familias que conocerán a Cristo a través de su labor y conducta de vida, se cuenta a los Diodati, familia del célebre traductor y teólogo italiano Giovanni Diodati.
En 1542 los contenidos de sus sermones, enseñanzas y actividades se hacen altamente sospechosos para las autoridades romanas que finalmente, lo mandan a llamar al Capítulo General de la Congregación en Génova.
Pero conocedor de los procedimientos de las jerarquías eclesiásticas con los disidentes, Vermigli decide huir a Estrasburgo.
Durante un lustro enseñará las Sagradas Escrituras allí y luego pasará, por invitación de Thomas Cranmer a Oxford por otros cinco años; donde su erudición y habilidad oratoria no pasarán desapercibidas, colaborando ampliamente con el desarrollo de la teología reformada .De Inglaterra se ve impelido a huir nuevamente con el advenimiento al poder de María Tudor , María I de Inglaterra.
Terminaría su carrera junto con su vida en la ciudad de Zurich donde había recalado, para continuar dando clases en la Academia de la ciudad; una vez más se dedicará a formar jóvenes predicadores y teólogos que serán los herederos de su magna labor en la proclamación del Evangelio.
No obstante su trabajo académico, dedicará esfuerzos también a pastorear las comunidades italianas e inglesas de la ciudad, así como a estrechar lazos con Calvino y otros reformadores suizos, ingleses, italianos y alemanes.
Pietro Martire Vermigli fue un maestro de alma, que dejó a su paso por las diferentes ciudades de Europa, contribuciones fundamentales para los basamentos de la Reforma, que no se restringió al ámbito universitario y de la alta teología, sino que se esforzó por llegar a todos los estratos sociales con la verdad de Cristo.
Murió en 1562, reconocido como un erudito piadoso, que había dedicado su vida por la causa de Cristo. Nosotros nos quedamos con lo expresado en una de sus cartas a Juan Calvino:
“La Iglesia no podrá ser sanada a través de las riquezas, actos sacros, selección de alimentos, ritos o ceremonias; sino sólo con la medicina de la Palabra de Dios.”

BENJAMÍN BRECKINRIDGE WARFIELD

FECHAS:(1851-1921)
Datos Biográficos: N. el 5 de noviembre de 1851 en Lexington (Kentucky, EE.UU.). Descendiente de puritanos ingleses, fue educado bajo la guía del Catecismo de Westminster y de la Biblia; su abuelo fue un distinguido ministro presbiteriano. A la edad de dieciséis años hizo confesión pública de su fe; sin embargo, en esos años, no expresó ningún deseo de estudiar teología, pese al interés de su madre de verlo convertido en un predicador del Evangelio.
Estudiante concienzudo se graduó en el College de New Jersey (hoy Universidad de Princeton) con los más altos honores. Era el año 1871. En febrero del año siguiente decidió salir en viaje de estudios por Europa. Visitó Edimburgo (Escocia) y Heidelberg (Alemania), desde donde, para sorpresa de los suyos, les comunicó su deseo de estudiar para el ministerio. Así que en septiembre de 1873 le vemos matriculándose en el Princeton Theological Seminary, del que se graduará tres años más tarde, en 1876. Tuvo por profesores a Charles Hodge (v.), entonces en sus 70 años, y al hijo de éste Caspar Wistar.
Warfield fue llamado al pastorado de la Primera Iglesia Presbiteriana de Dayton (Ohio), pero en aquel momento declinó este ofrecimiento debido a la determinación de profundizar sus estudios en las universidades de Europa.
Ese mismo año de su graduación teológica se une en matrimonio con Ana Pearce Kinkead, y marchan en viaje de luna de miel a Alemania, al paso que estudiará en la Universidad de Leipzig. Cuando la pareja se encontraba visitando las montañas de Harz fueron sorprendidos por una tormenta espantosa. Tal experiencia fue una conmoción tremenda para la señora Warfield, que afectó a su sistema nervioso de tal modo que quedó más o menos inválida para el resto de su vida. Esto hizo de Warfield un amante recluido en su hogar, junto a su esposa, prueba evidente del tierno amor que le profesaba. No tuvieron hijos. Durante los muchos años que permanecieron en Princeton, raramente, si alguna vez, estuvo Warfield ausente, lejos de su lado.
A su regreso de aquel viaje por Alemania, Warfield fue pastor asistente durante un año en la Primera Iglesia Presbiteriana de Baltimore (1877-88). De ahí pasó a ocupar el puesto de profesor en el mencionado Seminario Teológico de Allegheny, donde permaneció nueve años, hasta su traslado al Princeton, el cual le ocupará el resto de su vida: treinta y tres laboriosos años.
Warfield utilizó como libros de texto los tres volúmenes de la Teología Sistemática de Hodge para el curso académico de tres años. Esto le ahorraría a él el esfuerzo de escribir una obra de tal magnitud, pudiendo así dedicar todas sus energías a los temas controversiales que agitaban su época, en los cuales destacó como un escritor profundo y prolífico. Para darse una idea baste saber que la colección de sus artículos aparecidos en las diversas revistas religiosas de entonces y en diccionarios y enciclopedias teológicas componen diez volúmenes de gran formato.
Calvinista entusiasta estaba plenamente convencido de que en la Confesión de Fe de Westminster "poseemos la más completa, la más plenamente elaborada y cuidadosamente guardada, la más perfecta, la expresión más vital que nunca haya realizado mano de hombre, de todas las formulaciones de la religión evangélica, y de todo lo que ha de salvaguardarse si la religión evangélica ha de continuar en el mundo."
Según el profesor Allis, la posición representada por Warfield puede describirse con tres palabras: Erudición, vocación y ortodoxia.
Martyn Lloyd-Jones (v.) dijo de él que fue el primero de todos los defensores de la fe: "Ningún escrito teológico es tan intelectualmente satisfactorio y tan fortalecedor de la fe como los de Warfield".
Defensor apasionado de la inspiración e inerrancia de las Escrituras, se opuso con toda su capacidad al liberalismo teológico, así como a las ideas perfeccionistas de Finney (v.) y otros temas importantes de su época. También contribuyó al debate sobre la conclusión definitiva de la revelación con el último de los apóstoles, escribiendo un amplio estudio sobre los falsos milagros y contra cualquier teoría que patrocine “nuevas” revelaciones. Igualmente trató de correlacionar su teología calvinista con la teoría darwiniana de la evolución de las especies. Murió el día 16 de febrero de 1921.

JUAN WYCLIF

Juan Wycliffe, también conocido como "el Lucero del Alba de la Reforma", nace cerca de Richmond en el condado inglés de Yorkshire, alrededor de 1325, en la misma época que Geert Grote. Poco se sabe sobre su infancia.
A partir de 1345 empieza sus estudios en Oxford, y se queda allí durante 17 años. Se entrega profundamente a la teología y la filosofía, interrumpe sus estudios por varias razones, pero se gradúa finalmente en 1372 como doctor. Pero todo esto son detalles exteriores. Los tratados y disertaciones legados de aquel tiempo a la posteridad muestran un teólogo muy culto que - a diferencia de la teología académica dominante - recurre a los discernimientos más antiguos de Agustino y los presenta en forma sofisticada. Ya en los años antes de su graduación, Wycliffe tenía la tarea de interpretar la Biblia para los estudiantes. De ahí se determina su futuro camino: la Biblia cobra cada vez más importancia. Ella es - como reconoce - incomparable con cualquier otra escritura, ella es para él "el espejo en el cual podemos reconocer las verdades eternas" (citado de G.A. Benrath).
En el transcurso del tiempo, Wycliffe se acerca cada vez más a opiniones que corresponden al punto de vista reformado sobre el rol y la importancia de la Biblia. Es él quien motiva en el año 1382 una traducción de la Biblia al inglés. Para Wycliffe, la Biblia asume el rol de los sacramentos que, según la doctrina católico romana, transmiten la presencia de Cristo: su lectura transforma al hombre. Tiene este poder porque, según Wycliffe, Cristo mismo es el aval de la verdad bíblica; es porque cumplió la ley tanto en su vida como en sus enseñanzas. Es Cristo quien dio los mandamientos y los cumplió, y es tarea de la iglesia y de todos los cristianos seguir su ejemplo. Wycliffe remarca especialmente la pobreza de Jesús, su humildad y su paciencia en el sufrimiento.
La iglesia de la época, sin embargo, no corresponde a esta norma; se había tornado demasiado laica, demasiado satisfecha. ¿Por qué? Según Wycliffe es porque no toma en serio la Biblia. Su propuesta terapéutica: expropiar la iglesia, y hacerlo con las medidas del poder secular. Wycliffe quiere cambiar el sistema existente, y es por eso que predica la lucha contra el patrimonio del clero. Pero también se hace oír con escritos teóricos: Ahí Wycliffe toma posición contra el celibato forzado de los curas, el comercio de indulgencias, la extremaunción, la misa de difuntos y también contra la veneración de los santos. Todo eso, dice Wycliffe, no está prescrito en la Biblia.
La reacción no se deja esperar: Wycliffe es denunciado en Roma por el "clero secular" (o sea, los clérigos que no viven en monasterios), y condenado en 1377. Pero simultáneamente, Wycliffe es protegido por el Estado inglés. Insiste cada vez con más fuerza en el derecho de los laicos y del Estado a enderezar una iglesia que no actúa según el Evangelio. Al Papa sólo se debe obediencia si éste ha optado por el buen camino: si vive en pobreza y anuncia la ley de Cristo. Hay que obedecer, sin embargo, al Estado que fue instaurado por Dios para gobernar al pueblo y velar por la paz.
Wycliffe también critica la tradicional comprensión católico-romana de la eucaristía: Según él, ningún pastor tiene el poder de transubstanciar los elementos de pan y vino en cuerpo y sangre de Cristo: vino es vino, y pan es pan. Es más, los elementos se conservan y son, al mismo tiempo, cuerpo y sangre de Cristo. Pero su efecto sólo se realiza si quienes los reparten y quienes los reciben tienen la actitud correcta, o sea: sólo si verdaderamente viven siguiendo a Cristo.
La crítica frente a Juan Wycliffe aumenta. Su doctrina sobre la Santa Cena es declarada herejía. Pero Wycliffe no cede. Fracasa un intento del duque que recomienda a Wycliffe guardar silencio, lo que causa roces entre éste y las autoridades. Wycliffe incluye al monacato en sus críticas, alegando que no es compatible con la Biblia. El conflicto culmina en 1382; las enseñanzas de Wycliffe respecto a la Santa Cena, los bienes de la iglesia y el monacato son rechazadas.
Los discípulos de Wycliffe se ven metidos en problemas, mientras que el maestro mismo, quien se había retirado para hacerse cargo de una parroquia, no es tocado. Sin embargo, Wycliffe se vuelve cada vez más agudo y amargado. Niega que la iglesia existente sea iglesia. Según Wycliffe, la verdadera iglesia la forman los creyentes pobres que siguen a Cristo. Las cruzadas sólo comprobarían la actitud anticristiana de los obispos y órdenes. Juan Wycliffe muere el 31 de diciembre de 1384 después de sufrir dos derrames cerebrales.
Wycliffe es un vehemente crítico de la iglesia de su época. Le reprocha su secularización y exige reformas profundas que son inaceptables para la mayoría de sus contemporáneos. Su crítica de la iglesia existente y su valorización de la Biblia ya son los mensajes de la Reforma. En última consecuencia, la iglesia sólo puede ser salvada por el arrepentimiento de los fieles y de ella misma, y el seguimiento a Jesucristo en pobreza, humildad y sufrimiento. Wycliffe toma muy en serio estas exigencias: para él, son un camino posible que exige, sin embargo, un cambio claro en la constitución, la doctrina y los bienes de la iglesia. Esto hubiera significado darle una cara completamente distinta. En 1415, el Concilio de Constanza condena las enseñanzas de Juan Wycliffe como heréticas. En Inglaterra se cumple esta condena cuando se quemó sus restos mortales.
Aunque la mayor parte del complejo programa de reformas que postuló Wycliffe fue olvidada en los años posteriores, muchas iniciativas suyas sobrevivieron; por ejemplo la prédica sencilla de los llamados "Lolardos", predicadores que Wycliffe había comenzado a enviar en sus últimos años y que más tarde influyeron la Reforma inglesa. Pero también más allá de las fronteras, Wycliffe inspiró a los hombres, por ejemplo a Juan Hus en Bohemia (ver siguiente capítulo).
Juan Wycliffe - ¿un reformador anticipado? Sí y no. Sí en lo que se refiere a su crítica a la iglesia medieval, sí en lo que significa una perspectiva reformada en muchos detalles de sus programas de reforma, sí por su valorización de la Biblia. Pero también existe un no. La justificación luterana por ejemplo, la idea de que Dios salva a los hombres a través de Jesucristo - esta dimensión no se percibe en Wycliffe. Lo que le falta es - desde el punto de vista reformado - la posibilidad de relativizar el poder humano. Juan Wycliffe fue un reformador de la iglesia en el cual la Reforma pudo basarse y seguir desarrollando sus ideas.

JUAN WYCLIF, SOBRE LAS VERDADES DE LA BIBLIA (ESCRITO EN 1378)

"Para que entonces la cristiandad tenga un fundamento autónomo, Dios puso la ley de la Escritura como reglamento, en que los cristianos deben basarse en todo lo que se refiere a su hablar y al significado de sus conceptos A pesar de que algunos profesores opinan que en tiempos del Anticristo y sus seguidores los cristianos idearían muchas maneras para enfrentar sus intrigas, a mí me parece que la fe en la Biblia es el mejor medio para discernir si un hombre enseña y vive en armonía con la ley de Cristo.
Si el amor por la ley corresponde al amor por el legislador, ¿cómo entonces un hombre puede amar a Cristo por sobre todas las cosas, si desprecia su ley o la abandona para seguir la ley de los hombres? ¿Acaso no ama más el fruto de la ley que más adora, y por consecuencia, ama más los bienes efímeros que los eternos? Es exactamente lo mismo con el estudio que el hombre dedica a agrandar su conocimiento, porque éste significaría más amor por Dios si estuviera dirigido a la ley de Cristo, y por ende, un bien mayor.
Y lo mismo se puede decir de los que multiplican las leyes de los hombres, con lo cual hacen pedazos el estudio de la teología. ¿Acaso la ley de Cristo, como es legada a la posteridad en la Biblia, no es suficiente?  ¿Acaso hay que creer que aquéllos que estudian las leyes ajenas bajo el pretexto de conocer mejor la ley de Cristo, conservarla y protegerla, tendrán una disculpa creíble ante el tribunal del máximo juez? ¿Acaso no son sus propias acciones las que los denuncian? Deberían primero examinarse a sí mismos si entienden tanto de la ley de Cristo como deberían, siempre que se esfuercen por el conocimiento práctico de los mandamientos del Señor en la misma medida que conocen los reglamentos de los hombres.
Deberían examinar, segundo, si el objetivo de sus estudios es llevar la vida pobre y esforzada de Cristo, o vivir en el goce y la pompa del mundo y quedarse con los ingresos y ganancias para sí y sus familias. Deberían examinar, tercero, si se esfuerzan para la realización y defensa de la ley de Cristo, que es la que siempre los guía, ¡en la misma medida con la que defienden su propia ley! Al contrario, ¿no es muy evidente en la política que los juristas se pelean sobre la superioridad y el rango superior de su ley por encima de la ley de Cristo, y por ende, persiguen con más severidad a los que fomentan la ley de Cristo? Y si uno les pregunta por los diez mandamientos, ¡generalmente no saben el número ni el orden de ellos! De esto se deduce que los culpables son especialmente nuestros teólogos, nuestros monjes adinerados y nuestras curas juristas, que cierran el camino a la ley de Cristo."

EDWARD JOSEPH YOUNG

FECHAS:(1907-68)

Datos Biográficos: N. En San Francisco (California, EE.UU.). Estudió en la Universidad de Stanford (B.A., 1929), y Dropsie College de Filadelfia (Ph.D., 1943). En 1929, siguiendo a su graduación en la Universidad de Stanford, marchó durante un año a Palentina, donde enseñó en una escuela de Belén a la vez que estudió siriaco con un sacerdote de la Iglesia Siria. A su vuelta a Estados Unidos pasó por Madrid (España) y Alemania, aprovechando toda oportunidad para estudiar.
En 1935 contrajo matrimonio con Lillian Riggs y marcharon de viaje de novios a Leipzig (Alemania), donde tuvo la oportunidad de conocer a un buen número de teólogos de tan afamada universidad.
Sus estudios teológicos los realizó en el Westminster Theological Seminary de Filadelfia, fundado por J.G. Machen (v.), del cual fue nombrado profesor de Antiguo Testamento en 1936, hasta su muerte, el 14 de febrero de 1968, debida a un ataque al corazón.
En 1956 fue nombrado Moderador de su denominación, la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, en honor a la admiración que sentían por él como pastor y defensor de la fe evangélica conservadora, que siempre expuso con rigor y método.
Gozaba de una increíble capacidad lingüística. Fue todo un experto en lenguas semíticas —hebreo y arameo— y modernas. Dedicó todos sus talentos y energías a la exposición de la Biblia como Palabra escrita de Dios. “Ardía con celo santo por la integridad de la Palabra de Dios y la defensa de todo el consejo de Dios” (John Murray, v.).

ULRICO ZWINGLIO

(1484 -1531)
Desde su nacimiento hasta el llamado a Zurich: Ulrico Zwinglio nace el 1 de enero de 1484 en Wildhaus (unos 50 kilómetros al sur de San Gall, en un valle del condado de Toggenburg). Tiene nueve o diez hermanos de los que por lo menos dos mueren relativamente jóvenes; dos de sus hermanas toman el hábito. Después de los años de colegio, entre otras ciudades en Basilea y Berna, a partir de 1499 Zwinglio realiza sus estudios superiores en Viena y Basilea (1502), donde se gradúa como magister en 1506. Su maestro más importante en Basilea es Tomás Wyttenbach. Después de sus estudios de las "artes liberales", Zwinglio sigue medio año de teología y, a partir del verano 1506, ocupa el cargo de pastor en Glaris, no lejos de su pueblo natal de Wildhaus.
Desde temprano, Zwinglio toma posición en un asunto político situado en el contexto de las tropas mercenarias, comunes en esa época en la Confederación Helvética. El negocio mercenario es lucrativo para las ciudades: Si ponen una parte de sus jóvenes a disposición de estos ejércitos, reciben sumas considerables para las arcas municipales.
Alrededor de 1506, en la ciudad de Glaris se delibera sobre el destino de los mercenarios locales: Habsburgo, Francia o el Papa son alternativas posibles. Zwinglio toma partido por el Papa; para él, los soldados son el arma del crucificado contra los enemigos de la iglesia - se trata de una especie de Guerra Santa. En 1513, Zwinglio acompaña como capellán castrense a unos 500 soldados de Glaris que forman parte del ejército papal. Sin embargo, la experiencia de la guerra lo hace reflexionar. En 1515, el ejército papista sufre una derrota, y en Glaris las simpatías cambian hacia los franceses victoriosos.
Esto es un serio problema para Zwinglio, quien es leal al Papa. Abandona su ciudad y se va a Einsiedeln, un antiguo lugar de peregrinaje con un gran monasterio. Allí, en 1516, empieza a trabajar como párroco. Durante los dos años en Einsiedeln, el carácter político de su actividad, hasta ahí muy dominante, se suaviza. Las actividades en la iglesia y sus estudios científicos y personales vuelven a ser lo principal en su vida.
Exactamente en 1516, Zwinglio experimenta una conversión reformatoria. Dice de sí mismo que "desde ahora prediqué el Evangelio". Lee las obras escolásticas y las de los Padres de la Iglesia y aprende griego como autodidacta para poder leer el Nuevo Testamento en su original. Zwinglio llega a ser un teólogo docto. Entre otros, conoce la filosofía del famosísimo Erasmo de Rotterdam, pero no adopta sencillamente sus enseñanzas. Ahora bien, ¿en qué consiste su "Evangelio"? Aquí no se puede preguntar por la doctrina de la justificación por la fe luterana, para reconocer la conversión reformatoria de Zwinglio.
El va por su propio camino. Su conversión reformatoria se basa en una clara orientación bíblica, hacia la "sola escritura" (sólo la Santa Escritura). Esta decisión no es meramente racional, Zwinglio más bien enfatiza la autoridad de la Biblia porque es ella - y no la iglesia con su poder clerical - la que transmite el Evangelio, la buena nueva de un Dios humano. Este proceso de conocimiento reformatorio se ampliará y se profundizará en sus contenidos durante los años siguientes.

LOS INICIOS DE LA REFORMA EN ZURICH

En otoño del año 1518, Zwinglio es llamado a Zurich como primer predicador de la iglesia principal. Su tarea principal será la prédica. Y comienza con una novedad: para predicar, no se basa en el orden vigente de las lecturas bíblicas (las perícopas), sino que interpreta las Santas Escrituras cronológicamente. Con esto se rebela contra la dominancia del año litúrgico y sigue la secuencia de la Biblia.
Vista panorámica de Zurich Según la "Crónica Suiza" de J. Stumpf, Zurich 1547
Hasta 1522 Zwinglio ha profundizado bastante su conocimiento de las escrituras. Un tenor de sus prédicas es la resistencia contra el negocio mercenario. Y tiene éxito: en el mismo año, el Concejo de la Ciudad de Zurich lo prohíbe.
Igualmente en 1522 comienzan los enfrentamientos públicos. El 9 de marzo, se realiza una demostrativa cena con longanizas en la casa del tipógrafo Cristóbal Froschauer, demostrativa porque la cecina es consumida en tiempo de cuaresma. Durante esta cena, dos grandes longanizas ahumadas son repartidas entre la gente. Zwinglio participa sin comer. A este primer quebrantamiento del ayuno le siguen varios más en los días siguientes. Rápidamente se sabe lo que está pasando; el Concejo de Zurich interviene e inicia pasos legales.
Sólo dos semanas después de la "cena de longanizas", Zwinglio tematiza el problema del ayuno en un sermón que se publica en abril de 1522 bajo el título: Sobre la elección de los alimentos y la libertad de tomarlos. En este sermón, Zwinglio habla a favor de una comprensión evangélica de la libertad: Los cristianos son libres de todas las órdenes dictadas por el hombre, no hay que ser incondicionalmente obediente a estas órdenes. La orden de la abstinencia es justamente un reglamento humano, eclesiástico. Como no tiene autoridad divina, vale decir, no tiene la autoridad de la Biblia, no es necesario obedecer esta orden. Al mismo tiempo, los cristianos tienen la libertad de no usarla excesivamente, porque no es la libertad de que viven.

LA COMPRENSIÓN DE LA LIBERTAD SEGÚN ZWINGLIO

(U. Zwinglio, Sobre la elección de los alimentos (1522), citado de: Ulrico Zwinglio, Escritos, tomo 1, 37-39.62)
"Su fe en Dios ya no era tan fuerte que sólo confiaban en él y ponían su esperanza en él y escuchaban su voluntad. Estúpidamente empezaron de nuevo seguir el dictado de los hombres. Como si Dios hubiese olvidado algo que tendrían que completar y perfeccionar ahora, se decían: en este día, en este mes, en éste y aquel momento no debes hacer tal y tal cosa. (Sin embargo, no tengo nada en contra si alguien se abstiene voluntariamente por su salud y la disciplina de su cuerpo, siempre que no sobreestime este ayuno y se ponga soberbio; siempre entonces que el ayuno nazca de la humildad.)
Pero si se hace de esto un mandamiento y se convence a sí mismo que es pecado no seguirlo, significa ensuciar y estigmatizar la conciencia, significa seducir a la verdadera idolatría.
En breves palabras: Si quieres ayunar, ¡hazlo! Si quieres abstenerte de la carne, ¡no comas carne! ¡Pero deja al cristiano su libre decisión!
Pero si tu prójimo se escandaliza cuando ejerces tu libertad, no lo pongas sin motivos en dificultades, no lo seduzcas. Sólo cuando comprenda el fundamento de tu libertad, no se escandalizará más, a no ser que te quiera mal.
Más bien, tienes que explicarle la fe de manera amable y decirle que él también es libre de elegir y comer de todo."

DEL TRATADO SOBRE LA ELECCIÓN DE LOS ALIMENTOS Y LA LIBERTAD DE TOMARLOS (1522)

(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 01/2002, según la edición alemana Huldrych Zwinglio, "Schriften" Vol. 1, 37-39.62)
Preguntas para seguir trabajando: La situación en Zurich se hace cada vez más complicada y polémica. El Concejo se adjudica la competencia decisiva en el conflicto, eludiendo así al obispo de Constanza. Tras una audiencia y una prohibición temporal de la violación del mandamiento de ayuno, la diputación es postergada para el inicio del año 1523: ahí el concejo municipal quiere tomar su decisión sobre la base de la Santa Escritura. Con esto, las ideas de Zwinglio definitivamente han ganado terreno en Zurich.
Aparte del ayuno existen otros puntos conflictivos. Zwinglio critica la veneración de los Santos provocando enfrentamientos con las órdenes mendicantes. El, por su parte, exige a las órdenes mendicantes que en el futuro basen sus prédicas únicamente en la Biblia. Además, Zwinglio exige terminar con el celibato y proteger a Martín Lutero quien se encuentra bajo proscripción imperial. Todavía en 1522, Zwinglio se opone al rol de María como mediadora de la salvación.
En agosto de 1522, Zwinglio renuncia a su membrecía en la iglesia católica, porque, como dice, ésta se fundamenta solamente en leyes humanas. Erasmo está consternado frente a palabras tan tajantes.
Zwinglio cada vez más cumple con el rol del predicador que da el tono en Zurich. Desde 1522 convive con su mujer Anna Reinhart, pero sólo dos años más tarde se casan oficialmente. Los dos tienen cuatro hijos.
El 29 de enero de 1523 se realiza la Primera Disputa de Zurich. Básicamente se trata de ver si hay argumentos en contra de la prédica de Zwinglio; el concejo mismo quiere decidir sobre la base de la Biblia. 600 participantes llegan a la municipalidad de Zurich. Desde Constanza llega una delegación guiada por Juan Faber. Se supone que éste no participe en el debate, sino que viene a protestar y a observar. El punto central del debate es el problema de la autoridad: ¿Quién tiene la autoridad máxima en la tierra? Ya al mediodía, el Concejo ha escuchado lo suficiente y razona que nadie puede condenar a Zwinglio por herejía.
Y más aún: Todos los demás predicadores deberán guiarse de ahora en adelante por la Santa Escritura. Para el debate, Zwinglio ha formulado 67 artículos o "conclusiones" para los cuales se consideran los siguientes lemas como resumen: solus Christus, sólo Cristo, y sola escritura, sólo la Biblia.
En los artículos dos y tres de los 67 ARTICULOS o conclusiones dice:
"He aquí resumido el Evangelio: Nuestro Señor Cristo Jesús, el verdadero Hijo de Dios, nos ha dado a conocer la voluntad de su Padre celestial y con su muerte inocente nos ha redimido y reconciliado con Dios.
Por eso es Cristo el único camino de salvación para todos los hombres que fueron, son y serán." De: Ulrico Zwinglio, Interpretación y fundamento de las conclusiones, 1523 Citado de Zwinglio, "Antología", Producciones Editoriales del Nordeste, Barcelona 1973, p. 45,46